DEUTERONOMIO 1
1Éstas son las palabras que habló Moisés a todo
Israel a este lado del Jordán en el desierto, en la llanura frente al Mar Rojo,
entre Parán, Tofel, Labán, Haserot y Dizahab. 2Once jornadas
hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. 3Y aconteció
que a los cuarenta años, en el mes undécimo, al primer día del mes, Moisés
habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había
mandado acerca de ellos; 4después que hirió a Sehón rey de los amorreos, que
habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán, que habitaba en Astarot en Edrei.5De este lado
del Jordán, en tierra de Moab, comenzó Moisés a declarar esta ley, diciendo:6Jehová
nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Bastante tiempo habéis estado en
este monte.7Volveos, e id al monte del amorreo, y a todas sus
comarcas, en el llano, en el monte, en los valles, en el sur, en la costa del
mar, en la tierra del cananeo y el Líbano, hasta el gran río, el río
Éufrates. 8Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros;
entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y
Jacob, que les daría a ellos y a su simiente después de ellos. 9Y yo os hablé
entonces, diciendo: Yo solo no puedo llevaros. 10Jehová
vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas
del cielo en multitud.11¡Jehová el Dios de vuestros padres os haga mil
veces más de lo que sois, y os bendiga, como os ha prometido! 12¿Cómo llevaré
yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?13Dadme de
entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos,
para que yo los ponga por vuestros jefes. 14Y me
respondisteis, y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho. 15Y tomé los
principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes
sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de cientos, y jefes de cincuenta, y
jefes de diez, y oficiales entre vuestras tribus. 16Y entonces
mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd las querellas entre vuestros hermanos, y
juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero que está con
él. 17No hagáis acepción de personas en el juicio; así al
pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor del hombre, porque el juicio
es de Dios. Y el caso que os fuere difícil, lo traeréis a mí, y yo lo
oiré. 18Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais
de hacer. 19Y habiendo salido de Horeb, anduvimos todo aquel
grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del
amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta
Cades-barnea. 20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del
amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da. 21Mira, Jehová
tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube y poséela, como Jehová el Dios
de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.22Y os
acercasteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de
nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino
por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. 23Y el dicho me
pareció bien; y tomé doce varones de vosotros, un varón por tribu. 24Y se
encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y
reconocieron la tierra. 25Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo
trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro
Dios nos da.26Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis
rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; 27y
murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha
sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y
destruirnos. 28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho
desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que
nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos
allí hijos de gigantes.29Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de
ellos. 30Jehová vuestro Dios, el cual va delante de
vosotros, Él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por
vosotros en Egipto delante de vuestros ojos; 31Y en el
desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su
hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar. 32y aun con
esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, 33quien iba
delante de vosotros por el camino, para buscaros el lugar donde habíais de
acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde debíais andar, y
con nube de día. 34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se
enojó, y juró diciendo: 35Ciertamente ninguno de los hombres de esta mala
generación, verá la buena tierra que juré daría a vuestros padres,36excepto Caleb
hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que ha pisado, y a sus
hijos; porque él ha seguido fielmente a Jehová. 37También
contra mí se enojó Jehová por causa de vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás
allá. 38Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él
entrará allá: anímale; porque él la hará heredar a Israel. 39Y vuestros
chiquitos, de los cuales dijisteis serían por presa, y vuestros hijos que en
aquel tiempo no sabían entre el bien y mal, ellos entrarán allá, y a ellos la
daré, y ellos la poseerán.40Pero vosotros volveos, e id al desierto, camino del
Mar Rojo. 41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado
contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová
nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y
os apercibisteis para subir al monte. 42Y Jehová me
dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no
seáis vencidos delante de vuestros enemigos. 43Y os hablé, y
no quisisteis oír; antes fuisteis rebeldes al mandamiento de Jehová, y
persistiendo con altivez subisteis al monte. 44Y los
amorreos que habitaban en aquel monte salieron a vuestro encuentro, y os
persiguieron como lo hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta
Horma. 45Y volvisteis, y llorasteis delante de Jehová; pero
Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46Y estuvisteis
en Cades por muchos días, de acuerdo a los días que habéis estado allí.
DEUTERONOMIO 2
1Luego volvimos y nos fuimos al desierto, camino del
Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por muchos
días. 2Y Jehová me habló, diciendo: 3Bastante
habéis rodeado este monte; volveos al norte. 4Y manda al
pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los
hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas
vosotros guardaos mucho: 5No os metáis con ellos; que no os daré de su tierra
ni aun el ancho de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el
monte de Seir. 6Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y
comeréis; y también compraréis de ellos por dinero el agua, y beberéis; 7pues Jehová
tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos; Él conoce tu caminar por
este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo; nada
te ha faltado.8Y pasamos de nuestros hermanos, los hijos de Esaú
que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y
volvimos, y pasamos camino del desierto de Moab. 9Y Jehová me
dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, pues no te daré
posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de
Lot. 10Allí habitaron antes los emitas, pueblo grande y
numeroso, y alto como los anaceos; 11que también
eran contados por gigantes como los anaceos; pero los moabitas los llaman
emitas. 12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales
echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron de delante de sí, y moraron en
lugar de ellos; como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dio
Jehová. 13Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y
pasamos el arroyo de Zered. 14Y el tiempo
que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fue de
treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de
guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado. 15Y también la
mano de Jehová fue contra ellos para destruirlos de en medio del campamento,
hasta acabarlos. 16Y aconteció que cuando todos los hombres de guerra
se acabaron y perecieron de entre el pueblo, 17Jehová me
habló, diciendo: 18Tú pasarás hoy el término de Moab, a Ar, 19y cuando te
acerques a los hijos de Amón; no los molestes, ni te metas con ellos; pues no
te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón; porque a los hijos de Lot
la he dado por heredad. 20Por tierra de gigantes fue también ella tenida:
habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban
zomzomeos; 21pueblo grande, y numeroso, y alto, como los
anaceos; a los cuales Jehová destruyó de delante de los amonitas, quienes les
sucedieron, y habitaron en su lugar: 22Como hizo con
los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, de delante de los cuales destruyó a
los horeos; y ellos les sucedieron, y habitaron en su lugar hasta hoy. 23Y a los aveos
que habitaban en Haserin hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los
destruyeron, y habitaron en su lugar. 24Levantaos,
partid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí yo he entregado en tu mano a Sehón
amorreo, rey de Hesbón, y a su tierra; comienza a tomar posesión, y contiende
con él en guerra. 25Hoy comenzaré a poner tu miedo y tu espanto sobre
los pueblos que están debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán,
y se angustiarán delante de ti. 26Y envié
mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de
paz, diciendo: 27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino
iré, sin apartarme ni a la derecha ni a la izquierda. 28La comida me
venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero, y beberé;
solamente pasaré a pie; 29como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que
habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el
Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.30Mas Sehón,
rey de Hesbón, no quiso que pasásemos por su territorio; porque Jehová tu Dios
había endurecido su espíritu, e hizo obstinado su corazón para entregarlo en tu
mano, como hasta hoy.31Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a dar
delante de ti a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión, para que
heredes su tierra. 32Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su
pueblo, para pelear en Jahaza. 33Mas Jehová
nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus
hijos, y a todo su pueblo. 34Y tomamos
entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres
y niños; no dejamos ninguno.35Solamente tomamos para nosotros el ganado, y el
despojo de las ciudades que habíamos tomado.36Desde Aroer,
que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y desde la ciudad que está
junto al arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas
las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder. 37Solamente a
la tierra de los hijos de Amón no llegaste, ni a todo lo que está a la orilla
del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová
nuestro Dios había prohibido.
DEUTERONOMIO 3
1Volvimos, pues, y subimos camino de Basán. Y Og,
rey de Basán, nos salió al encuentro con todo su pueblo para pelear en
Edrei. 2Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en
tus manos he entregado a él y a todo su pueblo, y su tierra; y harás con él
como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. 3Y Jehová
nuestro Dios entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basán, y a todo su
pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno.4Y tomamos
entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta
ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán. 5Todas éstas
eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y cerrojos; además de
muchas otras ciudades sin muros. 6Y las
destruimos, como hicimos a Sehón, rey de Hesbón, destruyendo en toda ciudad a
hombres, mujeres y niños. 7Y tomamos para nosotros todo el ganado, y el
despojo de las ciudades.8También tomamos en aquel tiempo de mano de dos
reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo
de Arnón hasta el monte de Hermón. 9Los sidonios
llaman a Hermón Sirión; y los amorreos lo llaman Senir. 10Todas las
ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei,
ciudades del reino de Og en Basán. 11Porque sólo
Og, rey de Basán, había quedado del resto de los gigantes. He aquí su cama, una
cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón?; la longitud de ella de
nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre. 12Y esta tierra
que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón,
y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los
gaditas. 13Y el resto de Galaad y todo Basán, del reino de Og,
lo di a la media tribu de Manasés; toda la tierra de Argob, todo Basán, que se
llamaba la tierra de los gigantes.14Jair hijo de
Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gesur y Maacati; y la
llamó de su nombre Basán-havot-jair, hasta hoy. 15Y Galaad se
lo di a Maquir. 16Y a los rubenitas y gaditas les di desde Galaad
hasta el arroyo de Arnón, el medio del valle por término; hasta el arroyo de
Jaboc, término de los hijos de Amón; 17También la
llanura, con el Jordán como límite, desde Cineret hasta el mar del Arabá, el
Mar Salado, hasta las vertientes abajo del Pisga al oriente. 18Y os mandé en
aquel tiempo, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la
poseáis; pasaréis armados delante de vuestros hermanos los hijos de Israel,
todos los valientes. 19Solamente vuestras esposas, vuestros niños, y
vuestros ganados yo sé que tenéis mucho ganado, quedarán en vuestras ciudades
que os he dado, 20hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así
como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les
ha dado al otro lado del Jordán: entonces os volveréis cada uno a su heredad
que yo os he dado. 21Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo:
Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes;
así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. 22No los
temáis; que Jehová vuestro Dios, Él es el que pelea por vosotros. 23Y oré a
Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24Señor Jehová,
tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque
¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras, y conforme a
tus proezas? 25Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena, que
está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26Pero Jehová
estaba enojado conmigo por causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me
dijo Jehová: Bástate, no me hables más de este asunto. 27Sube a la
cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur, y al
oriente, y mírala con tus propios ojos; porque tú no cruzarás este
Jordán. 28Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque
él pasará delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que tú
verás. 29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.
DEUTERONOMIO 4
1Ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos
que yo os enseño, para que los ejecutéis y viváis, y entréis y poseáis la
tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. 2No añadiréis
a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno. 3Vuestros ojos
vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en
pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. 4Mas vosotros
que os aferrasteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.5Mirad, yo os
he enseñado estatutos y derechos tal como Jehová mi Dios me mandó, para que
hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla.6Guardadlos,
pues, y ponedlos por obra; porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos
estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es
ésta. 7Porque ¿qué nación grande hay que tenga a Dios tan
cerca a sí, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8Y ¿qué nación
grande hay que tenga estatutos y derechos tan justos como toda esta ley que hoy
pongo delante de vosotros? 9Por tanto,
guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que
tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida;
antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. 10El día que
estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el
pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para
temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán a sus
hijos; 11Y os acercasteis, y os pusisteis al pie del monte;
y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y
oscuridad. 12Y Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;
oísteis la voz de sus palabras, pero a excepción de oír la voz, ninguna figura
visteis. 13Y Él os anunció su pacto, el cual os mandó poner
por obra, los diez mandamientos; y los escribió en dos tablas de piedra.14A mí también
me mandó Jehová en aquel tiempo a enseñaros los estatutos y derechos, para que
los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis para poseerla. 15Guardad,
pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló
con vosotros de en medio del fuego; 16para que no
os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna,
efigie de varón o hembra, 17figura de algún animal que sea en la tierra, figura
de ave alguna alada que vuele por el aire, 18figura de
ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya
en el agua debajo de la tierra. 19No sea que
alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el
ejército del cielo, seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque
Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. 20Mas a
vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para
que le seáis por pueblo, por heredad, como en este día. 21Y Jehová se
enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni
entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad. 22Así que yo
voy a morir en esta tierra, y no cruzaré el Jordán; pero vosotros pasaréis y
poseeréis aquella buena tierra. 23Guardaos, no
sea que olvidéis el pacto de Jehová vuestro Dios, que Él estableció con vosotros,
y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha
prohibido. 24Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios
celoso. 25Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y
hubiereis envejecido en la tierra, y os corrompiereis, e hiciereis escultura o
imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro
Dios, para enojarlo; 26Yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra,
que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán
para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis totalmente
destruidos. 27Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y
quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará
Jehová: 28Y serviréis allí a dioses hechos de manos de
hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Mas si desde
allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares con todo tu corazón
y con toda tu alma. 30Cuando estuviereis en angustia, y te alcanzaren
todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y
oyeres su voz; 31porque Jehová tu Dios es Dios misericordioso; Él no
te abandonará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.32Pues pregunta
ahora acerca de los tiempos pasados que fueron antes de ti, desde el día en que
Dios creó al hombre sobre la tierra; y desde un extremo del cielo hasta el
otro, si se ha hecho cosa tan grande como ésta, o se ha oído algo como esto.33¿Ha oído
pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has
oído, y ha sobrevivido? 34¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una
nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con
guerra, y mano fuerte y brazo extendido, y grandes terrores, como todo lo que
hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35A ti te fue
mostrado, para que supieses que Jehová, Él es Dios; no hay otro fuera de
Él. 36Desde el cielo te hizo oír su voz, para enseñarte;
sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio
del fuego. 37Y porque Él amó a tus padres, escogió a su simiente
después de ellos, y te sacó delante de sí de Egipto con su gran poder; 38Para echar de
delante de ti naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte
su tierra por heredad, como hoy.39Reconoce
pues, hoy, y reconsidera en tu corazón que Jehová, Él es Dios arriba en el
cielo, y abajo sobre la tierra; no hay otro. 40Y guarda sus
estatutos y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y
a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu
Dios te da para siempre. 41Entonces apartó Moisés tres ciudades de este lado
del Jordán al nacimiento del sol, 42para que
huyese allí el homicida que matase a su prójimo por yerro, sin haber tenido
enemistad con él en el pasado; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su
vida. 43A Beser en el desierto, en tierra de la llanura, de
los rubenitas; y a Ramot en Galaad, de los gaditas; y a Golán en Basán, de los
de Manasés. 44Ésta, pues, es la ley que Moisés propuso delante de
los hijos de Israel. 45Éstos son los testimonios, y los estatutos, y los
derechos, que Moisés notificó a los hijos de Israel, cuando hubieron salido de
Egipto; 46a este lado del Jordán, en el valle delante de
Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, al
cual hirió Moisés con los hijos de Israel, cuando hubieron salido de
Egipto: 47Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de
Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, hacia el
nacimiento del sol: 48Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo
de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón; 49y toda la
llanura de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, hasta las
vertientes de las aguas abajo del Pisga.
DEUTERONOMIO 5
1Y Moisés llamó a todo Israel, y les dijo: Oye,
Israel, los estatutos y derechos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos: y
aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2Jehová
nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. 3No con
nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos
aquí hoy vivos. 4Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte
de en medio del fuego 5Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para
declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y
no subisteis al monte, diciendo: 6Yo soy Jehová
tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 7No tendrás
dioses ajenos delante de mí. 8No harás para
ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en el cielo, o abajo en
la tierra, o en las aguas debajo de la tierra. 9No te
inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte,
celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen,10y que hago
misericordia a millares de los que me aman y guardan mis mandamientos. 11No tomarás en
vano el nombre de Jehová tu Dios; porque Jehová no dará por inocente al que
tomare en vano su nombre. 12Guarda el día sábado para santificarlo, como Jehová
tu Dios te ha mandado. 13Seis días trabajarás y harás toda tu obra: 14Mas el
séptimo día es el sábado de Jehová tu Dios: no harás en él obra alguna, tú, ni
tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni
ningún animal tuyo, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas; para que
descanse tu siervo y tu sierva como tú. 15Y acuérdate
que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con
mano fuerte y brazo extendido: por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que
guardes el día de reposo. 16Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios
te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien
sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. 17No
matarás. 18No cometerás adulterio. 19No hurtarás.20No dirás
falso testimonio contra tu prójimo. 21No codiciarás
la esposa de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su
siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu
prójimo. 22Estas palabras habló Jehová a toda vuestra
congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad,
a gran voz: y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales
me dio a mí. 23Y aconteció que cuando oísteis la voz de en medio
de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, os acercasteis a mí,
todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;24y dijisteis:
He aquí, Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos
oído su voz de en medio del fuego: hoy hemos visto que Jehová habla al hombre,
y éste vive. 25Ahora pues, ¿por qué moriremos? Porque este gran
fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios,
moriremos. 26Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz
del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y
viva? 27Acércate tú, y oye todas las cosas que Jehová
nuestro Dios diga; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te diga, y
nosotros lo oiremos y lo haremos. 28Y oyó Jehová
la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y me dijo Jehová: He oído la
voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo
que han dicho.29¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me
temiesen, y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y
a sus hijos les fuese bien para siempre! 30Ve, diles:
Volveos a vuestras tiendas. 31Y tú quédate
aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les
has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy
para poseerla. 32Mirad, pues, que hagáis como Jehová vuestro Dios os
ha mandado: no os apartéis a derecha ni a izquierda;33Andad en todo
camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis, y os vaya bien,
y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
DEUTERONOMIO 6
1Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y
decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis
por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para poseerla: 2Para que
temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo
te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que
tus días sean prolongados. 3Oye pues, oh
Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis
multiplicados, como te ha prometido Jehová el Dios de tus padres, en la tierra
que fluye leche y miel.4Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:5Y amarás a
Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus
fuerzas. 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre
tu corazón: 7Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: 8Y las atarás
por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos: 9Y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas. 10Y será,
cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró a tus padres
Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no
edificaste, 11y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y
cisternas cavadas, que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste; luego
que comieres y te saciares,12guárdate que no te olvides de Jehová, que te sacó
de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 13A Jehová tu
Dios temerás, y a Él solo servirás, y por su nombre jurarás. 14No andaréis
en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros
contornos: 15Porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de
ti está; no sea que se encienda el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te
destruya de sobre la faz de la tierra. 16No tentaréis
a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.17Guardaréis
diligentemente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus
estatutos que te ha mandado. 18Y harás lo
recto y bueno en ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la
buena tierra que Jehová juró a tus padres;19para echar a
todos tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho. 20Y cuando
mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y
estatutos y derechos que Jehová nuestro Dios os ha mandado? 21Entonces
dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó
de Egipto con mano fuerte; 22y Jehová
mostró señales y milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre
toda su casa, delante de nuestros ojos; 23y nos sacó de
allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres; 24Y nos mandó
Jehová que ejecutásemos todos estos estatutos, y que temiésemos a Jehová
nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para preservarnos la
vida, como hasta hoy. 25Y tendremos justicia cuando cuidáremos de poner por
obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como Él nos ha
mandado.
DEUTERONOMIO 7
1Cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la
tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante
de ti muchas naciones, al heteo, al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al
ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que
tú; 2Y cuando Jehová tu Dios las hubiere entregado
delante de ti, las herirás; del todo las destruirás; no harás con ellos
alianza, ni les tendrás misericordia. 3Y no
emparentarás con ellos: no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para
tu hijo. 4Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y
servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y
te destruirá presto.5Mas así habéis de hacer con ellos: Sus altares
destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera, y
quemaréis sus esculturas en el fuego. 6Porque tú
eres pueblo santo a Jehová tu Dios: Jehová tu Dios te ha escogido para serle un
pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la
tierra. 7No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha
querido Jehová, y os ha escogido; porque vosotros erais el más pequeño de todos
los pueblos; 8mas porque Jehová os amó, y quiso guardar el
juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano fuerte, y os
ha rescatado de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto. 9Conoce, pues,
que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a
los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones; 10Y que da el
pago en su cara al que le aborrece, destruyéndolo; y no lo dilatará al que le
odia, en su cara le dará el pago. 11Guarda por
tanto los mandamientos, estatutos y derechos que yo te mando hoy que
cumplas. 12Y será que, si obedeciereis a estos decretos, y los
guardares y los pusieres por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y
la misericordia que juró a tus padres; 13y te amará, y
te bendecirá, y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto
de tu tierra, y tu grano, y tu mosto, y tu aceite, la cría de tus vacas, y los
rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.14Bendito serás
más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus
bestias. 15Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las
malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las
pondrá sobre todos los que te aborrecieren. 16Y consumirás
a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo; ni
servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.17Cuando
dijeres en tu corazón: Estas naciones son más grandes que yo, ¿cómo las podré
desarraigar?18No tengas temor de ellos; acuérdate bien de lo que
hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto;19de las
grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano
fuerte y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu
Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. 20Y también
enviará Jehová tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que
quedaren, y los que se hubieren escondido de delante de ti. 21No desmayes
delante de ellos, que Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y
terrible. 22Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante
de ti poco a poco; no las podrás acabar luego, no sea que las bestias del campo
se aumenten contra ti. 23Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y
Él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas. 24Y Él
entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo
del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas. 25Las
esculturas de sus dioses quemarás en el fuego: no codiciarás plata ni oro de
sobre ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es
abominación a Jehová tu Dios; 26y no meterás
abominación en tu casa, para que no seas anatema como ello; del todo lo
aborrecerás y lo abominarás; porque es anatema.
DEUTERONOMIO 8
1Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo
os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis, y poseáis la
tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres. 2Y te
acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos
cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que
había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3Y te afligió,
y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni
tus padres la habían conocido; para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Jehová vivirá el
hombre. 4Tu ropa nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se
te ha hinchado por estos cuarenta años. 5Reconoce asimismo
en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te
castiga. 6Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu
Dios, andando en sus caminos, y temiéndolo. 7Porque Jehová
tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de
fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes; 8tierra de
trigo y cebada, y de vides, e higueras, y granados; tierra de olivos, de
aceite, y de miel; 9tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no
te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y cortarás bronce
de sus montes. 10Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu
Dios por la buena tierra que te habrá dado. 11Guárdate de
que no te olvides de Jehová tu Dios, dejando de observar sus mandamientos, y
sus derechos y sus estatutos que yo te ordeno hoy. 12No sea que
comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que mores, 13y se
multipliquen tus vacas y tus ovejas, y se te multiplique la plata y el oro, y
todo lo que tuvieres se te aumente,14y se eleve
luego tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de
Egipto, de casa de siervos; 15que te hizo
caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de
escorpiones, y de sed, donde no había agua, y Él te sacó agua de la roca del pedernal; 16que te
sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido,
afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17y digas en tu
corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza. 18Antes acuérdate
de Jehová tu Dios; porque Él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de
confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19Mas será que
si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios, y anduvieres en pos de dioses
ajenos, y les sirvieres, y los adorares, yo testifico hoy contra vosotros, que
de cierto pereceréis. 20Como las naciones que Jehová destruirá delante de
vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová
vuestro Dios.
DEUTERONOMIO 9
1Oye, Israel: tú estás hoy para pasar el Jordán,
para entrar a poseer naciones más grandes y más poderosas que tú, ciudades
grandes y amuralladas hasta el cielo, 2un pueblo
grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y
has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac? 3Sabe, pues,
hoy que Jehová tu Dios es el que pasa delante de ti, fuego consumidor, que los
destruirá y humillará delante de ti: y tú los echarás, y los destruirás luego,
como Jehová te ha dicho. 4No discurras en tu corazón cuando Jehová tu Dios
los habrá echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha metido
Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las
echa de delante de ti. 5No por tu justicia, ni por la rectitud de tu
corazón entras a poseer la tierra de ellos; mas por la impiedad de estas
naciones Jehová tu Dios las echa de delante de ti, y para confirmar la palabra
que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac, y Jacob.6Por tanto,
sabe que no por tu justicia Jehová tu Dios te da esta buena tierra para
poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú. 7Acuérdate, no
te olvides que has provocado a ira a Jehová tu Dios en el desierto: desde el
día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar,
habéis sido rebeldes a Jehová. 8Y en Horeb
provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová contra vosotros para destruiros.9Cuando yo
subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que
Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta
noches, sin comer pan ni beber agua: 10y me dio
Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba
escrito conforme a todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en
medio del fuego, el día de la asamblea. 11Y fue al cabo
de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de
piedra, las tablas del pacto. 12Y me dijo
Jehová: Levántate, desciende aprisa de aquí; que tu pueblo que sacaste de
Egipto se ha corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se
han hecho una imagen de fundición.13Y me habló
Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que es pueblo duro de
cerviz: 14Déjame que los destruya, y raiga su nombre de
debajo del cielo; que yo haré de ti una nación más poderosa y más grande que
ellos. 15Y volví y descendí del monte, el cual ardía en
fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos. 16Y miré, y he
aquí habíais pecado contra Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de
fundición, apartándoos pronto del camino que Jehová os había mandado. 17Entonces tomé
las dos tablas, y las arrojé de mis dos manos, y las quebré delante de vuestros
ojos. 18Y me postré delante de Jehová, como antes, cuarenta
días y cuarenta noches: no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro
pecado que habíais cometido haciendo mal en ojos de Jehová para enojarlo. 19Porque temí a
causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para
destruiros. Pero Jehová me escuchó también esta vez. 20Contra Aarón
también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo: y también oré por Aarón
entonces. 21Y tomé vuestro pecado, el becerro que habíais
hecho, y lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndole muy bien, hasta que
fue reducido a polvo: y eché el polvo de él en el arroyo que descendía del
monte.22También en Tabera, y en Masah, y en Kibrot-hataava,
enojasteis a Jehová. 23Y cuando Jehová os envió desde Cades-barnea,
diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado; también fuisteis rebeldes
al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a su
voz. 24Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo
os conozco. 25Me postré, pues, delante de Jehová cuarenta días y
cuarenta noches como me había postrado antes porque Jehová dijo que os había de
destruir. 26Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no
destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que
sacaste de Egipto con mano fuerte.27Acuérdate de
tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a
su impiedad, ni a su pecado; 28no sea que
digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová
introducirlos en la tierra que les había dicho, o porque los aborrecía, los
sacó para matarlos en el desierto.29Y ellos son
tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran fortaleza y con tu brazo
extendido.
DEUTERONOMIO 10
1En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas
de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de
madera; 2y escribiré en aquellas tablas palabras que estaban
en las tablas primeras que quebraste; y las pondrás en el arca. 3E hice un arca
de madera de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al
monte con las dos tablas en mi mano. 4Y escribió en
las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os
había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me
las dio Jehová. 5Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en
el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó6Después
partieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jaacán a Moserá: allí murió Aarón,
y allí fue sepultado; y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar. 7De allí
partieron a Gudgod, y de Gudgod a Jotbata, tierra de arroyos de aguas. 8En aquel
tiempo apartó Jehová la tribu de Leví, para que llevase el arca del pacto de
Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en
su nombre, hasta hoy. 9Por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus
hermanos: Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo. 10Y yo estuve
en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová
me escuchó también esta vez, y no quiso Jehová destruirte. 11Y me dijo
Jehová: Levántate, anda, para que vayas delante del pueblo, para que entren y
posean la tierra que juré a sus padres que les había de dar. 12Ahora, pues,
Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que
andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma; 13que guardes
los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy para tu
bien? 14He aquí, de Jehová tu Dios es el cielo, y el cielo
de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella. 15Solamente de
tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su simiente después de
ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día. 16Circuncidad
pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. 17Porque Jehová
vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y
terrible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; 18Que hace
justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y
vestido. 19Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros
fuisteis vosotros en tierra de Egipto. 20A Jehová tu
Dios temerás, a Él servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás. 21Él es tu
alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas
que tus ojos han visto.22Con setenta almas descendieron tus padres a Egipto;
y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.
DEUTERONOMIO 11
1Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás su
ordenanza, y sus estatutos y sus derechos y sus mandamientos, todos los
días. 2Y comprended hoy: porque no hablo con vuestros
hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su
grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido, 3y sus
señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a
toda su tierra; 4y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos
y a sus carros; cómo hizo que las aguas del Mar Rojo cayeran sobre ellos cuando
venían tras vosotros, y Jehová los destruyó hasta hoy; 5y lo que ha
hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado a este lugar;6y lo que hizo
con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su boca,
y se tragó a ellos y a sus casas, y sus tiendas, y toda la hacienda que tenían
en pie en medio de todo Israel. 7Mas vuestros
ojos han visto todos los grandes hechos que Jehová ha ejecutado. 8Guardad,
pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis
fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra, a la cual pasáis para
poseerla; 9Y para que os sean prolongados los días sobre la
tierra, que juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su
simiente, tierra que fluye leche y miel. 10Que la tierra
a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde habéis
salido, donde sembrabas tu simiente, y regabas con tu pie, como huerto de
hortaliza. 11La tierra a la cual pasáis para poseerla, es tierra
de montes y de vegas; que bebe el agua de la lluvia del cielo; 12Tierra de la
cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios,
desde el principio del año hasta el fin del año.13Y será que,
si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando
a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda
vuestra alma, 14yo daré la lluvia de vuestra tierra en su tiempo,
la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite. 15Daré también
hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te saciarás. 16Guardaos,
pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis, y sirváis a dioses
ajenos, y os inclinéis a ellos; 17y así se
encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya
lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os
da Jehová.18Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro
corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por
frontales entre vuestros ojos. 19Y las
enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas, cuando estés sentado en tu
casa, y cuando andes por el camino; cuando te acuestes, y cuando te
levantes. 20Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus
puertas; 21para que sean aumentados vuestros días, y los días
de vuestros hijos, sobre la tierra que juró Jehová a vuestros padres que les
había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.22Porque si
guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, para
que los cumpláis; y si amareis a Jehová vuestro Dios andando en todos sus
caminos, y siguiéndole a Él, 23Jehová
también echará a todas estas naciones de delante de vosotros y poseeréis
naciones grandes y más fuertes que vosotros. 24Todo lugar
que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro; desde el desierto y el
Líbano, desde el río, el río Éufrates, hasta el mar postrero será vuestro
término. 25Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y
temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre la faz de toda la tierra que
hollareis, como Él os ha dicho. 26He aquí yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27La bendición,
si obedeciereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo
hoy; 28y la maldición, si no obedeciereis los mandamientos
de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para
ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido. 29Y será que,
cuando Jehová tu Dios te introdujere en la tierra a la cual vas para poseerla,
pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte
Ebal. 30¿No están éstos al otro lado del Jordán, hacia
donde se pone el sol, en la tierra de los cananeos, que habitan el Arabá,
frente a Gilgal, junto a la llanura de Moreh? 31Porque
vosotros pasáis el Jordán, para ir a poseer la tierra que os da Jehová vuestro
Dios; y la poseeréis, y habitaréis en ella.32Cuidaréis,
pues, de poner por obra todos los estatutos y derechos que yo presento hoy
delante de vosotros.
DEUTERONOMIO 12
1Éstos son los estatutos y derechos que cuidaréis de
poner por obra, en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado para
que la poseas, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra. 2Destruiréis
enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredareis
sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo
de todo árbol espeso: 3Y derribaréis sus altares, y quebraréis sus
estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las
esculturas de sus dioses, y extirparéis el nombre de ellas de aquel
lugar. 4No haréis así a Jehová vuestro Dios. 5Mas el lugar
que Jehová vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner allí su
nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis: 6Y allí
llevaréis vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y
la ofrenda elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas
voluntarias, y los primogénitos de vuestras vacas y de vuestras ovejas:7Y comeréis
allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras
familias, en toda obra de vuestras manos en que Jehová tu Dios te hubiere
bendecido. 8No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí
ahora, cada uno hace lo que parece bien a sus propios ojos; 9porque aún
hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro
Dios. 10Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra
que Jehová vuestro Dios os hace heredar, y Él os dará reposo de todos vuestros
enemigos alrededor, y habitaréis seguros. 11Y al lugar
que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí
llevaréis todas las cosas que yo os mando; vuestros holocaustos, y vuestros
sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo
lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido a Jehová; 12y os
alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y
vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el levita que
estuviere en vuestras poblaciones: por cuanto no tiene parte ni heredad con
vosotros. 13Guárdate, que no ofrezcas tus holocaustos en
cualquier lugar que vieres; 14sino en el
lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus
holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. 15Con todo,
podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu
alma, según la bendición de Jehová tu Dios que Él te habrá dado; el inmundo y
el limpio la comerá, como la de corzo o de ciervo. 16Salvo que
sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.17Ni podrás
comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, o de tu vino, o de tu aceite,
ni de los primogénitos de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que
prometieres, ni tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus
manos: 18Mas delante de Jehová tu Dios las comerás, en el
lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu
siervo, y tu sierva, y el levita que está en tus poblaciones; y te alegrarás
delante de Jehová tu Dios en toda obra de tus manos. 19Ten cuidado
de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu tierra.20Cuando Jehová
tu Dios ensanchare tu término, como Él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne,
porque deseó tu alma comerla, conforme a todo el deseo de tu alma comerás
carne. 21Cuando estuviere lejos de ti el lugar que Jehová tu
Dios habrá escogido, para poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus
ovejas, que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus
puertas según todo lo que deseare tu alma. 22Lo mismo que
se come el corzo y el ciervo, así las comerás: el inmundo y el limpio comerán
también de ellas. 23Sólo asegúrate de no comer sangre; porque la sangre
es la vida; y no has de comer la vida juntamente con su carne. 24No la
comerás; en tierra la derramarás como agua. 25No comerás de
ella; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres
lo recto en ojos de Jehová. 26Pero las
cosas que tuvieres consagradas, y tus votos, las tomarás, y vendrás al lugar
que Jehová hubiere escogido; 27y ofrecerás
tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios: y la
sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y
comerás la carne. 28Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando,
para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, cuando
hicieres lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.29Cuando Jehová
tu Dios hubiere destruido delante de ti las naciones a donde tú vas para
poseerlas, y las heredares, y habitares en su tierra, 30guárdate que
no tropieces en pos de ellas, después que fueren destruidas delante de ti; no
preguntes acerca de sus dioses, diciendo: ¿Cómo servían estas naciones a sus
dioses? Así haré yo también. 31No harás así
a Jehová tu Dios; porque todo lo que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus
dioses; pues aun a sus hijos e hijas quemaban en el fuego a sus dioses. 32Cuidaréis de
hacer todo lo que yo os mando: no añadirás a ello, ni quitarás de ello.
DEUTERONOMIO 13
1Cuando se levantare en medio de ti profeta, o
soñador de sueños, y te diere señal o prodigio, 2y se
cumpliere la señal o prodigio que él te dijo, diciendo: Vamos en pos de dioses
ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3no darás oído
a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños: porque Jehová
vuestro Dios os prueba, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo
vuestro corazón, y con toda vuestra alma. 4En pos de
Jehová vuestro Dios andaréis, y a Él temeréis, y guardaréis sus mandamientos, y
escucharéis su voz, y a Él serviréis, y a Él seguiréis. 5Y el tal
profeta o soñador de sueños, ha de ser muerto; por cuanto habló para alejaros
de Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto, y te rescató de casa de
siervos, y de echarte del camino por el que Jehová tu Dios te mandó que
anduvieses. Así quitarás el mal de en medio de ti. 6Cuando te
incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la esposa de tu
seno, o tu amigo que sea como tu alma, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a
dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, 7de los dioses
de los pueblos que están en vuestros alrededores cerca de ti o lejos de ti,
desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella, 8no
consentirás con él, ni le darás oído; ni tu ojo le perdonará, ni tendrás
compasión, ni lo encubrirás;9antes has de matarlo; tu mano será primero sobre él
para matarle, y después la mano de todo el pueblo.10Y lo
apedrearás hasta que muera; por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que
te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos: 11Para que todo
Israel oiga, y tema, y no tornen a hacer cosa semejante a esta mala cosa en
medio de ti.12Cuando oyeres de alguna de tus ciudades que Jehová
tu Dios te da para que mores en ellas, que se dice: 13Hombres, hijos
de Belial, han salido de en medio de ti, que han instigado a los moradores de
su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no
conocisteis; 14tú inquirirás, y buscarás, y preguntarás con
diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en
medio de ti, 15irremisiblemente herirás a filo de espada a los
moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y
también sus bestias a filo de espada. 16Y juntarás
todo el despojo de ella en medio de su plaza, y consumirás con fuego la ciudad
y todo su despojo, todo ello, a Jehová tu Dios; y será un montón para siempre;
nunca más se edificará. 17Y no se pegará algo a tu mano del anatema; para que
Jehová se aparte del furor de su ira y te muestre misericordia, y tenga
compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres, 18cuando
obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo
te prescribo hoy, para hacer lo recto en ojos de Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 14
1Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis,
ni pondréis calva sobre vuestros ojos por muerto;2porque eres
pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un
pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la
tierra. 3Nada abominable comerás.4Éstos son los
animales que comeréis: el buey, la oveja, y la cabra, 5el ciervo, la
gacela, el corzo, la cabra montés, el antílope, el carnero montés y el
gamo. 6Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de
dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis. 7Pero éstos no
comeréis de los que rumian, o tienen uña hendida: camello, y liebre, y conejo,
porque rumian, mas no tienen uña hendida, os serán inmundos; 8ni puerco;
porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos
no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos. 9Esto comeréis
de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis;10Mas todo lo
que no tuviere aleta y escama, no comeréis: inmundo os será. 11Toda ave
limpia comeréis. 12Y éstas son de las que no comeréis: el águila, el
quebrantahuesos, el esmerejón, 13el azor, el
halcón y el milano según su especie, 14y todo cuervo
según su especie, 15El búho, el halcón nocturno, la gaviota, el gavilán
según su especie, 16la lechuza, el búho real, el cisne, 17el pelícano,
el buitre, el calamón, 18la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla
y el murciélago. 19Y todo insecto alado os será inmundo; no se
comerá. 20Toda ave limpia comeréis. 21Ninguna cosa
mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la
comerá: o véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios.
No cocerás el cabrito en la leche de su madre. 22Sin falta
diezmarás todo el producto de tu sementera, que rindiere tu campo cada
año. 23Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que
Él escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu
vino, y de tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para
que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. 24Y si el
camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti
el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando
Jehová tu Dios te bendijere,25entonces lo venderás, y atarás el dinero en tu
mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 26y darás el
dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, o por ovejas, o por vino, o
por sidra, o por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí
delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. 27Y no
desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte
ni heredad contigo. 28Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de
tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades: 29Y vendrá el
levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y
la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que
Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.
DEUTERONOMIO 15
1Al final de cada siete años harás remisión. 2Y ésta es la
manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de
su mano, con que obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su
hermano; porque la remisión de Jehová es pregonada. 3Del
extranjero demandarás el reintegro: mas lo que tu hermano tuviere tuyo, lo
perdonará tu mano; 4Para que así no haya en ti mendigo; porque Jehová
te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad
para que la poseas, 5si sólo escuchares fielmente la voz de Jehová tu
Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te intimo
hoy. 6Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te
ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; y
señorearás sobre muchas naciones, pero ellas no señorearán sobre ti. 7Cuando
hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades,
en tu tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás
tu mano a tu hermano pobre: 8Mas abrirás a
él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que
necesite. 9Guárdate que no haya en tu corazón perverso
pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo
sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar
contra ti a Jehová, y se te imputará a pecado.10Sin falta le
darás, y no sea tu corazón maligno cuando le dieres: que por ello te bendecirá
Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que pusieres mano. 11Porque no
faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo:
Abrirás tu mano a tu hermano, a tu pobre, y a tu menesteroso en tu
tierra. 12Cuando se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea,
y te hubiere servido seis años, al séptimo año le despedirás libre de ti. 13Y cuando lo
despidieres libre de ti, no lo enviarás vacío:14Le
abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era, y de tu lagar; le darás de
aquello en que Jehová te hubiere bendecido. 15Y te
acordarás que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te
rescató: por tanto yo te mando esto hoy. 16Y será que si
él te dijere: No saldré de contigo; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le
va bien contigo;17entonces tomarás una lezna, y horadarás su oreja
junto a la puerta, y será tu siervo para siempre: así también harás a tu
criada. 18No te parezca duro cuando de ti le enviares libre;
que digno de doble salario de jornalero te sirvió seis años: y Jehová tu Dios
te bendecirá en todo cuanto hicieres.19Santificarás
a Jehová tu Dios todo primerizo macho que nacerá de tus vacas y de tus ovejas:
no te sirvas del primerizo de tus vacas, ni trasquiles el primerizo de tus
ovejas. 20Delante de Jehová tu Dios los comerás cada un año,
tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiere. 21Y si hubiere
en él tacha, ciego o cojo, o cualquiera mala falta, no lo sacrificarás a Jehová
tu Dios. 22En tus poblaciones lo comerás: el inmundo lo mismo
que el limpio comerán de él, como de un corzo o de un ciervo. 23Solamente que
no comas su sangre: sobre la tierra la derramarás como agua.
DEUTERONOMIO 16
1Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová
tu Dios: porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto de
noche. 2Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las
ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para hacer habitar allí
su nombre. 3No comerás con ella leudo; siete días comerás con
ella pan por leudar, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de
Egipto: para que te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto
todos los días de tu vida. 4Y no se
dejará ver levadura contigo en todo tu término por siete días; y de la carne
que matares a la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana. 5No podrás
sacrificar la pascua en ninguna de tus ciudades, que Jehová tu Dios te
da; 6Sino en el lugar que Jehová tu Dios escogiere para
hacer habitar allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde a puesta del
sol, al tiempo que saliste de Egipto: 7Y la asarás y
comerás en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido; y por la mañana te
volverás y restituirás a tu morada. 8Seis días
comerás pan sin levadura, y el séptimo día será fiesta solemne a Jehová tu
Dios; no harás obra en él.9Siete semanas te contarás: desde que comiences a meter
la hoz en la mies comenzarás a contar las siete semanas. 10Y harás la
solemnidad de las semanas a Jehová tu Dios: de la suficiencia voluntaria de tu
mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 11Y te
alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y
tu sierva, y el levita que estuviere en tus ciudades, y el extranjero, y el
huérfano, y la viuda, que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu
Dios hubiere escogido para hacer habitar allí su nombre. 12Y acuérdate
que fuiste siervo en Egipto; por tanto guardarás y cumplirás estos
estatutos. 13La solemnidad de las cabañas harás por siete días,
cuando hubieres hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. 14Y te
alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu
sierva, y el levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en
tus poblaciones. 15Siete días celebrarás fiestas solemnes a Jehová tu
Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios
en todos tus frutos, y en toda obra de tus manos, y estarás ciertamente alegre.16Tres veces
cada año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar
que Él escogiere; en la fiesta de los panes sin levadura, y en la fiesta de las
semanas, y en la fiesta de los tabernáculos. Y no te presentarás con las manos
vacías delante de Jehová: 17Cada uno dará lo que pueda, conforme a la bendición
de Jehová tu Dios, que Él te hubiere dado. 18Jueces y
alcaldes te pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus
tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.19No tuerzas el
derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno
ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20La justicia,
la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te
da.21No te plantarás ningún árbol de Asera cerca del
altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho. 22Ni te
levantarás estatua; lo cual aborrece Jehová tu Dios.
DEUTERONOMIO 17
1No sacrificarás para Jehová tu Dios buey, o
cordero, en el cual haya falta o alguna cosa mala; porque es abominación a
Jehová tu Dios. 2Cuando se hallare entre ti, en alguna de tus
ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre, o mujer, que haya hecho mal en ojos
de Jehová tu Dios traspasando su pacto,3que hubiere
ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o
a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo no he mandado;4y te fuere
dado aviso, y, después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa parece de
verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;5entonces
sacarás al hombre o mujer que hubiere hecho esta mala cosa, a tus puertas,
hombre o mujer, y los apedrearás con piedras, y así morirán. 6Por dicho de
dos testigos, o de tres testigos, morirá el que hubiere de morir; no morirá por
el dicho de un solo testigo. 7La mano de
los testigos será primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el
pueblo: así quitarás el mal de en medio de ti. 8Cuando alguna
cosa te fuere oculta en juicio entre sangre y sangre, entre causa y causa, y
entre llaga y llaga, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te
levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 9Y vendrás a
los sacerdotes levitas, y al juez que fuere en aquellos días, y preguntarás; y
te enseñarán la sentencia del juicio. 10Y harás según
la sentencia que te indicaren los del lugar que Jehová escogiere, y cuidarás de
hacer según todo lo que te manifestaren.11Según la ley
que ellos te enseñaren, y según el juicio que te dijeren, harás: no te
apartarás ni a derecha ni a izquierda de la sentencia que te mostraren. 12Y el hombre
que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para
ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal varón morirá: y
quitarás el mal de Israel. 13Y todo el
pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerán más. 14Cuando
hubieres entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y la poseyeres, y
habitares en ella, y dijeres: Pondré rey sobre mí, como todas las naciones que
están en mis alrededores; 15Sin duda pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu
Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti: no podrás poner
sobre ti hombre extranjero, que no sea tu hermano. 16Pero que no
se aumente caballos, ni haga volver el pueblo a Egipto para acrecentar
caballos; porque Jehová os ha dicho: No procuraréis volver más por este camino.17Ni aumentará
para sí esposas, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro acumulará
para sí en gran cantidad. 18Y será, cuando se sentare sobre el trono de su
reino, que ha de escribir para sí en un libro una copia de esta ley, la cual
está delante de los sacerdotes levitas. 19Y la tendrá
consigo, y leerá en ella todos los días de su vida, para que aprenda a temer a
Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos,
para ponerlos por obra; 20para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos,
ni se aparte del mandamiento a derecha ni a izquierda; a fin que prolongue sus
días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
DEUTERONOMIO 18
1Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no
tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas encendidas a Jehová, y de
la heredad de Él comerán.2No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos:
Jehová es su heredad, como Él les ha dicho. 3Y éste será
el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en
sacrificio buey o cordero; darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el
cuajar. 4Las primicias de tu grano, de tu vino, y de tu
aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás:5Porque le ha
escogido Jehová tu Dios de todas tus tribus, para que esté para ministrar al
nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre. 6Y cuando el
levita saliere de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde hubiere
peregrinado, y viniere con todo deseo de su alma al lugar que Jehová
escogiere, 7ministrará al nombre de Jehová su Dios, como todos
sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante de Jehová. 8Tendrán
porciones iguales para comer, aparte de lo que obtengan por la venta de sus
patrimonios. 9Cuando hubieres entrado en la tierra que Jehová tu
Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas
naciones. 10No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a
su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego,
ni hechicero, 11ni encantador, ni adivino, ni espiritista, ni quien
consulte a los muertos.12Porque es abominación a Jehová cualquiera que hace
estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echa de delante de
ti. 13Perfecto serás para con Jehová tu Dios. 14Porque estas
naciones que has de heredar, escuchan a agoreros y a adivinos; pero en cuanto a
ti, Jehová tu Dios no te ha permitido eso. 15Profeta de en
medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a Él
oiréis:16Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en
Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi
Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. 17Y Jehová me
dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. 18Profeta les
levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su
boca, y Él les hablará todo lo que yo le mande. 19Y sucederá
que a cualquiera que no escuche mis palabras que Él ha de hablar en mi nombre,
yo lo llamaré a cuentas. 20Pero el profeta que tenga la presunción de hablar
una palabra en mi nombre que yo no le haya mandado hablar, o que hable en
nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. 21Y si dices en
tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?22Cuando un
profeta hable en el nombre de Jehová, y no acontece tal cosa, ni se cumple, es
palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no
tengas temor de él.
DEUTERONOMIO 19
1Cuando Jehová tu Dios cortare a las naciones cuya
tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las heredares, y habitares en sus
ciudades y en sus casas; 2te apartarás tres ciudades en medio de tu tierra
que Jehová tu Dios te da para que la poseas. 3Te arreglarás
el camino, y dividirás en tres partes el término de tu tierra, que Jehová tu
Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida huya allí. 4Y éste es el
caso del homicida que ha de huir allí para salvar su vida; el que hiriere a su
prójimo por yerro, al cual no le tenía aversión previamente. 5Como el que
fue con su prójimo al monte a cortar leña, y poniendo fuerza con su mano en el
hacha para cortar algún leño, saltó el hierro del cabo, y encontró a su prójimo,
y murió; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá;6no sea que el
pariente del muerto vaya tras el homicida, cuando se enardeciere su corazón, y
le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser
condenado a muerte; por cuanto no tenía enemistad con su prójimo
previamente. 7Por tanto yo te mando, diciendo: Tres ciudades te
apartarás. 8Y si Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como
lo juró a tus padres, y te diere toda la tierra que prometió dar a tus
padres; 9y guardares todos estos mandamientos, que yo te
prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus
caminos todos los días, entonces añadirás tres ciudades a más de estas
tres; 10para que no sea derramada sangre inocente en medio
de tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y sea sobre ti sangre. 11Mas cuando
hubiere alguno que aborreciere a su prójimo, y lo acechare, y se levantare
sobre él, y lo hiriere de muerte, y muriere, y huyere a alguna de estas
ciudades; 12entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo
sacarán de allí, y lo entregarán en mano del pariente del muerto, y morirá.13No le
perdonará tu ojo; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien. 14No reducirás
el término de tu prójimo, el cual señalaron los antiguos en tu heredad, la que
poseyeres en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas. 15No valdrá un
solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en
cualquier pecado que se cometiere. En el testimonio de dos testigos, o en el
testimonio de tres testigos consistirá el asunto.16Cuando se
levantare testigo falso contra alguno, para testificar alguna transgresión
contra él,17entonces los dos hombres litigantes se presentarán
delante de Jehová, delante de los sacerdotes y jueces que fueren en aquellos
días. 18Y los jueces inquirirán bien, y si aquel testigo
resultare falso, y que testificó falsamente contra su hermano, 19entonces
haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de
ti. 20Y los que quedaren oirán, y temerán, y no volverán
más a hacer una mala cosa como ésta, en medio de ti. 21Y no
perdonará tu ojo; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano,
pie por pie.
DEUTERONOMIO 20
1Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y
vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de
ellos, porque Jehová tu Dios es contigo, el cual te sacó de tierra de
Egipto. 2Y será que, cuando os acercareis para combatir,
vendrá el sacerdote, y hablará al pueblo, 3y les dirá:
Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no
desmaye vuestro corazón, no temáis, no os azoréis, ni tampoco os desalentéis
delante de ellos. 4Porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para
pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros. 5Y los
oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la
ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y
algún otro la estrene.6¿Y quién ha plantado viña, y no ha hecho común uso
de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún
otro la goce. 7¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha
tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún
otro la tome. 8Y los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y
dirán: ¿Quién es hombre medroso y apocado de corazón? Vaya, y vuélvase a su
casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo. 9Y será que,
cuando los oficiales acabaren de hablar al pueblo, entonces los capitanes de
los ejércitos mandarán delante del pueblo.10Cuando te
acercares a una ciudad para combatirla, le proclamarás la paz. 11Y será que,
si te diere respuesta de paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere
hallado te será tributario, y te servirá.12Mas si no
hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contra ti, entonces la
sitiarás. 13Luego que Jehová tu Dios la entregare en tu mano,
herirás a todo varón suyo a filo de espada. 14Pero las
mujeres y los niños, y los animales y todo lo que haya en la ciudad, todo el
despojo tomarás para ti: comerás del despojo de tus enemigos, que Jehová tu
Dios te ha entregado.15Así harás a todas las ciudades que están muy lejos
de ti, que no son de las ciudades de estas naciones.16Pero de las
ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, no dejarás con
vida nada que respire; 17sino que del todo los destruirás; al heteo, al
amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová tu Dios te
ha mandado;18Para que no os enseñen a hacer según todas sus
abominaciones que ellos hacen para sus dioses, y pequéis contra Jehová vuestro
Dios. 19Cuando pusieres cerco a alguna ciudad, peleando
contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha
en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás para emplearlos en el
sitio porque el árbol del campo es la vida del hombre.20Mas el árbol
que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y
construye baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla.
DEUTERONOMIO 21
1Y si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que
la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere
quién lo mató, 2entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y
medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto: 3Y será, que
los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de
la vacada una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 4y los
ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle áspero, que nunca haya
sido arado ni sembrado, y cortarán el cuello a la becerra allí en el valle.5Entonces
vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios
para que le sirvan, y para bendecir en nombre de Jehová; y por la palabra de
ellos se resolverá toda controversia y toda ofensa. 6Y todos los
ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la
becerra degollada en el valle. 7Y
protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros
ojos lo vieron. 8Sé misericordioso, oh Jehová, para con tu pueblo
Israel, al cual tú redimiste; y no imputes la sangre inocente a tu pueblo
Israel. Y la sangre les será perdonada. 9Y tú quitarás
la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es
recto a los ojos de Jehová. 10Cuando
salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu
mano, y tomares de ellos cautivos, 11y vieres
entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti
por esposa, 12la meterás en tu casa; y ella rasurará su cabeza, y
cortará sus uñas, 13y se quitará el vestido de su cautiverio, y se
quedará en tu casa: y llorará a su padre y a su madre por todo un mes; y
después entrarás a ella, y tú serás su marido, y ella será tu esposa. 14Y si ella no
te agradare, entonces la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni
mercadearás con ella, por cuanto la humillaste. 15Y si un
hombre tuviere dos esposas, una amada y otra aborrecida, y la amada y la
aborrecida le dieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16será que, el
día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que
es el primogénito; 17sino que al hijo de la aborrecida reconocerá por
primogénito, dándole una porción doble de todo lo que tiene; porque él es el
principio de su vigor, suyo es el derecho de la primogenitura. 18Cuando alguno
tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la
voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere; 19entonces su
padre y su madre lo tomarán, y lo sacarán a los ancianos de su ciudad, y a la
puerta de su ciudad; 20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro
hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.21Entonces
todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá; así
quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá. 22Y si alguno
hubiere cometido algún pecado digno de muerte, y lo hicieres morir, y lo
colgareis de un madero, 23su cuerpo no ha de permanecer toda la noche en el
madero, sino que sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios
es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por
heredad.
DEUTERONOMIO 22
1No verás el buey de tu hermano, o su cordero,
perdidos, y te retirarás de ellos; sin falta los volverás a tu hermano. 2Y si tu
hermano no fuere tu vecino, o no le conocieres, los recogerás en tu casa, y
estarán contigo hasta que tu hermano los busque, y se los devolverás. 3Y así harás
con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa
perdida de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás retraerte
de ello. 4No verás el asno de tu hermano, o su buey, caídos
en el camino, y te esconderás de ellos; sin falta le ayudarás a
levantarlos. 5No vestirá la mujer ropa de hombre, ni el hombre se
pondrá vestido de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que
esto hace. 6Si encontrares en el camino algún nido de ave en
cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y estuviere la madre
echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos;7sin falta
dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti; para que te vaya bien, y
prolongues tus días.8Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu
terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno. 9No sembrarás
tu viña con varias semillas, para que no se pierda la plenitud de la semilla
que sembraste, y el fruto de la viña. 10No ararás con
buey y con asno juntamente. 11No vestirás
ropa con mixtura de lana y lino juntamente. 12Te harás
flecos en las cuatro orillas de tu manto con que te cubrieres.13Cuando alguno
tomare esposa, y después de haber entrado a ella la aborreciere, 14y le
atribuyere algunas faltas, y esparciere sobre ella mala fama y dijere: Tomé a
esta mujer y me llegué a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el
padre de la joven y su madre tomarán, y sacarán las señales de la virginidad de
la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta.16Y dirá el
padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por esposa, y él
la aborrece; 17y, he aquí, él le pone tachas de algunas cosas,
diciendo: No encontré virgen a tu hija. Pero he aquí las señales de la
virginidad de mi hija. Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la
ciudad. 18Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al
hombre y lo castigarán; 19Y le multarán con cien siclos de plata, los cuales
darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de
Israel; y ella será su esposa; no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si esto
fuere verdad, que no se hubiere hallado virginidad en la joven, 21entonces la
sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán con piedras los
hombres de su ciudad, y morirá; por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en
casa de su padre: así quitarás el mal de en medio de ti. 22Cuando se
sorprendiere alguno acostado con mujer casada con marido, ambos morirán, el
hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de
Israel. 23Si hubiere una doncella virgen desposada con
marido, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella;24entonces los
sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y los apedrearán con piedras, y
morirán; la doncella porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque
humilló a la esposa de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti. 25Mas si el
hombre hallare en el campo a una doncella desposada, y él la forzare y se
acostare con ella, entonces morirá sólo el hombre que se acostó con ella; 26y a la
doncella no harás nada; la doncella no tiene culpa de muerte; porque como
cuando alguno se levanta contra su prójimo, y le quita la vida, así es en este
caso.27Porque él la halló en el campo; y la doncella
desposada dio voces, pero no hubo quien la librase.28Cuando alguno
hallare doncella virgen, que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con
ella, y fueren hallados; 29entonces el hombre que se acostó con ella dará al
padre de la doncella cincuenta siclos de plata, y ella será su esposa, por
cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días. 30No tomará
alguno la esposa de su padre, ni descubrirá el regazo de su padre.
DEUTERONOMIO 23
1No entrará en la congregación de Jehová el que
fuere quebrado, ni el castrado. 2No entrará
bastardo en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrará
en la congregación de Jehová.3No entrará amonita ni moabita en la congregación de
Jehová; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de Jehová
para siempre, 4Por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua
al camino, cuando salisteis de Egipto; y porque alquiló contra ti a Balaam hijo
de Beor de Petor, de Mesopotamia, para que te maldijese. 5Mas Jehová tu
Dios no quiso oír a Balaam; y Jehová tu Dios te cambió la maldición en
bendición, porque Jehová tu Dios te amaba. 6No procurarás
la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre. 7No aborrecerás
al idumeo, pues es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque extranjero
fuiste en su tierra. 8Los hijos que nacieren de ellos, a la tercera
generación entrarán en la congregación de Jehová. 9Cuando
salieres a campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala. 10Cuando
hubiere en ti alguno que no esté limpio, por causa de alguna impureza que le
aconteciere de noche, saldrá del campamento, y no entrará en él. 11Y será que al
declinar de la tarde se lavará con agua, y cuando se haya puesto el sol, podrá
entrar en el campamento.12Y tendrás un lugar fuera del campamento, y saldrás
allá fuera. 13Tendrás también una estaca entre tus armas; y será
que, cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte
cubrirás tu excremento: 14Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu
campamento, para librarte y entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto,
será santo tu campamento; para que Él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de
en pos de ti. 15No entregarás a su señor el siervo que se huyere a
ti de su amo.16Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que
escogiere en alguna de tus ciudades, donde bien le pareciere; no lo
oprimirás. 17No habrá ramera de las hijas de Israel, ni habrá
sodomita de los hijos de Israel.18No traerás
precio de ramera, ni precio de perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún
voto; porque abominación es a Jehová tu Dios así lo uno como lo otro. 19No le
prestarás a tu hermano por interés, interés de dinero, interés de comida, ni
interés de cosa alguna que suele prestarse por interés. 20Podrás cobrar
interés a un extranjero, pero a tu hermano no le cobrarás interés, para que te
bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos sobre la tierra a la cual
entras para poseerla. 21Cuando prometieres voto a Jehová tu Dios, no tardarás
en pagarlo; porque ciertamente Jehová tu Dios lo demandará de ti, y sería
pecado en ti. 22Mas si te abstuvieres de prometer, no sería pecado
en ti. 23Aquello que hubiere salido de tus labios, lo
guardarás y lo cumplirás, aun la ofrenda voluntaria conforme lo prometiste a
Jehová tu Dios, lo cual prometiste con tu boca. 24Cuando
entrares en la viña de tu prójimo, podrás comer las uvas que desees, hasta
saciarte; mas no pondrás ninguna en tu alforja. 25Cuando
entrares en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.
DEUTERONOMIO 24
1Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si
no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa vergonzosa, le escribirá
carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su
casa. 2Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro
hombre.3Y si la aborreciere este último, y le escribiere
carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o
si muriere el postrer hombre que la tomó para sí por esposa, 4no podrá su
primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su esposa,
después que fue amancillada; porque es abominación delante de Jehová, y no has
de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.5Cuando alguno
tomare esposa nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará;
libre estará en su casa por un año, para alegrar a su esposa que tomó. 6No tomarás en
prenda la muela de molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar
en prenda la vida del hombre. 7Si fuere
hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y
hubiere mercadeado con él, o le hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y
quitarás el mal de en medio de ti. 8Guárdate de
llaga de lepra, observando diligentemente, y haciendo según todo lo que os
enseñaren los sacerdotes levitas; cuidaréis de hacer como les he mandado. 9Acuérdate de
lo que hizo Jehová tu Dios a Miriam en el camino, después que salisteis de
Egipto. 10Cuando prestares alguna cosa a tu prójimo, no
entrarás en su casa para tomarle prenda; 11fuera
estarás, y el hombre a quien prestaste, te sacará afuera la prenda. 12Y si fuere
hombre pobre, no duermas con su prenda:13Precisamente
le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que duerma en su ropa, y
te bendiga: y te será justicia delante de Jehová tu Dios. 14No oprimirás
al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de tus extranjeros
que están en tu tierra dentro de tus ciudades: 15En su día le
darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él
sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti
pecado. 16Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos
por los padres; cada uno morirá por su pecado. 17No torcerás
el derecho del peregrino y del huérfano; ni tomarás por prenda la ropa de la
viuda, 18sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto,
y que de allí te rescató Jehová tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas
esto. 19Cuando segares tu mies en tu campo y olvidares
alguna gavilla en el campo, no regresarás a tomarla; será para el extranjero,
para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda
obra de tus manos.20Cuando sacudieres tus olivos, no recorrerás las
ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y
para la viuda.21Cuando vendimiares tu viña, no rebuscarás tras de
ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 22Y acuérdate
que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.
DEUTERONOMIO 25
1Cuando hubiere pleito entre algunos, y vinieren a
juicio, y los juzgaren, y absolvieren al justo y condenaren al inicuo, 2será que, si
el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra,
y le hará azotar delante de sí, según su delito, por cuenta, 3le hará dar
cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de
éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.4No pondrás
bozal al buey que trilla. 5Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno
de ellos, y no tuviere hijo, la esposa del muerto no se casará fuera con hombre
extraño: su cuñado entrará a ella, y la tomará por su esposa, y hará con ella
parentesco.6Y será que el primogénito que ella diere a luz, se
levantará en nombre de su hermano el muerto, para que el nombre de éste no sea
raído de Israel. 7Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá
entonces la cuñada suya a la puerta a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere
suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 8Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se
levantare, y dijere: No quiero tomarla, 9se acercará
entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le descalzará el zapato de
su pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón
que no edificare la casa de su hermano. 10Y su nombre
será llamado en Israel: La casa del descalzado. 11Cuando
algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la esposa de uno para
librar a su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de
sus vergüenzas;12La cortarás entonces la mano, no la perdonará tu
ojo. 13No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa
chica. 14No tendrás en tu casa efa grande y efa
pequeño. 15Pesas cumplidas y justas tendrás; efa cabal y justo
tendrás; para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios
te da.16Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera
que hace esto, cualquiera que hace agravio.17Acuérdate de
lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salisteis de Egipto: 18Que te salió
al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás
de ti, cuando tú estabas cansado y fatigado; y no temió a Dios. 19Será pues,
cuando Jehová tu Dios te hubiere dado reposo de tus enemigos alrededor, en la
tierra que Jehová tu Dios te da por heredar para que la poseas, que raerás la
memoria de Amalec de debajo del cielo: no te olvides.
DEUTERONOMIO 26
1Y será que, cuando hubieres entrado en la tierra
que Jehová tu Dios te da por heredad, y la poseyeres, y habitares en
ella; 2entonces tomarás de las primicias de todos los
frutos de la tierra, que sacares de tu tierra que Jehová tu Dios te da, y lo
pondrás en un canastillo, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para
hacer habitar allí su nombre. 3Y llegarás al
sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy a Jehová tu
Dios que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos
había de dar. 4Y el sacerdote tomará el canastillo de tu mano, y
lo pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.5Entonces
hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi
padre, el cual descendió a Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí
llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa. 6Y los egipcios
nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.7Y clamamos a
Jehová el Dios de nuestros padres; y oyó Jehová nuestra voz, y vio nuestra
aflicción, y nuestro trabajo, y nuestra opresión. 8Y Jehová nos
sacó de Egipto con mano fuerte, y con brazo extendido, y con grande espanto, y
con señales y con milagros: 9y nos trajo a
este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10Y ahora, he
aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y
lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu
Dios. 11Y te alegrarás con todo el bien que Jehová tu Dios
te hubiere dado a ti y a tu casa, tú y el levita, y el extranjero que está en
medio de ti. 12Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo
de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al
extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus villas, y se
saciarán. 13Y dirás delante de Jehová tu Dios: Yo he sacado lo
consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, y al extranjero, y al
huérfano, y a la viuda, conforme a todos tus mandamientos que me ordenaste; no
he traspasado tus mandamientos ni me he olvidado de ellos. 14No he comido
de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he ofrecido
para los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a
todo lo que me has mandado. 15Mira desde la
morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la
tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche
y miel. 16Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos
estatutos y derechos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón, y
con toda tu alma. 17A Jehová has proclamado hoy para que te sea por Dios,
y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y
sus derechos, y para oír su voz:18Y Jehová te
ha proclamado hoy para que le seas su peculiar pueblo como Él te lo había
prometido; para que guardes todos sus mandamientos, 19y para
exaltarte sobre todas las naciones que Él hizo, para loor, y fama, y gloria; y
para que seas pueblo santo a Jehová tu Dios, como Él ha dicho.
DEUTERONOMIO 27
1Y mandó Moisés, con los ancianos de Israel, al
pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo prescribo hoy. 2Y será que,
el día que pasareis el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da, te has de
levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal: 3Y escribirás
en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hubieres pasado para entrar en
la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como Jehová
el Dios de tus padres te ha dicho. 4Será pues,
cuando hubieres pasado el Jordán, que levantaréis estas piedras que yo os mando
hoy, en el monte de Ebal, y las revocarás con cal: 5Y edificarás
allí altar a Jehová tu Dios, altar de piedras: no alzarás sobre ellas
instrumento de hierro.6De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu
Dios; y ofrecerás sobre él holocausto a Jehová tu Dios; 7y
sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí; y te alegrarás delante de Jehová
tu Dios. 8Y escribirás en las piedras todas las palabras de
esta ley muy claramente. 9Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo
Israel, diciendo: Atiende y escucha, Israel: hoy eres hecho pueblo de Jehová tu
Dios. 10Oirás pues la voz de Jehová tu Dios, y cumplirás
sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy. 11Y mandó
Moisés al pueblo en aquel día, diciendo: 12Éstos estarán
sobre el monte de Gerizim para bendecir al pueblo, cuando hubiereis pasado el
Jordán: Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar, y José y Benjamín. 13Y éstos
estarán para pronunciar la maldición en el monte Ebal: Rubén, Gad, y Aser, y
Zabulón, Dan, y Neftalí. 14Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de
Israel en alta voz: 15Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de
fundición, abominación a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en
oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén. 16Maldito el
que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén. 17Maldito el
que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén. 18Maldito el
que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén. 19Maldito el
que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá
todo el pueblo: Amén. 20Maldito el que se acostare con la esposa de su
padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo:
Amén. 21Maldito el que se ayuntare con cualquier clase de
bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.22Maldito el
que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá
todo el pueblo: Amén. 23Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá
todo el pueblo: Amén. 24Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y
dirá todo el pueblo: Amén.25Maldito el que recibiere cohecho para quitar la
vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén. 26Maldito el
que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
DEUTERONOMIO 28
1Y será que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu
Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo
hoy, también Jehová tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la
tierra; 2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te
alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3Bendito serás
tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4Bendito el
fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y el fruto de tu bestia, la cría
de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.5Benditas
serán tu canasta y tu artesa. 6Bendito serás
en tu entrar, y bendito en tu salir. 7Jehová hará
que los enemigos que se levantan contra ti sean derrotados delante de ti; por
un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante ti. 8Jehová mandará
que la bendición sea contigo en tus graneros y en todo aquello en que pongas tu
mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.9Jehová te
confirmará como un pueblo santo para sí, como te ha jurado, cuando guardares
los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10Y verán todos
los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te
temerán. 11Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el
fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en
el país que juró Jehová a tus padres que te había de dar. 12Y Jehová te
abrirá su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y
para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no
tomarás prestado. 13Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola: y
estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres a los
mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y
cumplas. 14Y no te apartes de todas las palabras que yo os
mando hoy, ni a derecha ni a izquierda, para ir tras dioses ajenos para
servirles. 15Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para
cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te
intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te
alcanzarán. 16Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el
campo. 17Malditas serán tu canasta y tu artesa.18Maldito el
fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los
rebaños de tus ovejas.19Maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir.20Y Jehová
enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres
mano e hicieres, hasta que seas destruido y perezcas pronto a causa de la
maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado. 21Jehová hará
que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras
para poseerla. 22Jehová te herirá con tisis y con fiebre, con
inflamación y gran ardor, con espada, con calamidad repentina y con añublo; y
te perseguirán hasta que perezcas. 23Y tu cielo
que está sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de
hierro. 24Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza:
de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. 25Jehová te
entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás a ellos, y por
siete caminos huirás delante de ellos: y serás removido hacia todos los reinos
de la tierra. 26Y será tu cuerpo muerto por comida a toda ave del
cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante.27Jehová te
herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de
que no puedas ser curado. 28Jehová te herirá con locura y con ceguera, y con
angustia de corazón. 29Y palparás a mediodía, como palpa el ciego en la
oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y sólo serás oprimido y
despojado todos los días, y no habrá quien te salve. 30Te desposarás
con mujer, y otro varón se acostará con ella; edificarás casa, y no habitarás
en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás.31Tu buey será
matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de
delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y
no tendrás quien te las rescate. 32Tus hijos y
tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán
por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano. 33El fruto de
tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y sólo serás
oprimido y quebrantado todos los días. 34Y
enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.35Jehová te
herirá con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser
curado; desde la planta de tu pie hasta tu coronilla. 36Jehová te
llevará a ti y a tu rey, al que hubieres puesto sobre ti, a una nación que ni
tú ni tus padres habéis conocido; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a
la piedra. 37Y serás motivo de asombro, proverbio y burla en
todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová. 38Llevarás
mucha semilla al campo, pero recogerás poco; porque la langosta lo
consumirá. 39Plantarás viñas y las labrarás, mas no beberás del
vino ni recogerás las uvas, porque el gusano se las comerá. 40Tendrás
olivos en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna
se caerá. 41Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti,
porque irán en cautiverio. 42Todos tus
árboles y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta. 43El extranjero
que esté en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy
bajo. 44Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él
será la cabeza y tú serás la cola. 45Y vendrán
sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que
perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para
guardar sus mandamientos y sus estatutos, que Él te mandó: 46Y serán en ti
por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre. 47Por cuanto no
serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia
de todas las cosas; 48por tanto, servirás a tus enemigos que Jehová
enviará contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con escasez de todas
las cosas; y Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.49Jehová traerá
contra ti una nación de lejos, desde lo último de la tierra, que vuele como
águila, nación cuya lengua no entenderás; 50gente fiera
de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;51y comerá el
fruto de tu ganado y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará
grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus
ovejas, hasta destruirte. 52Y te pondrá sitio en todas tus ciudades, hasta que
tus muros altos y fortificados en que tú confías caigan en toda tu tierra; te
sitiará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra que Jehová tu Dios te
hubiere dado. 53Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus
hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el asedio y en al aprieto
con que te angustiará tu enemigo. 54El hombre que
es tierno y muy delicado en medio de ti, su ojo será maligno para con su
hermano, y para con la esposa de su seno, y para con el resto de sus hijos que
le quedaren; 55para no dar a alguno de ellos de la carne de sus
hijos que él se comerá, porque nada le habrá quedado, en el asedio y en el
apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56La tierna y
delicada entre vosotros, que no osaría poner la planta de su pie sobre la
tierra por delicadeza y ternura, su ojo será maligno para con el marido de su
seno, y para con su hijo, y para con su hija, 57y para con su
chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que dé a luz; pues
los comerá a escondidas, a falta de todo, en el asedio y en el apuro con que tu
enemigo te oprimirá en tus ciudades. 58Si no
cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en
este libro, para que temas este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS;59entonces
Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente,
plagas grandes y persistentes, y enfermedades malignas y duraderas;60Y traerá
sobre ti todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tenías temor, y se te
pegarán.61Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está
escrita en el libro de esta ley, Jehová la traerá sobre ti, hasta que tú seas
destruido. 62Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido
como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste a la voz de
Jehová tu Dios. 63Y será que tal como Jehová se gozó sobre vosotros
para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros
para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, a
la cual entráis para poseerla. 64Y Jehová te
esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro
extremo de ella; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus
padres, al leño y a la piedra. 65Y entre estas
naciones no tendrás tranquilidad, ni la planta de tu pie tendrá reposo; sino
que allí Jehová te dará un corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y
tristeza de alma. 66Y tu vida estará en suspenso delante de ti, y
estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana
dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y por la tarde dirás: ¡Quién diera que
fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado y por
lo que verán tus ojos. 68Y Jehová te hará volver a Egipto en navíos, por el
camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis; y allí seréis vendidos a
vuestros enemigos como esclavos y como esclavas, y no habrá quien os compre.
DEUTERONOMIO 29
1Éstas son las palabras del pacto que Jehová mandó a
Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del
pacto que Él hizo con ellos en Horeb. 2Moisés, pues,
llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha
hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus
siervos, y a toda su tierra; 3las grandes
pruebas que vieron tus ojos, las señales y las grandes maravillas. 4Pero Jehová
no os dio corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír, hasta el
día de hoy. 5Y yo os he traído cuarenta años por el desierto;
vuestra ropa no se ha envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha
envejecido sobre vuestro pie. 6No habéis
comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supieseis que yo soy Jehová
vuestro Dios. 7Y llegasteis a este lugar, y salió Sehón rey de
Hesbón, y Og rey de Basán, delante de nosotros para pelear, y los
derrotamos; 8y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén
y a Gad, y a la media tribu de Manasés. 9Guardaréis,
pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis
en todo lo que hiciereis. 10Vosotros todos estáis hoy delante de Jehová vuestro
Dios; vuestros príncipes de vuestras tribus, vuestros ancianos, y vuestros
oficiales, todos los varones de Israel, 11vuestros
niños, vuestras esposas, y los extranjeros que habitan en medio de tu
campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12para que
entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios
hace hoy contigo; 13para confirmarte hoy por su pueblo, y que Él te sea
a ti por Dios, de la manera que Él te ha dicho, y como Él lo juró a tus padres
Abraham, Isaac y Jacob. 14Y no sólo con vosotros hago yo este pacto y este juramento,15sino con los
que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con
los que no están aquí hoy con nosotros. 16Porque
vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado a
través de las naciones por las que habéis pasado; 17Y habéis
visto sus abominaciones y sus ídolos, madera y piedra, plata y oro, que tienen
consigo. 18No sea que haya entre vosotros varón, o mujer, o
familia, o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir y
servir a los dioses de aquellas naciones; no sea que haya entre vosotros raíz
que eche veneno y ajenjo; 19Y suceda que, cuando el tal oyere las palabras de
esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande
en la imaginación de mi corazón, para añadir la embriaguez a la sed. 20Jehová no
querrá perdonarle; sino que entonces humeará el furor de Jehová y su celo sobre
el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y
Jehová raerá su nombre de debajo del cielo: 21Y lo apartará
Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones
del pacto escrito en este libro de la ley.22Y dirá la
generación venidera, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, y el
extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de esta
tierra, y sus enfermedades de que Jehová la hizo enfermar 23Azufre y sal,
calcinada está toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en
ella hierba alguna, como en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de
Zeboim, que Jehová destruyó en su furor y en su ira; 24Dirán, pues,
todas las naciones: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el
ardor de este gran furor? 25Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de
Jehová el Dios de sus padres, que Él hizo con ellos cuando los sacó de la
tierra de Egipto, 26y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se
inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían
dado: 27Se encendió por tanto, el furor de Jehová contra esta
tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este
libro; 28y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con
furor y con gran indignación, y los echó a otra tierra, como sucede hoy. 29Las cosas
secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros
y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras
de esta ley.
DEUTERONOMIO 30
1Y sucederá que cuando te sobrevinieren todas estas
cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y volvieres en
sí en medio de todas las naciones a las cuales Jehová tu Dios te hubiere
arrojado, 2y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a
su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu
corazón y con toda tu alma, 3Entonces
Jehová tu Dios, hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y
volverá a recogerte de entre todos los pueblos a los cuales Jehová tu Dios te
hubiere esparcido. 4Si hubieres sido arrojado hasta lo último de los
cielos, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará: 5Y Jehová tu
Dios te hará volver a la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y Él
te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y Jehová tu
Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu simiente, para que ames a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que
vivas. 7Y Jehová tu Dios pondrá todas estas maldiciones
sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y tú volverás
y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te
ordeno hoy. 9Y Jehová tu Dios te hará abundar en toda obra de
tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el fruto de
tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la
manera que se gozó sobre tus padres;10Cuando oyeres
la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos
escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma.11Porque este
mandamiento que yo te ordeno hoy, no te es encubierto, ni está lejos: 12No está en el
cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y
nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13Ni está al
otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que
nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14Porque muy
cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la
cumplas. 15Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el
bien, la muerte y el mal: 16Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios,
que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus
derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la
tierra a la cual entras para poseerla. 17Mas si tu
corazón se apartare, y no oyeres, y te dejares desviar, y te inclinares a
dioses ajenos y los sirvieres; 18Yo os
protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la
tierra a la cual vais, pasando el Jordán, para poseerla. 19Al cielo y a
la tierra llamo hoy como testigos contra vosotros, de que os he puesto delante
la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para
que vivas tú y tu simiente; 20y que ames a
Jehová tu Dios, y obedezcas su voz, y te acerques a Él; porque Él es tu vida y
la largura de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a
tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.
DEUTERONOMIO 31
1Y Moisés fue y habló estas palabras a todo Israel,2y les dijo:
De edad de ciento veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar; además
de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.3Jehová tu
Dios, Él pasa delante de ti; Él destruirá estas naciones de delante de ti, y
las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha
dicho. 4Y Jehová hará con ellos como hizo con Sehón y con
Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó. 5Y Jehová los
entregará delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he
mandado. 6Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis
miedo de ellos; porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te
desamparará. 7Y llamó Moisés a Josué, y le dijo a vista de todo
Israel: Esfuérzate y sé valiente; porque tú entrarás con este pueblo a la
tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás
heredar. 8Y Jehová es el que va delante de ti; Él estará
contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni desmayes.9Y escribió
Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca
del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel. 10Y les mandó
Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la
fiesta de los tabernáculos,11cuando viniere todo Israel a presentarse delante de
Jehová tu Dios en el lugar que Él escogiere, leerás esta ley delante de todo
Israel a oídos de ellos.12Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y
niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y
aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las
palabras de esta ley: 13y para que los hijos de ellos que no supieron,
oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios, mientras viváis en la tierra
adonde vais, cruzando el Jordán para poseerla. 14Y Jehová dijo
a Moisés: He aquí se ha acercado el día en que has de morir; llama a Josué, y
presentaos en el tabernáculo de la congregación para que yo le dé el cargo.
Fueron, pues, Moisés y Josué, y se presentaron en el tabernáculo de la
congregación. 15Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la
columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del
tabernáculo. 16Y Jehová dijo a Moisés: He aquí tú vas a dormir con
tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la
tierra adonde va para estar en medio de ellos; y me dejará, y quebrantará mi
pacto que he concertado con él. 17Y mi furor se
encenderá contra ellos en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi
rostro y serán consumidos; y muchos males y angustias vendrán sobre ellos, y
dirán en aquel día: ¿No nos han venido estos males porque no está nuestro Dios
en medio de nosotros? 18Y yo esconderé ciertamente mi rostro en aquel día,
por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses
ajenos. 19Ahora, pues, escribe este cántico, y enséñalo a los
hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo
contra los hijos de Israel. 20Porque cuando
yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y
miel, comerán y se saciarán, y engordarán; y luego se volverán a dioses ajenos
y les servirán, y me enojarán y quebrantarán mi pacto. 21Y sucederá
que cuando les sobrevinieren muchos males y angustias, entonces este cántico
responderá en su cara como testigo, pues no será olvidado de la boca de su
linaje; porque yo conozco lo que se proponen, aun hoy, antes que los introduzca
en la tierra que juré darles. 22Y Moisés
escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel. 23Y dio orden a
Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y sé valiente, pues tú meterás a los
hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.24Y cuando
Moisés acabó de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta
concluirse, 25mandó Moisés a los levitas que llevaban el arca del
pacto de Jehová, diciendo: 26Tomad este
libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y
esté allí por testigo contra ti. 27Porque yo
conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aún viviendo yo hoy con
vosotros, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?28Congregad a
mí a todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré a
sus oídos estas palabras, y llamaré como testigos contra ellos al cielo y a la
tierra. 29Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente
os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de
venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová,
enojándole con la obra de vuestras manos. 30Entonces
Moisés habló a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este
cántico hasta acabarlo.
DEUTERONOMIO 32
1Escuchad, oh cielos, y hablaré; Y oiga la tierra
los dichos de mi boca. 2Goteará como la lluvia mi doctrina; destilará como
el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas
sobre la hierba: 3Porque el nombre de Jehová proclamaré: Engrandeced
a nuestro Dios. 4Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos
sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad; justo y
recto es Él. 5Ellos se han corrompido a sí mismos; sus manchas no
son las manchas de sus hijos, son una generación torcida y perversa. 6¿Así pagas a
Jehová, oh pueblo loco e ignorante? ¿No es Él tu Padre que te poseyó? Él te
hizo y te estableció. 7Acuérdate de los tiempos antiguos; considera los
años de muchas generaciones: Pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus
ancianos, y ellos te dirán. 8Cuando el
Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los
hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de
Israel. 9Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la
cuerda de su heredad.10Lo halló en tierra desierta, en desierto horrible y
yermo; lo condujo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de su
ojo. 11Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre
sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus alas. 12Jehová solo
le guió, y con él no hubo dios ajeno. 13Lo hizo subir
sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que
chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal; 14mantequilla
de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de Basán;
también machos cabríos, con lo mejor del trigo; y bebiste la sangre pura de la
uva. 15Pero engordó Jesurún, y dio coces; Engordaste, te
cubriste de grasa: Entonces dejó al Dios que lo hizo, y menospreció a la Roca
de su salvación. 16Lo provocaron a celos con dioses ajenos; con
abominaciones lo provocaron a ira. 17Ofrecieron
sacrificio a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos
dioses venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres. 18De la Roca
que te creó te olvidaste: Te has olvidado de Dios tu Creador. 19Y lo vio
Jehová, y se encendió en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus
hijas. 20Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, veré cuál
será su fin; pues son una generación perversa, hijos sin fe.21Ellos me
movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus vanidades:
Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a
ira con una nación insensata.22Porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá
hasta lo profundo del infierno; y devorará la tierra y sus frutos, y abrasará
los fundamentos de los montes.23Yo amontonaré males sobre ellos; emplearé en ellos
mis saetas. 24Serán consumidos de hambre, y devorados de fiebre
ardiente y de destrucción amarga; diente de fieras enviaré también sobre ellos,
con veneno de serpientes de la tierra. 25De fuera
desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la
virgen, al que es amamantado como al hombre cano. 26Yo dije: Los
esparciré lejos, haré cesar de entre los hombres la memoria de ellos, 27si no temiese
la ira del enemigo, no sea que se envanezcan sus adversarios, no sea que digan:
Nuestra mano alta ha hecho todo esto, no Jehová. 28Porque son
una nación privada de consejos, y no hay en ellos entendimiento. 29¡Oh, que
fueran sabios, que comprendieran esto, que entendieran su postrimería! 30¿Cómo podría
perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese
vendido, y Jehová no los hubiera entregado? 31Porque la
roca de ellos no es como nuestra Roca: Aun nuestros mismos enemigos son de ello
jueces. 32Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de
los campos de Gomorra: Sus uvas son uvas ponzoñosas, sus racimos son amargos.33Veneno de
dragones es su vino, y ponzoña cruel de áspides. 34¿No tengo yo
esto guardado conmigo, sellado en mis tesoros? 35Mía es la
venganza y la paga, a su tiempo su pie vacilará; porque el día de su aflicción
está cercano, y lo que les está preparado se apresura. 36Porque Jehová
juzgará a su pueblo, y por amor de sus siervos se arrepentirá, cuando viere que
su fuerza se ha ido, y que no queda preso o desamparado. 37Y dirá:
¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban; 38que comían la
grosura de sus sacrificios, y bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que
os ayuden y os defiendan. 39Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo;
yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda
librar de mi mano. 40Porque yo alzo a los cielos mi mano, y digo: Vivo
yo para siempre.41Si afilare mi reluciente espada, y mi mano tomare
el juicio, yo tomaré venganza de mis enemigos, y daré el pago a los que me
aborrecen. 42Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada
devorará carne: En la sangre de los muertos y de los cautivos, desde sus
cabezas; en venganzas sobre el enemigo.43Regocijaos,
oh naciones, con su pueblo; porque Él vengará la sangre de sus siervos, Y
tomará venganza de sus enemigos, y será misericordioso a su tierra y a su
pueblo. 44Y vino Moisés y recitó todas las palabras de este
cántico a oídos del pueblo, él, y Josué hijo de Nun. 45Y acabó
Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; 46y les dijo:
Poned vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que
las mandéis a vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de
esta ley. 47Porque no os es cosa vana, mas es vuestra vida; y
por ellas haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando
el Jordán para poseerla.48Y Jehová habló a Moisés aquel mismo día,
diciendo: 49Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, que
está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de
Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel; 50y muere en el
monte al cual subes, y sé reunido a tu pueblo; así como murió Aarón tu hermano
en el monte Hor, y fue reunido a su pueblo; 51Por cuanto
prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba
de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los
hijos de Israel.52Verás, por tanto, delante de ti la tierra; pero no
entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
DEUTERONOMIO 33
1Y esta es la bendición con la que Moisés, varón de
Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir. 2Y dijo:
Jehová vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció del monte de
Parán, y vino con diez mil santos; a su diestra la ley de fuego para
ellos. 3Sí, Él amó al pueblo; todos sus santos están en tu
mano; y ellos se sientan a tus pies; cada uno recibirá de tus palabras. 4Una ley nos
mandó Moisés, la heredad de la congregación de Jacob. 5Y fue rey en
Jesurún, cuando se congregaron las cabezas del pueblo con las tribus de
Israel. 6Viva Rubén, y no muera; y no sean pocos sus
varones. 7Y esta es la bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh
Jehová, la voz de Judá, y tráelo a su pueblo; sus manos le basten, y sé tú su
ayuda contra sus enemigos. 8Y a Leví
dijo: Tu Tumim y tu Urim, sean con tu varón santo a quien probaste en Masah,
con quien luchaste en las aguas de Meriba;9El que dijo a
su padre y a su madre: No los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, ni
conoció a sus propios hijos; Pues ellos guardaron tu palabra, y observaron tu
pacto. 10Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a
Israel; pondrán el incienso delante de ti, y el holocausto sobre tu altar. 11Bendice, oh
Jehová, lo que hicieren, y recibe con agrado la obra de sus manos; hiere los
lomos de sus enemigos, y de los que lo aborrecieren; para que nunca se
levanten. 12Y de Benjamín dijo: El amado de Jehová habitará
confiado cerca de Él; Jehová lo cubrirá siempre; Y entre sus hombros
morará. 13Y de José dijo: Bendita de Jehová sea su tierra,
con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está
debajo. 14Con los más preciosos frutos del sol, y con los más
preciosos frutos de la luna, 15con lo mejor
de los montes antiguos y con lo precioso de los collados eternos,16y con lo más
precioso de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza
venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del consagrado de sus
hermanos. 17Su gloria es como la del primogénito de su toro, y
sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos
hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos
los millares de Manasés. 18Y de Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando
salieres: Y tú Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán a
los pueblos al monte; allí ofrecerán sacrificios de justicia; por lo cual
chuparán de la abundancia de los mares, y de los tesoros escondidos de la
arena. 20Y de Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad;
como león habita, y desgarra brazo y testa. 21Y él proveyó
para sí la primera parte, Porque allí una porción del legislador le fue
reservada. Y vino con los jefes del pueblo; Ejecutó la justicia de Jehová, y
sus juicios con Israel. 22Y de Dan dijo: Dan es un cachorro de león; Él
saltará desde Basán. 23Y de Neftalí dijo: Neftalí, colmado de favores, y
lleno de la bendición de Jehová, posee el occidente y el sur. 24Y de Aser
dijo: Bendecido sea Aser con hijos; sea agradable a sus hermanos, y moje su pie
en aceite. 25Hierro y bronce será tu calzado, y como tus días,
así será tu fortaleza.26No hay como el Dios de Jesurún, que cabalga sobre
los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes en su majestad. 27El eterno
Dios es tu refugio y acá abajo los brazos eternos; Él echará de delante de ti
al enemigo, y dirá: Destruye. 28E Israel, la
fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de vino; también
sus cielos destilarán rocío.29Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo
salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu excelencia? Así que tus
enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus lugares altos.
DEUTERONOMIO 34
1Y subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo,
a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó. Y le mostró Jehová toda la
tierra de Galaad hasta Dan,2y a todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de
Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3el Neguev, y
la llanura del valle de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar. 4Y le dijo
Jehová: Ésta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A
tu simiente la daré. Te he permitido que la veas con tus ojos, mas no pasarás
allá. 5Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra
de Moab, conforme a la palabra de Jehová. 6Y lo enterró
en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; pero ninguno sabe dónde
está su sepulcro hasta hoy. 7Y era Moisés
de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni
perdió su vigor. 8Y los hijos de Israel lloraron a Moisés en los
campos de Moab treinta días: Y así se cumplieron los días del lloro y del luto
por Moisés. 9Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de
sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Y los hijos de Israel
le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. 10Y nunca más
se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a
cara; 11En todas las señales y prodigios que Jehová le
envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón, y a todos sus siervos y a toda su
tierra; 12y en toda aquella mano poderosa, y en todos los
hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
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