ZACARÍAS 1
1En el mes octavo, en el año segundo de Darío, vino
palabra de Jehová a Zacarías profeta, hijo de Berequías, hijo de Iddo,
diciendo: 2Jehová está muy enojado contra vuestros
padres. 3Por tanto, diles: Así dice Jehová de los ejércitos:
Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice
Jehová de los ejércitos. 4No seáis como vuestros padres, a los cuales
hablaron los primeros profetas, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos:
Volveos ahora de vuestros malos caminos, y de vuestras malas obras; pero no
atendieron, ni me escucharon, dice Jehová. 5Vuestros
padres, ¿dónde están? y los profetas ¿han de vivir para siempre?6Pero mis
palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron
a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijeron: Así como Jehová de los
ejércitos pensó hacer con nosotros conforme a nuestros caminos y conforme a
nuestras obras, así ha hecho con nosotros. 7El día
veinticuatro del mes undécimo, que es el mes de Sebat, en el año segundo de
Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de
Iddo, diciendo: 8Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre
un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y
detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos. 9Entonces
dije: ¿Qué son éstos, Señor mío? Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Yo te
enseñaré qué son éstos. 10Y aquel varón que estaba entre los mirtos
respondió, y dijo: Éstos son los que Jehová ha enviado a recorrer la
tierra. 11Y ellos respondieron al Ángel de Jehová que estaba
entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la
tierra está reposada y quieta.12Y respondió el Ángel de Jehová, y dijo: Oh Jehová
de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las
ciudades de Judá, con las cuales has estado indignado estos setenta años? 13Y Jehová
respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al Ángel que hablaba
conmigo. 14Y me dijo el Ángel que hablaba conmigo: Clama, diciendo:
Así dice Jehová de los ejércitos: Estoy celoso por Jerusalén y por Sión, con
gran celo: 15Y estoy muy indignado contra las naciones que están
reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos ayudaron para el
mal. 16Por tanto, así dice Jehová: Yo me he vuelto a
Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los
ejércitos, y el cordel será tendido sobre Jerusalén. 17Clama aún,
diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún serán ensanchadas mis ciudades
por la abundancia del bien; y aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a
Jerusalén. 18Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro
cuernos. 19Y dije al Ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son
éstos? Y me respondió: Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y
a Jerusalén. 20Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros. 21Y yo dije:
¿Qué vienen a hacer éstos? Y me respondió, diciendo: Éstos son los cuernos que
dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para
hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones, que alzaron el
cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.
ZACARÍAS 2
1Alcé después mis ojos, y miré y he aquí un varón
que tenía en su mano un cordel de medir. 2Y le dije: ¿A
dónde vas? Y Él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su
anchura, y cuánta su longitud. 3Y he aquí,
salía aquel Ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al
encuentro, 4y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin
muros será habitada Jerusalén a causa de la multitud de hombres y de ganado en
medio de ella. 5Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en
derredor, y seré la gloria en medio de ella. 6Eh, eh, huid
de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos
os esparcí, dice Jehová. 7Oh Sión, la que moras con la hija de Babilonia,
escápate. 8Porque así dice Jehová de los ejércitos: Después de
la gloria Él me ha enviado a las naciones que os despojaron; porque el que os
toca, toca a la niña de su ojo. 9Porque he
aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que
Jehová de los ejércitos me ha enviado. 10Canta y
alégrate, hija de Sión: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, dice
Jehová.11Y muchas naciones se unirán a Jehová en aquel día,
y serán mi pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de
los ejércitos me ha enviado a ti. 12Y Jehová
poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén.13Calle toda
carne delante de Jehová, porque Él se ha levantado de su santa morada.
ZACARÍAS 3
1Y me mostró a Josué, el sumo sacerdote, el cual
estaba delante del Ángel de Jehová; y Satanás estaba a su mano derecha para
serle adversario. 2Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh
Satanás; Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón
arrebatado del fuego? 3Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y
estaba delante del Ángel. 4Y habló el Ángel, y mandó a los que estaban delante
de Él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él dijo: Mira que he hecho
pasar de ti tu pecado, y te vestiré con ropas de gala. 5Después dijo:
Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su
cabeza, y le vistieron las ropas. Y el Ángel de Jehová estaba en pie. 6Y el Ángel de
Jehová amonestó a Josué, diciendo: 7Así dice
Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi
ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también tú guardarás mis atrios, y
entre éstos que aquí están te daré plaza. 8Escucha pues,
ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti;
porque son varones admirables: He aquí, yo traigo a mi siervo, el
Renuevo. 9Porque he aquí aquella piedra que puse delante de
Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo grabaré su
escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un
día.10En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno
de vosotros llamará a su compañero debajo de la vid, y debajo de la higuera.
ZACARÍAS 3
1Y me mostró a Josué, el sumo sacerdote, el cual
estaba delante del Ángel de Jehová; y Satanás estaba a su mano derecha para
serle adversario. 2Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh
Satanás; Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón
arrebatado del fuego? 3Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y
estaba delante del Ángel. 4Y habló el Ángel, y mandó a los que estaban delante
de Él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él dijo: Mira que he hecho
pasar de ti tu pecado, y te vestiré con ropas de gala. 5Después dijo:
Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su
cabeza, y le vistieron las ropas. Y el Ángel de Jehová estaba en pie. 6Y el Ángel de
Jehová amonestó a Josué, diciendo: 7Así dice
Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi
ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también tú guardarás mis atrios, y
entre éstos que aquí están te daré plaza. 8Escucha pues,
ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti;
porque son varones admirables: He aquí, yo traigo a mi siervo, el
Renuevo. 9Porque he aquí aquella piedra que puse delante de
Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo grabaré su
escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un
día.10En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada
uno de vosotros llamará a su compañero debajo de la vid, y debajo de la
higuera.
ZACARÍAS 5
1Y me volví, y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un
rollo que volaba. 2Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que
vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho. 3Me dijo
entonces: Ésta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque
todo aquel que hurta será destruido según lo escrito en un lado, y todo aquel
que jura será destruido según lo escrito en el otro lado. 4Yo la haré
salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa
del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa, y la
consumirá, con su madera y sus piedras. 5Y salió aquel
Ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto
que sale. 6Y dije: ¿Qué es? Y Él dijo: Éste es un efa que
sale. Además dijo: Ésta es la semejanza de ellos en toda la tierra. 7Y he aquí,
levantaron un talento de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel
efa. 8Y Él dijo: Ésta es la maldad; y la echó dentro del
efa, y echó la masa de plomo en la boca del efa. 9Alcé luego
mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus
alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y el
cielo. 10Y dije al Ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan
el efa? 11Y Él me respondió: Para que le sea edificada casa
en tierra de Sinar; y será establecido y puesto allí sobre su base.
ZACARÍAS 6
1Y me volví, y alcé mis ojos y miré, y he aquí
cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran montes de
bronce. 2En el primer carro había caballos alazanes, y en el
segundo carro caballos negros, 3y en el
tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos bayos
rodados. 4Respondí entonces, y dije al Ángel que hablaba
conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? 5Y el Ángel me
respondió, y me dijo: Éstos son los cuatro espíritus de los cielos, que salen
después de presentarse ante el Señor de toda la tierra. 6Y los
caballos negros que estaban allí, salían hacia la tierra del norte; y los blancos
salían tras ellos; y lo overos salían hacia la tierra del sur. 7Y los bayos
salieron, y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la
tierra. Y recorrieron la tierra. 8Luego me
llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte
hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte. 9Y vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 10Toma de los
del cautiverio, de Heldai, y de Tobías, y de Jedaías, los cuales volvieron de
Babilonia; y vendrás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de
Sofonías. 11Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las
pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac; 12y le
hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí
el varón cuyo nombre es El Renuevo, el cual brotará de su lugar, y edificará el
templo de Jehová: 13Él edificará el templo de Jehová, y Él llevará
gloria y se sentará y dominará en su trono; y será sacerdote sobre su trono, y
consejo de paz habrá entre ambos. 14Y Helem, y
Tobías, y Jedaías, y Hen, hijo de Sofonías, tendrán coronas por memorial en el
templo de Jehová. 15Y los que están lejos vendrán y edificarán en el
templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a
vosotros. Y esto sucederá si con diligencia obedecéis la voz de Jehová vuestro
Dios.
ZACARÍAS 7
1Y aconteció en el año cuarto del rey Darío, que
vino palabra de Jehová a Zacarías a los cuatro días del mes noveno, que es
Quisleu; 2cuando fue enviado a la casa de Dios, Sarezer, con
Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová, 3y a hablar a
los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los ejércitos, y a los
profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como
hemos hecho ya algunos años? 4Entonces vino
a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: 5Habla a todo
el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y
llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado
para mí? 6Y cuando comisteis y bebisteis, ¿no comisteis y
bebisteis para vosotros mismos? 7¿No oiréis
las palabras que proclamó Jehová por medio de los primeros profetas, cuando
Jerusalén estaba habitada y quieta, y sus ciudades en sus alrededores, y el
Neguev y la llanura estaban habitados? 8Y vino
palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: 9Así habló
Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad juicio verdadero, y haced
misericordia y piedad cada cual con su hermano: 10No oprimáis a
la viuda, ni al huérfano, ni al extranjero, ni al pobre; ni ninguno piense mal
en su corazón contra su hermano. 11Pero no
quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no
oír; 12Y pusieron su corazón como diamante, para no oír la
ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por
medio de los profetas primeros; vino, por tanto, grande ira de parte de Jehová
de los ejércitos. 13Y aconteció que como Él clamó, y no escucharon, así
ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; 14Antes los
esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la
tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues
convirtieron en ruinas la tierra deseable.
ZACARÍAS 8
1Y vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos,
diciendo: 2Así dice Jehová de los ejércitos: Yo he celado a
Sión con grande celo, y con grande ira la celé.3Así dice
Jehová: Yo he retornado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén: y Jerusalén se
llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de
Santidad. 4Así dice Jehová de los ejércitos: Aún han de morar
ancianos y ancianas en las plazas de Jerusalén, y cada cual con bordón en su
mano por la multitud de los días. 5Y las calles
de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles. 6Así dice
Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente
de este pueblo en aquellos días, ¿deberá también ser maravilloso delante de mis
ojos? dice Jehová de los ejércitos. 7Así dice
Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del
oriente, y de la tierra del poniente; 8Y los traeré,
y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios
en verdad y en justicia.9Así dice Jehová de los ejércitos: Fortaleced
vuestras manos, vosotros los que oís en estos días estas palabras de la boca de
los profetas, desde el día que se echó el cimiento de la casa de Jehová de los
ejércitos, para edificar el templo. 10Porque antes
de estos días no había paga para el hombre, ni paga para la bestia, ni había
paz alguna para el que entraba ni para el que salía, a causa de la aflicción; y
yo puse a todo hombre, cada cual contra su compañero. 11Mas ahora no
haré con el remanente de este pueblo como en los días pasados, dice Jehová de
los ejércitos.12Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto,
y la tierra dará su producto, y los cielos darán su rocío; y haré que el
remanente de este pueblo posea todo esto. 13Y será que
como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel,
así os salvaré, y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras
manos. 14Porque así dice Jehová de los ejércitos: Como pensé
haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los
ejércitos, y no me arrepentí; 15así otra vez
he pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días. No
temáis. 16Éstas son las cosas que habéis de hacer: Hablad
verdad cada cual con su prójimo; juzgad con verdad y juicio de paz en vuestras
puertas. 17Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón
contra su prójimo, ni améis juramento falso; porque todas éstas son cosas que
aborrezco, dice Jehová. 18Y vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos,
diciendo: 19Así dice Jehová de los ejércitos: El ayuno del
cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del
décimo, se convertirán en gozo y alegría para la casa de Judá, y en fiestas de
regocijo. Amad, pues, la verdad y la paz. 20Así dice
Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y moradores de muchas
ciudades; 21Y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y
dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los
ejércitos. Yo también iré. 22Y vendrán
muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en
Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. 23Así dice
Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas
las lenguas de las naciones, trabarán del manto de un judío, diciendo: Iremos
con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.
ZACARÍAS 9
1Carga de la palabra de Jehová contra la tierra de
Hadrac, y de Damasco, su reposo; cuando los ojos de los hombres y de todas las
tribus de Israel se vuelvan a Jehová. 2Y también Hamat
tendrá término en ella; Tiro y Sidón, aunque muy sabias sean. 3Bien que Tiro
se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las
calles, 4he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en el
mar su fortaleza, y ella será consumida por el fuego. 5Ascalón verá,
y temerá; Gaza también, y se dolerá en gran manera: asimismo Ecrón, porque su
esperanza será confundida; y de Gaza perecerá el rey, y Ascalón no será
habitada. 6Y un bastardo habitará en Asdod, y yo cortaré la
soberbia de los filisteos; 7Y quitaré la
sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes, mas el que
quedare, aun él será para nuestro Dios, y será como capitán en Judá, y Ecrón
como el jebuseo. 8Y yo acamparé junto a mi casa a causa del ejército,
a causa del que va y del que viene; y no pasará más sobre ellos el opresor;
porque ahora he visto con mis ojos. 9Alégrate
mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén: he aquí, tu Rey
vendrá a ti, Él es justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre
un pollino hijo de asna. 10Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de
Jerusalén; y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones;
y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la
tierra. 11Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva;
yo he sacado a tus presos de la cisterna en la que no hay agua. 12Volveos a la
fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os
restauraré el doble. 13Porque he entesado para mí a Judá como arco, llené
a Efraín; y despertaré tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te
haré como espada de valiente. 14Y Jehová será
visto sobre ellos, y su saeta saldrá como un relámpago; y Jehová el Señor
tocará la trompeta, e irá con torbellinos del sur. 15Jehová de los
ejércitos los defenderá, y ellos devorarán y subyugarán con piedras de la
honda, y beberán y harán estrépito como embriagados de vino; y se llenarán como
tazones, y como las esquinas del altar. 16Y los salvará
en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque ellos serán como
piedras de corona, enaltecidos como una insignia en su tierra. 17Porque ¡cuán
grande es su bondad, y cuán grande su hermosura! El trigo alegrará a los
jóvenes, y el vino nuevo a las doncellas.
ZACARÍAS 10
1Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía: Jehová
hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba en el campo a cada
uno. 2Porque las imágenes han hablado vanidad, y los
adivinos han visto mentira, y han hablado sueños vanos, en vano consuelan; por
eso ellos vagan como ovejas, fueron afligidos porque no tenían pastor. 3Contra los
pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los machos cabríos; mas Jehová
de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los hará como su
caballo de honor en la batalla. 4De él saldrá
la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también
todo opresor.5Y serán como valientes, que en la batalla pisotean
al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová será con ellos;
y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. 6Porque yo
fortaleceré la casa de Judá, y guardaré la casa de José; y los volveré a traer
porque tendré misericordia de ellos; y serán como si no los hubiera desechado;
porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré. 7Y será Efraín
como valiente, y se alegrará su corazón como por el vino; sus hijos también
verán y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová. 8Yo les
silbaré y los reuniré, porque los he redimido; y se multiplicarán como antes
fueron multiplicados. 9Y los sembraré entre los pueblos, aun en lejanos
países se acordarán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán. 10Yo los traeré
de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los traeré a la tierra de
Galaad y del Líbano, y no les bastará. 11Y la
tribulación pasará por el mar, y en el mar herirá las ondas, y se secarán todas
las profundidades del río; y la soberbia de Asiria será derribada, y se perderá
el cetro de Egipto. 12Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su
nombre, dice Jehová.
ZACARÍAS 11
1Oh Líbano, abre tus puertas, y que el fuego devore
tus cedros. 2Aúlla, oh ciprés, porque el cedro cayó, porque los
poderosos son derribados. Aullad, alcornoques de Basán, porque el bosque espeso
es derribado. 3Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia
es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la soberbia del
Jordán es destruida. 4Así dice Jehová mi Dios: Apacienta las ovejas de la
matanza; 5a las cuales matan sus compradores, y no se tienen
por culpables; y el que las vende, dice: Bendito sea Jehová, porque me he
enriquecido; y sus propios pastores no tenían piedad de ellas. 6Por tanto, no
tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová: porque he
aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de
su rey; y herirán la tierra, y yo no los libraré de sus manos. 7Apacentaré,
pues, las ovejas de la matanza, esto es, a vosotros los pobres del rebaño. Y
tomé para mí dos cayados; al uno puse por nombre Hermosura, y al otro Lazos; y
apacenté las ovejas. 8Y destruí a tres pastores en un mes, y mi alma los
detestó; y también el alma de ellos me aborreció a mí. 9Y dije: No os
apacentaré; la que ha de morir, que muera; y la que se ha de perder, que se
pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compañera. 10Tomé luego mi
cayado Hermosura, y lo quebré, para deshacer mi pacto que concerté con todos
los pueblos. 11Y fue deshecho en ese día, y así conocieron los
pobres del rebaño que miraban a mí, que era la palabra de Jehová. 12Y les dije:
Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario
treinta piezas de plata. 13Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro, ¡hermoso precio
con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché al
tesoro en la casa de Jehová. 14Quebré luego
mi segundo cayado, Lazos, para romper la hermandad entre Judá e Israel. 15Y me dijo
Jehová: Toma aún los aperos de un pastor insensato; 16porque he
aquí, yo levanto pastor en la tierra, que no visitará las perdidas, no buscará
la pequeña, no curará la perniquebrada, ni llevará la cansada a cuestas; sino
que comerá la carne de la engordada, y romperá sus pezuñas. 17¡Ay del
pastor inútil que abandona el rebaño! Espada caiga sobre su brazo, y sobre su
ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será totalmente
oscurecido.
ZACARÍAS 12
1Carga de la palabra de Jehová acerca de Israel.
Jehová, que extiende los cielos, y funda la tierra, y forma el espíritu del
hombre dentro de él, ha dicho:2He aquí, yo pongo a Jerusalén por copa de temblor a
todos los pueblos de alrededor cuando estén en el sitio contra Judá y contra
Jerusalén. 3Y será en aquel día, que yo pondré a Jerusalén por
piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán
despedazados, aunque todas las naciones de la tierra se junten contra
ella. 4En aquel día, dice Jehová, heriré con aturdimiento
a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis
ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera. 5Y los
capitanes de Judá dirán en su corazón: Los habitantes de Jerusalén serán mi
fortaleza en Jehová de los ejércitos su Dios. 6En aquel día
pondré a los capitanes de Judá como un brasero de fuego entre la leña, y como
una tea de fuego en gavillas; y consumirán a derecha y a izquierda a todos los
pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en
Jerusalén. 7Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para
que la gloria de la casa de David y la gloria del morador de Jerusalén no se
engrandezca sobre Judá. 8En aquel día Jehová defenderá al morador de
Jerusalén; y el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y
la casa de David será como Dios, como el Ángel de Jehová delante de
ellos. 9Y será que en aquel día yo procuraré destruir a
todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. 10Y derramaré
sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, el espíritu de
gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre
Él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre Él como quien se aflige
sobre primogénito. 11En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como
el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. 12Y la tierra
lamentará, cada linaje de por sí; el linaje de la casa de David por sí, y sus
esposas por sí; el linaje de la casa de Natán por sí, y sus esposas por
sí; 13el linaje de la casa de Leví por sí, y sus esposas
por sí; el linaje de Simeí por sí, y sus esposas por sí; 14todos los
linajes que quedaren, cada linaje por sí, y sus esposas por sí.
ZACARÍAS 13
1En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la
casa de David y para los moradores de Jerusalén, para lavar el pecado y la
inmundicia. 2Y será en aquel día, dice Jehová de los ejércitos,
que borraré de la tierra los nombres de los ídolos, y nunca más serán
recordados; y también quitaré de la tierra a los profetas y al espíritu
inmundo. 3Y será que cuando alguno profetizare todavía, su
padre y su madre que lo engendraron le dirán: No vivirás, porque has hablado
mentira en el nombre de Jehová; y su padre y su madre que lo engendraron, lo
traspasarán cuando profetizare. 4Y será en
aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando
profetizaren; y nunca más se vestirán de manto velloso para mentir. 5Y dirá: No soy
profeta; labrador soy de la tierra; porque esto aprendí del hombre desde mi
juventud. 6Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus
manos? Y Él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos. 7Levántate, oh
espada, sobre el pastor, y sobre el hombre compañero mío, dice Jehová de los
ejércitos. Hiere al pastor, y se dispersarán las ovejas; y volveré mi mano
sobre los pequeñitos. 8Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que
dos partes serán cortadas en ella, y perecerán; mas la tercera quedará en
ella. 9Y meteré en el fuego la tercera parte, y los
refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro.
Invocarán mi nombre, y yo les oiré, y diré: Pueblo mío; y ellos dirán: Jehová
es mi Dios.
ZACARÍAS 14
1He aquí, el día de Jehová viene, y tus despojos
serán repartidos en medio de ti. 2Porque yo
reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y la ciudad será
tomada, y las casas serán saqueadas, y violadas las mujeres; y la mitad de la
ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la
ciudad. 3Después saldrá Jehová y peleará contra aquellas
naciones, como peleó el día de la batalla. 4Y se
afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en
frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por medio
de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un valle muy grande; y la
mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 5Y huiréis al
valle de los montes; porque el valle de los montes llegará hasta Azel; y
huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías,
rey de Judá: y vendrá Jehová mi Dios, y todos los santos con Él. 6Y acontecerá
que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. 7Y será un
día, el cual es conocido de Jehová, que ni será día ni noche; mas acontecerá
que al tiempo de la tarde habrá luz. 8Acontecerá
también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas; la mitad de ellas
hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en
invierno. 9Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel
día Jehová será uno, y uno su nombre. 10Y toda la
tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y
ésta será enaltecida, y será habitada en su mismo lugar desde la puerta de
Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo; y
desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. 11Y morarán en
ella, y no habrá allí más destrucción; sino que Jerusalén será habitada confiadamente. 12Y ésta será
la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra
Jerusalén: la carne de ellos se disolverá estando ellos sobre sus pies, y se
consumirán sus ojos en sus cuencas, y su lengua se les deshará en su
boca. 13Y acontecerá en aquel día que habrá en ellos gran
quebrantamiento de Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y su
mano se levantará contra la mano de su compañero. 14Y Judá
también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las
naciones de alrededor; oro y plata, y ropa de vestir, en gran abundancia. 15Y así será la
plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas
las bestias que estuvieren en aquellos campamentos, como esta plaga. 16Y sucederá
que todos los que quedaren de las naciones que vinieron contra Jerusalén
subirán de año en año a adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y a celebrar la
fiesta de los tabernáculos. 17Y acontecerá
que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén a adorar al
Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18Y si la
familia de Egipto no subiere, y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá
la plaga con que Jehová herirá a las naciones que no subieren a celebrar la
fiesta de los tabernáculos.19Éste será el castigo de Egipto, y el castigo de
todas las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los
tabernáculos. 20En aquel tiempo estará grabado sobre las
campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas en la casa de Jehová
serán como los tazones delante del altar. 21Y toda olla
en Jerusalén y en Judá será santificada a Jehová de los ejércitos; y todos los
que sacrificaren, vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá
más cananeo alguno en la casa de Jehová de los ejércitos en aquel tiempo.
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