Melodias Celestiales

Melodias Celestiales
Baje aqui el himnario Melodias Celestiales em PPT para Multimedia completo

Himnario Melodias Celestiales em MP3 Sonido solamente hasta n.100

Himnario Melodias Celestiales em MP3 Sonido solamente hasta n.100
Baje aqui las canciones Melodias celestiales hasta n. 100

Santa Biblia Reina Valera en Espanol en Sonido MP3

Santa Biblia Reina Valera en Espanol en Sonido MP3
Baje la biblia en espanol para grabar en DVD y repartir

quarta-feira, 8 de junho de 2016

Biblia Reina Valera completa - Romanos


ROMANOS 1
1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras, 3tocante a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que fue hecho de la simiente de David según la carne, 4y que fue declarado ser el Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 5por quien recibimos la gracia y el apostolado, para obediencia de la fe en todas las naciones, por su nombre; 6entre los cuales estáis también vosotros, los llamados de Jesucristo. 7A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 8Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo acerca de todos vosotros, de que en todo el mundo se habla de vuestra fe. 9Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, 10rogando que de alguna manera ahora al fin, por la voluntad de Dios, haya de tener próspero viaje para ir a vosotros.11Porque deseo veros, para impartiros algún don espiritual, para que seáis afirmados, 12esto es, para que sea yo confortado juntamente con vosotros por la fe mutua, mía y vuestra. 13Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros pero hasta ahora he sido estorbado para tener algún fruto también entre vosotros, así como entre los otros gentiles. 14A griegos y a bárbaros; a sabios y a no sabios soy deudor. 15Así que, en cuanto a mí, presto estoy a predicar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. 16Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en él la justicia de Dios es revelada de fe en fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. 18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia detienen la verdad; 19porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto; porque Dios se lo manifestó.20Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y Divinidad, son claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; así que no tienen excusa. 21Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se envanecieron en sus discursos, y su necio corazón fue entenebrecido.22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible, en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de cuadrúpedos, y de reptiles. 24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, a las concupiscencias de sus corazones, a que deshonrasen entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a la criatura antes que al Creador, el cual es bendito por siempre. Amén. 26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza; 27y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.28Y como no les pareció retener a Dios en su conocimiento, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer lo que no conviene; 29estando atestados de toda iniquidad, fornicación, malicia, avaricia, maldad; llenos de envidias, homicidios, contiendas, engaños, malignidades;30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres; 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32quienes conociendo el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aun consienten a los que las hacen.
ROMANOS 2
1Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen tales cosas es según verdad. 3¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? 5Mas por tu dureza, y tu corazón no arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios, 6el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7A los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, vida eterna. 8Pero indignación e ira, a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia. 9Tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente, y también el griego. 10Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego. 11Porque no hay acepción de personas para con Dios. 12Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán, y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados. 13Porque no son los oidores de la ley los justos para con Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos,15mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros, 16en el día en que Dios juzgará por Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.17He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, 18y conoces su voluntad, y apruebas lo mejor; siendo instruido por la ley; 19y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20instructor de los ignorantes, maestro de niños, que tienes la forma del conocimiento, y de la verdad en la ley. 21Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio?23Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 24Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros, como está escrito. 25Pues la circuncisión ciertamente aprovecha si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión. 26De manera que si el incircunciso guarda la justicia de la ley, ¿no será su incircuncisión contada como circuncisión? 27Así que el que es incircunciso por naturaleza, si cumple la ley, ¿no te juzgará a ti que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley? 28Porque no es judío el que lo es por fuera; ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29sino que es judío el que lo es en el interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; cuya alabanza no es de los hombres, sino de Dios
ROMANOS 3
1¿Qué ventaja, pues, tiene el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? 2Mucho, en todas maneras. Primero, porque ciertamente a ellos les ha sido confiada la palabra de Dios. 3¿Y qué si algunos de ellos no han creído? ¿La incredulidad de ellos hará nula la fe de Dios? 4¡En ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando seas juzgado. 5Y si nuestra injusticia encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? Hablo como hombre.6¡En ninguna manera! De otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? 8¿Y por qué no decir como somos difamados, y algunos afirman que decimos: Hagamos males para que vengan bienes? La condenación de los cuales es justa. 9¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera; porque ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.11No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. 12Todos se desviaron del camino, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14cuya boca está llena de maldición y de amargura; 15sus pies, prestos para derramar sangre;16destrucción y miseria hay en sus caminos; 17y el camino de paz no han conocido. 18No hay temor de Dios delante de sus ojos. 19Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios. 20Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él; pues por la ley es el conocimiento del pecado.21Mas ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios es manifestada, siendo testificada por la ley y los profetas; 22la justicia de Dios que es por la fe de Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen; porque no hay diferencia; 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;24siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús; 25a quien Dios ha puesto en propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia por la remisión de los pecados pasados, en la paciencia de Dios, 26para manifestar su justicia en este tiempo; para que Él sea justo, y el que justifica al que cree en Jesús. 27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No, sino por la ley de la fe. 28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.30Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe, a los de la incircuncisión. 31¿Entonces invalidamos la ley por la fe? ¡En ninguna manera! Antes bien, confirmamos la ley.
ROMANOS 4
1¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse; pero no delante de Dios. 3Pues ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.4Ahora bien, al que obra no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda. 5Pero al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 6Como David también describe la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin las obras, 7diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos.8Bienaventurado el varón a quien el Señor no imputará pecado. 9¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 10¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando él en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11Y recibió la señal de la circuncisión, el sello de la justicia de la fe que tuvo siendo aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados; a fin de que también a ellos les sea imputada la justicia; 12y padre de la circuncisión, a los que son, no sólo de la circuncisión sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.13Porque la promesa de que él sería heredero del mundo, no fue dada a Abraham o a su simiente por la ley, sino por la justicia de la fe. 14Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa. 15Porque la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.16Por tanto, es por la fe, para que sea por gracia; a fin de que la promesa sea firme a toda simiente; no sólo al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, quien es el padre de todos nosotros17como está escrito: Padre de muchas naciones, te he hecho delante de Dios, a quien creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18El cual creyó en esperanza contra esperanza, para venir a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu simiente. 19Y no se debilitó en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto siendo ya como de cien años, ni la matriz muerta de Sara. 20Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,21plenamente convencido que todo lo que Él había prometido, era también poderoso para hacerlo;22por lo cual también le fue imputado por justicia.23Y que le fue imputado, no fue escrito solamente por causa de él, 24sino también por nosotros, a quienes será imputado, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor; 25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
ROMANOS 5
1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. 6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.7Porque apenas morirá alguno por un justo; con todo pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.8Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.9Mucho más ahora, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo; mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. 12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Porque antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley. 14No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán; el cual es figura del que había de venir. 15Así también fue el don, mas no como el pecado. Porque si por el pecado de uno muchos murieron, mucho más la gracia de Dios abundó para muchos, y el don de gracia por un hombre, Jesucristo. 16Y el don, no fue como por uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino por uno para condenación, mas el don es de muchos pecados para justificación. 17Porque si por un pecado reinó la muerte, por uno; mucho más los que reciben la gracia abundante y el don de la justicia reinarán en vida por uno, Jesucristo. 18Así que, como por el pecado de uno vino la condenación a todos los hombres, así también, por la justicia de uno, vino la gracia a todos los hombres para justificación de vida. 19Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.20Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.
ROMANOS 6
1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2¡En ninguna manera! Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados con Él en la muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. 5Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, libre es del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con Él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez; pero en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos en verdad muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad; sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera! 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis; ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia? 17Mas a Dios gracias, que aunque fuisteis esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.19Hablo humanamente, por causa de la debilidad de vuestra carne; que así como presentasteis vuestros miembros como siervos a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora presentéis vuestros miembros como siervos a la justicia y a la santidad. 20Porque cuando erais esclavos del pecado, libres erais de la justicia. 21¿Qué fruto teníais entonces en aquellas cosas de las que ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22Mas ahora, libertados del pecado, y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santidad, y por fin la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte; mas el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
ROMANOS 7
1¿Acaso ignoráis, hermanos pues hablo a aquellos que conocen la ley, que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2Porque la mujer que tiene marido está ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3Así que, si viviendo su marido, se casa con otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, ella queda libre de la ley, y si se casa con otro hombre no será adúltera.4Así también vosotros mis hermanos, habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5Porque cuando estábamos en la carne, la influencia del pecado, que era por la ley, obraba en nuestros miembros llevando fruto para muerte; 6pero ahora somos libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en lo antiguo de la letra. 7¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡En ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado a no ser por la ley: Porque no conociera la codicia si la ley no dijera: No codiciarás.8Pero el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia. Porque sin la ley el pecado estaba muerto. 9Y antes yo vivía sin ley, pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 10Y el mandamiento que era para vida, yo encontré que era para muerte. 11Porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 12De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento es santo, y justo, y bueno. 13¿Entonces lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? ¡En ninguna manera! Pero el pecado, para mostrarse pecado, obró muerte en mí por lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento, el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado. 15Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. 18Y yo sé que en mí esto es en mi carne no mora el bien; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. 21Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí. 22Porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios;23mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios; mas con la carne a la ley del pecado.
ROMANOS 8
1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que son de la carne, en las cosas de la carne piensan; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque la mente carnal es muerte, pero la mente espiritual, vida y paz: 7Porque la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. 8Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. 10Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu vive a causa de la justicia. 11Y si el Espíritu de Aquél que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo de entre los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne. 13Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. 15Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre. 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados.18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son dignas de comparar con la gloria que en nosotros ha de ser manifestada. 19Porque el anhelo ardiente de las criaturas, espera la manifestación de los hijos de Dios. 20Porque las criaturas fueron sujetadas a vanidad, no voluntariamente, sino por causa de Aquél que las sujetó en esperanza, 21porque las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción, en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y está en dolores de parto hasta ahora; 23y no sólo ella, sino que también nosotros que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, esto es, la redención de nuestro cuerpo. 24Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve no es esperanza, pues lo que uno ve ¿por qué esperarlo aún? 25Mas si lo que no vemos esperamos, con paciencia lo esperamos. 26Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28Y sabemos que todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas? 33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió, y más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
ROMANOS 9
1Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo. 2Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne, 4que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y el dar de la ley, y el servicio a Dios y las promesas; 5de quienes son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén. 6No como si la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que son de Israel son israelitas; 7ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; sino que: En Isaac te será llamada descendencia. 8Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados por simiente. 9Porque la palabra de la promesa es ésta: A este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. 10Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama, 12le fue dicho a ella: El mayor servirá al menor. 13Como está escrito: A Jacob amé; mas a Esaú aborrecí. 14¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡En ninguna manera! 15Porque a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia; y me compadeceré del que yo me compadezca. 16Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. 17Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y que mi nombre sea predicado por toda la tierra. 18De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere endurecer, endurece.19Me dirás entonces: ¿Por qué, pues, inculpa? porque, ¿quién ha resistido a su voluntad? 20Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques contra Dios? ¿Dirá lo formado al que lo formó: Por qué me has hecho así? 21¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 22¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira, preparados para destrucción; 23y para hacer notorias las riquezas de su gloria para con los vasos de misericordia que Él preparó de antemano para gloria,24a los cuales también ha llamado, aun a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?25Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada.26Y acontecerá que en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois mi pueblo, allí serán llamados hijos del Dios viviente. 27También Isaías clama tocante a Israel: Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, un remanente será salvo.28Porque Él consumará la obra, y la acortará en justicia, porque obra abreviada hará el Señor sobre la tierra. 29Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes. 30¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no procuraban la justicia han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por la fe; 31pero Israel, que procuraba la ley de la justicia, no ha alcanzado la ley de la justicia. 32¿Por qué? Porque no la procuraron por fe, sino como por las obras de la ley, por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo, 33como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y roca de caída: Y todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado.
ROMANOS 10
1Hermanos, ciertamente el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para su salvación.2Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios. 4Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. 5Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: El hombre que hiciere aquellas cosas, vivirá por ellas. 6Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? esto es, para traer abajo a Cristo. 7O, ¿quién descenderá al abismo? esto es, para volver a subir a Cristo de los muertos. 8Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe la cual predicamos: 9Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, mas con la boca se hace confesión para salvación.11Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado. 12Porque no hay diferencia entre judío y griego; porque el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan. 13Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 14¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, que predican el evangelio de los bienes! 16Mas no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17Así que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y sus palabras hasta los confines de la tierra. 19Mas digo: ¿No lo sabe Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con los que no son mi pueblo; Con gente insensata os provocaré a ira. 20También Isaías dice osadamente: Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí. 21Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
ROMANOS 11
1Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡En ninguna manera! Porque también yo soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2Dios no ha desechado a su pueblo, al cual antes conoció. ¿O no sabéis qué dice la Escritura de Elías, cómo hablando con Dios contra Israel dice: 3Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han destruido, y sólo yo he quedado, y traman contra mi vida?4Pero, ¿qué le dice la respuesta divina? Me he reservado siete mil varones, que no han doblado la rodilla ante Baal. 5Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido según la elección de gracia. 6Y si por gracia, ya no es por obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.7¿Qué entonces? Lo que buscaba Israel no lo ha alcanzado, pero los elegidos lo han alcanzado, y los demás fueron cegados. 8Como está escrito: Dios les dio espíritu de somnolencia, ojos que no vean; oídos que no oigan hasta el día de hoy. 9Y David dice: Séales vuelta su mesa en trampa y en red, y en tropezadero y retribución: 10Sus ojos sean oscurecidos para que no vean, y agóbiales su espalda siempre. 11Digo, pues: ¿Han tropezado para que cayesen? ¡En ninguna manera! Mas por su caída vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.12Y si la caída de ellos es la riqueza del mundo, y el menoscabo de ellos, la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más la plenitud de ellos? 13Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol de los gentiles, mi ministerio honro, 14por si de alguna manera provocase a celos a los que son de mi carne, e hiciese salvos a algunos de ellos. 15Porque si el rechazamiento de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será el recibimiento de ellos, sino vida de entre los muertos? 16Porque si el primer fruto es santo, también lo es la masa, y si la raíz es santa, también lo son las ramas. 17Y si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, siendo olivo silvestre fuiste injertado entre ellas, y fuiste hecho partícipe con ellas de la raíz y de la savia del olivo; 18no te jactes contra las ramas. Y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. 19Dirás entonces: Las ramas fueron quebradas para que yo fuese injertado.20Bien; por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te enaltezcas, antes teme.21Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, mira, no sea que a ti tampoco te perdone. 22Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permaneciereis en su bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23Y aun ellos, si no permanecen en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? 25Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en vosotros mismos, que en parte el endurecimiento ha acontecido a Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26y así todo Israel será salvo; como está escrito: De Sión vendrá el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad. 27Y éste es mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. 28Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; mas en cuanto a la elección, son muy amados por causa de los padres.29Porque sin arrepentimiento son los dones y el llamamiento de Dios. 30Porque como también vosotros en otro tiempo no creísteis a Dios, mas ahora habéis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos; 31así también éstos ahora no han creído, para que por la misericordia de vosotros, ellos también alcancen misericordia. 32Porque Dios encerró a todos en incredulidad, para tener misericordia de todos. 33¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35¿O quién le dio a Él primero, para que le sea recompensado?36Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre. Amén.
ROMANOS 12
1Por tanto, os ruego hermanos por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio racional. 2Y no os conforméis a este mundo; mas transformaos por la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 3Digo, pues, por la gracia que me ha sido dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí, que el que debe tener, sino que piense de sí con mesura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.4Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, mas no todos los miembros tienen la misma función; 5así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6Teniendo, pues, diversidad de dones según la gracia que nos es dada, si profecía, profeticemos conforme a la medida de la fe; 7o si ministerio, usémoslo en ministrar; el que enseña, en la enseñanza; 8el que exhorta, en la exhortación; el que da, hágalo con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría. 9El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, apegaos a lo bueno. 10Amaos los unos a los otros con amor fraternal, en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11Diligentes, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. 12Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración. 13Compartiendo para las necesidades de los santos; dados a la hospitalidad. 14Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.15Gozaos con los que se gozan; y llorad con los que lloran. 16Unánimes entre vosotros, no altivos; condescended para con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. 17No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18Si fuere posible, en cuanto esté en vosotros, vivid en paz con todos los hombres.19Amados, no os venguéis vosotros mismos, antes, dad lugar a la ira; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. 20Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, y si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21No seas vencido de lo malo, mas vence con el bien el mal.
ROMANOS 13
1Toda alma sométase a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las potestades que hay, de Dios son ordenadas. 2Así que, el que se opone a la potestad, se opone a la ordenanza de Dios; y los que resisten recibirán para sí condenación.3Porque los magistrados no están para atemorizar las buenas obras, sino las malas. ¿Quieres, pues, no temer la potestad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella. 4Porque es ministro de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; pues no en vano lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para ejecutar la ira sobre el que hace lo malo. 5Por tanto, es necesario que os sujetéis, no sólo por la ira, sino también por causa de la conciencia. 6Pues por esto también pagáis los impuestos; porque son ministros de Dios que atienden continuamente a esto mismo.7Pagad, pues, a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que temor, temor; al que honra, honra. 8No debáis a nadie nada, sino amaos unos a otros, porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No cometerás adulterio: No matarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio: No codiciarás: Y cualquier otro mandamiento, se resume en esta frase: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el amor es el cumplimiento de la ley. 11Y esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos. 12La noche está avanzada, y el día está por llegar; desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz. 13Andemos honestamente, como de día; no en desenfrenos y borracheras; no en lujurias y lascivias, ni en contiendas y envidias. 14Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para satisfacer los deseos de la carne.
ROMANOS 14
1Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2Porque uno cree que se ha de comer de todo, otro, que es débil, come legumbres.3El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. 4¿Tú quién eres, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, que poderoso es Dios para hacerle estar firme. 5Uno hace diferencia entre un día y otro; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente seguro en su propia mente. 6El que hace caso del día, para el Señor lo hace; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. 7Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos, como de los que viven. 10Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará a Dios.12De manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí. 13Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, antes bien, juzgad esto; que nadie ponga tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo, mas para aquel que piensa ser inmunda alguna cosa, para él es inmunda. 15Mas si por causa de tu comida, tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por el cual Cristo murió. 16No sea, pues, difamado vuestro bien; 17Porque el reino de Dios no es comida ni bebida; sino justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo. 18Porque el que en estas cosas sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. 19Así que, sigamos lo que ayuda a la paz y a la edificación de los unos a los otros. 20No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; mas malo es al hombre hacer tropezar con lo que come. 21Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o sea debilitado.22¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo con lo que aprueba. 23Pero el que duda, si come, se condena, porque come sin fe, y todo lo que no es de fe, es pecado.
ROMANOS 15
1Así que los que somos fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2Cada uno de nosotros agrade a su prójimo para su bien, para edificación. 3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito; Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. 4Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia y consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis de un mismo sentir según Cristo Jesús; 6para que unánimes, y a una voz glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió para gloria de Dios. 8Digo, pues, que Cristo Jesús fue ministro de la circuncisión por la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre. 10Y otra vez dice: Regocijaos, gentiles, con su pueblo. 11Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, y dadle gloria todos los pueblos. 12Y otra vez Isaías dice: Saldrá raíz de Isaí, y el que se levantará para reinar sobre los gentiles: Los gentiles esperarán en Él. 13Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. 14Y también yo mismo tengo confianza de vosotros, hermanos míos, que también vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de manera que podéis amonestaros los unos a los otros. 15Mas hermanos, os he escrito en parte osadamente, como recordándoos; por la gracia que de Dios me es dada, 16para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles sea acepta, santificada por el Espíritu Santo. 17Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios toca.18Porque no osaría hablar de alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí, para hacer obedientes a los gentiles, con palabra y con obra, 19con potencia de milagros y prodigios, por el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.20Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo fuese ya nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito: Aquellos a los que no se habló de Él, verán; Y los que no han oído, entenderán. 22Por esta causa muchas veces he sido impedido de venir a vosotros. 23Mas ahora, no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros por ya muchos años, 24cuando partiere para España, iré a vosotros, porque espero veros en mi jornada, y que seré encaminado por vosotros hacia allá, si en parte primero hubiere disfrutado de vuestra compañía.25Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 26Porque los de Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una contribución para los santos pobres que están en Jerusalén. 27Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales. 28Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. 29Y estoy seguro que cuando venga a vosotros, vendré en plenitud de bendición del evangelio de Cristo. 30Y os ruego hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que os esforcéis conmigo en oración por mí a Dios; 31Para que sea librado de los incrédulos que están en Judea, y la ofrenda de mi servicio la cual traigo para Jerusalén sea acepta a los santos; 32para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. 33Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
ROMANOS 16
1Y os encomiendo a nuestra hermana Febe, la cual es sierva de la iglesia que está en Cencrea; 2que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa que necesite de vosotros, porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo también. 3Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús; 4que pusieron sus cuellos por mi vida; a los cuales doy gracias, no sólo yo, sino también todas las iglesias de los gentiles.5Saludad también a la iglesia que está en su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es de los primeros frutos de Acaya para Cristo. 6Saludad a María, la cual ha trabajado mucho por nosotros.7Saludad a Andrónico y a Junia, mis parientes y mis compañeros de prisiones, que son insignes entre los apóstoles; y que también fueron antes de mí en Cristo.8Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.9Saludad a Urbano, nuestro ayudador en Cristo, y a Estaquis, amado mío. 10Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo.11Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, que están en el Señor. 12Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. 13Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía. 14Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes, y a los hermanos que están con ellos. 15Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpas, y a todos los santos que están con ellos. 16Saludaos unos a otros con ósculo santo. Os saludan las iglesias de Cristo. 17Y os ruego hermanos, que señaléis a aquellos que causan divisiones y escándalos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido; y que os apartéis de ellos. 18Porque los tales, no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres; y con palabras suaves y lisonjas engañan los corazones de los simples. 19Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos. Así que me gozo de vosotros; mas quiero que seáis sabios para el bien, y simples para el mal. 20Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. 21Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, y Jasón y Sosípater, mis parientes. 22Yo Tercio, que escribí esta epístola, os saludo en el Señor. 23Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto. 24La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. 25Y al que tiene poder para confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos, 26pero ahora es hecho manifiesto, y por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, dado a conocer a todas las naciones para obediencia de la fe. 27Al solo Dios sabio, sea gloria por Jesucristo para siempre. Amén. Epístola del apóstol Pablo a los romanos. Escrita desde Corinto por mano de Tercio, y enviada con Febe, sierva de la iglesia en Cencrea.

Nenhum comentário:

Postar um comentário