JOB 1
1Hubo un varón en tierra de Uz, que se llamaba Job;
y este hombre era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2Y le nacieron
siete hijos y tres hijas. 3Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil
camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados;
y este varón era el más grande de todos los orientales. 4E iban sus
hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar
a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos. 5Y acontecía
que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los
santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número
de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán
blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. 6Y un día
vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales
vino también Satanás. 7Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Y
respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por
ella. 8Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi
siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado de mal? 9Y
respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Teme Job a Dios de balde?10¿No le has tú
cercado a él, y a su casa, y a todo lo que tiene en derredor? El trabajo de sus
manos has bendecido, y su hacienda ha crecido sobre la tierra.11Mas extiende
ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu
rostro.12Y dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene
está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de
delante de Jehová. 13Y aconteció un día que sus hijos e hijas estaban
bebiendo y comiendo en casa de su hermano el primogénito, 14y vino un
mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo
cerca de ellos, 15y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a
los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte la
noticia. 16Aún estaba éste hablando, y vino otro que dijo:
Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los
consumió; solamente escapé yo para traerte la noticia. 17Todavía
estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres
escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, y mataron a los
criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte la noticia. 18Entre tanto
que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y
bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19y he aquí un
gran viento que vino del lado del desierto, y azotó las cuatro esquinas de la
casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; solamente escapé yo para traerte la
noticia.20Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró
su cabeza, y cayendo en tierra adoró; 21y dijo:
Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y
Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. 22En todo esto
no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
JOB 2
1Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios
para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos para
presentarse delante de Jehová. 2Y dijo Jehová
a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la
tierra, y de andar por ella. 3Y Jehová dijo
a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la
tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que aún
retiene su integridad, a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo
arruinara sin causa? 4Y respondiendo Satanás dijo a Jehová: Piel por
piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. 5Mas extiende
ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no te maldice en tu
rostro. 6Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu
mano; mas guarda su vida. 7Y salió Satanás de delante de Jehová, e hirió a Job
de unas llagas malignas desde la planta de su pie hasta la coronilla de su
cabeza. 8Y tomó Job un tiesto para rascarse con él, y se
sentó en medio de ceniza. 9Entonces su esposa le dijo: ¿Aún retienes tu
integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10Y él le dijo:
Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus
labios. 11Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad
suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había
sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir
juntos para condolerse de él y para consolarle. 12Y cuando
alzaron los ojos desde lejos y no lo conocieron, alzaron su voz, y lloraron; y
cada uno de ellos rasgó su manto, y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus
cabezas. 13Así se sentaron con él en tierra por siete días y
siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy
grande.
JOB 3
1Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su
día. 2Y exclamó Job, y dijo: 3Perezca el
día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.4Sea aquel día
sombrío, y no cuide de él Dios desde arriba, ni claridad sobre él
resplandezca. 5Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; repose sobre
él nublado, que lo haga horrible como día caliginoso. 6Ocupe la
oscuridad aquella noche; no sea contada entre los días del año, ni venga en el
número de los meses. 7¡Oh que fuera aquella noche solitaria, que no
viniera canción alguna en ella! 8Maldíganla
los que maldicen el día, los que se aprestan para levantar su llanto.9Oscurézcanse
las estrellas de su alba; espere la luz, y no venga, ni vea los párpados de la
mañana: 10Por cuanto no cerró las puertas del vientre de mi
madre, ni escondió de mis ojos la miseria. 11¿Por qué no
morí yo en la matriz, o entregué el espíritu al salir del vientre? 12¿Por qué me
recibieron las rodillas? ¿Y para qué los pechos para que mamase? 13Pues ahora
yacería yo, y reposaría; dormiría, y entonces tendría reposo, 14con los reyes
y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí lugares desolados;15o con los
príncipes que poseían el oro, que llenaban sus casas de plata. 16O ¿por qué no
fui escondido como abortado, como los pequeñitos que nunca vieron la luz? 17Allí los
impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas.18Allí reposan
juntos los cautivos; no oyen la voz del opresor. 19Allí están el
chico y el grande; y el siervo es libre de su señor. 20¿Para qué se
da luz al trabajado, y vida al amargado de alma, 21que esperan
la muerte, y ella no llega, aunque la buscan más que a tesoros
enterrados; 22que se alegran sobremanera, y se gozan, cuando
hallan el sepulcro?23¿Para qué se da luz al hombre que no sabe por dónde
va, y al cual Dios ha acorralado? 24Pues antes
que mi pan viene mi suspiro; y mis gemidos corren como aguas. 25Porque el
temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. 26No he tenido
paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante me vino turbación.
JOB 4
1Y respondió Elifaz el temanita, y dijo: 2Si probáremos
a hablarte, te será molesto; pero, ¿quién podrá detener las palabras? 3He aquí, tú
enseñabas a muchos, y las manos débiles corroborabas; 4al que
tropezaba, enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que
decaían. 5Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te
desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. 6¿Es éste tu
temor, tu confianza, tu esperanza, y la integridad de tus caminos?7Recapacita
ahora, ¿quién siendo inocente pereció? Y ¿en dónde los rectos fueron
cortados? 8Como yo he visto, los que aran iniquidad y siembran
injuria, la siegan. 9Perecen por el aliento de Dios, y por el soplo de
su furor son consumidos. 10El rugido del león, y la voz del león, y los
dientes de los leoncillos son quebrantados. 11El león viejo
perece por falta de presa, y los hijos del león son dispersados. 12El asunto
también me era a mí oculto; mas mi oído ha percibido algo de ello. 13En
imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los
hombres, 14me sobrevino un espanto y un temblor, que
estremeció todos mis huesos; 15y un espíritu
pasó por delante de mí, que hizo se erizara el pelo de mi carne. 16Se paró un
fantasma delante de mis ojos, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía:17¿Será el
mortal más justo que Dios? ¿Será el hombre más puro que su Hacedor? 18He aquí que
en sus siervos no confía, y notó necedad en sus ángeles;19¡Cuánto más
en los que habitan en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo, y que
serán quebrantados por la polilla! 20De la mañana
a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre, sin haber quien lo
considere. 21Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos?
Mueren, aun sin sabiduría.
JOB 5
1Ahora, pues, da voces, si habrá quien te responda;
¿Y a cuál de los santos te volverás? 2Es cierto que
al necio lo mata la ira, y al codicioso lo consume la envidia. 3Yo he visto
al necio que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación. 4Sus hijos
están lejos de la seguridad, en la puerta son quebrantados, y no hay quien los
libre. 5Su mies comen los hambrientos, y la sacan de entre
los espinos, y el atracador devora su hacienda. 6Porque la
aflicción no sale del polvo, ni la molestia brota de la tierra.7Pero como las
chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la
aflicción.8Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a Él
mi causa: 9El cual hace cosas grandes e inescrutables, y
maravillas sin número. 10Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía
las aguas sobre los campos: 11Que pone a
los humildes en altura, y a los enlutados levanta a seguridad; 12que frustra
los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada; 13que prende a
los sabios en la astucia de ellos, y entontece el consejo de los perversos;14De día
tropiezan con las tinieblas, y a mediodía andan a tientas como de noche. 15Mas Él libra
de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta; 16por tanto, el
menesteroso tiene esperanza, y la iniquidad cierra su boca. 17He aquí,
bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la
corrección del Todopoderoso. 18Porque Él es
quien hace la llaga, y Él la vendará: Él hiere, y sus manos curan. 19En seis
tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal. 20En el hambre
te redimirá de la muerte, y en la guerra, del poder de la espada. 21Del azote de
la lengua serás encubierto; no temerás de la destrucción cuando viniere. 22De la
destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las fieras del campo: 23Pues aun con
las piedras del campo tendrás alianza, y las fieras del campo tendrán paz
contigo. 24Y sabrás que hay paz en tu tienda; y visitarás tu
morada, y no pecarás. 25Asimismo echarás de ver que tu descendencia será
numerosa, y tu prole como la hierba de la tierra. 26Vendrás en la
vejez a tu sepultura, como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo.27He aquí lo
que hemos inquirido, lo cual es así: Óyelo, y conócelo tú para tu bien.
JOB 6
1Y respondió Job y dijo: 2¡Oh, que
pudiesen pesar justamente mi sufrimiento, y lo pusiesen en balanza junto con mi
calamidad! 3Porque pesarían ahora más que la arena del mar; por
tanto, mis palabras han sido precipitadas. 4Porque las
saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores
de Dios me combaten. 5¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge
el buey junto a su pasto? 6¿Se comerá lo desabrido sin sal? ¿O habrá gusto en
la clara del huevo? 7Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi
triste alimento. 8¡Quién me diera que viniese mi petición, y que me
otorgase Dios lo que anhelo; 9y que agradara
a Dios destruirme; que desatara su mano, y acabara conmigo!10Y sería aún
mi consuelo, si me asaltase con dolor sin dar más tregua, que yo no he
escondido las palabras del Santo. 11¿Cuál es mi
fuerza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para prolongar mi vida?12¿Es mi fuerza
la de las piedras, o es mi carne de bronce? 13¿No me ayudo
a mí mismo, y el poder me falta del todo? 14El atribulado
ha de ser consolado por su compañero; mas se ha abandonado el temor del
Omnipotente. 15Mis hermanos han sido traicioneros cual arroyo;
pasan como corrientes impetuosas, 16que están
escondidas por la helada, y encubiertas con nieve; 17que al tiempo
del calor son deshechas, y al calentarse, desaparecen de su lugar;18se apartan de
la senda de su rumbo, van menguando y se pierden. 19Miraron los
caminantes de Tema, los caminantes de Seba esperaron en ellas;20Pero fueron
avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron
confusos.21Ahora ciertamente como ellas sois vosotros; pues
habéis visto mi infortunio, y teméis. 22¿Acaso yo os
he dicho: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda; 23libradme de
la mano del opresor, y redimidme del poder de los violentos?24Enseñadme, y
yo callaré; y hacedme entender en qué he errado. 25¡Cuán fuertes
son las palabras de rectitud! Pero, ¿qué reprende vuestra censura?26¿Pensáis
censurar las palabras, y los discursos de un desesperado, que son como el
viento?27También os arrojáis sobre el huérfano, y caváis un
hoyo para vuestro amigo. 28Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si miento
delante de vosotros.29Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a
considerar mi justicia en esto. 30¿Hay
iniquidad en mi lengua? ¿No puede mi paladar discernir las cosas depravadas?
JOB 7
1¿Acaso no hay un tiempo determinado para el hombre
sobre la tierra? ¿No son sus días como los días del jornalero? 2Como el
siervo anhela la sombra, y como el jornalero espera la paga de su
trabajo, 3así he tenido que poseer meses de vanidad, y noches
de congoja me fueron asignadas. 4Cuando estoy
acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré, y se acabará la noche? Y estoy lleno de
devaneos hasta el alba. 5Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de
polvo; mi piel hendida y abominable. 6Y mis días
fueron más ligeros que la lanzadera del tejedor, y fenecieron sin
esperanza. 7Acuérdate que mi vida es un soplo, y que mis ojos
no volverán a ver el bien. 8Los ojos de
los que me ven, no me verán más; fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser. 9Como la nube
se desvanece, y se va; así el que desciende al sepulcro ya no subirá; 10No volverá
más a su casa, ni su lugar le conocerá más. 11Por tanto yo
no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con
la amargura de mi alma.12¿Soy yo el mar, o ballena, para que me pongas
guarda? 13Cuando digo: Me consolará mi cama, mi lecho
atenuará mis quejas; 14Entonces me aterras con sueños, y me turbas con
visiones. 15Y así mi alma tuvo por mejor el estrangulamiento y
la muerte, más que la vida. 16Desvanezco;
no he de vivir para siempre; déjame, pues mis días son vanidad.17¿Qué es el
hombre, para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón, 18y lo visites
todas las mañanas, y a cada momento lo pruebes?19¿Hasta cuándo
no te apartarás de mí, y no me soltarás ni siquiera para que trague mi saliva?20Pequé, ¿qué
te hago yo, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto como blanco tuyo,
de modo que soy una carga para mí mismo? 21¿Y por qué no
perdonas mi rebelión, y quitas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo,
y si me buscares de mañana, ya no estaré.
JOB 8
1Y respondió Bildad suhita, y dijo: 2¿Hasta cuándo
hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como un viento
impetuoso? 3¿Acaso pervertirá Dios el derecho, o el
Todopoderoso pervertirá la justicia?4Si tus hijos
pecaron contra Él, Él los echó en el lugar de su pecado. 5Si tú de
mañana buscares a Dios, y suplicares al Todopoderoso; 6Si fueres
limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la
morada de tu justicia. 7Aunque tu principio haya sido pequeño, tu
postrimería será muy grande. 8Porque
pregunta ahora a la edad pasada, y disponte a inquirir de los padres de
ellos; 9porque nosotros somos de ayer y nada sabemos, pues
nuestros días sobre la tierra son como una sombra.10¿No te enseñarán
ellos, te hablarán, y de su corazón sacarán palabras? 11¿Crece el
junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? 12Aun en su
verdor, y sin ser cortado, se seca antes que toda hierba.13Tales son los
caminos de todos los que se olvidan de Dios; y la esperanza del impío perecerá:14Porque su
esperanza será cortada, y aquello en que confía será tela de araña. 15Se apoyará él
sobre su casa, mas no permanecerá; se asirá de ella, mas no resistirá. 16A manera de
un árbol, está verde delante del sol, y sus renuevos salen sobre su
huerto; 17Sus raíces se entretejen junto a una fuente, y se
enlazan hasta un lugar pedregoso. 18Si le
arrancaren de su lugar, éste le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.19He aquí éste
es el gozo de su camino; y de la tierra brotarán otros. 20He aquí, Dios
no desechará al perfecto, ni tampoco ayudará a los malhechores.21Aún llenará
tu boca de risa, y tus labios de júbilo.22Los que te
aborrecen, serán vestidos de vergüenza; y la habitación de los impíos perecerá.
JOB 9
1Y respondió Job, y dijo: 2Ciertamente
yo conozco que es así: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?3Si quisiere
contender con Él, no le podrá responder a una cosa de mil. 4Él es sabio
de corazón, y poderoso en fortaleza, ¿Quién se endureció contra Él, y le fue
bien? 5Él remueve las montañas con su furor, y ellas no
saben quién las trastornó. 6Él sacude la
tierra de su lugar, y hace temblar sus columnas: 7Él manda al
sol, y no sale; y pone sello a las estrellas:8Él solo
extiende los cielos, y anda sobre las olas del mar: 9Él hizo la
Osa Mayor, el Orión y las Pléyades; y los lugares secretos del sur. 10Él hace cosas
grandes e inescrutables; y maravillas, sin número.11He aquí que
Él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo percibiré. 12He aquí,
arrebatará; ¿quién se lo impedirá? ¿Quién le dirá: Qué haces? 13Si Dios no
retira su ira, los ayudadores soberbios serán abatidos debajo de Él. 14¿Cuánto menos
le responderé yo, y hablaré con Él palabras escogidas? 15Aunque fuese
yo justo, no respondería; antes habría de rogar a mi Juez. 16Que si yo le
invocara, y Él me respondiese, aún no creeré que haya escuchado mi voz. 17Porque me ha
quebrantado con tempestad, y sin causa ha aumentado mis heridas. 18No me ha
concedido que tome aliento, sino que me ha llenado de amarguras. 19Si yo hablare
de poder, he aquí Él es poderoso; si de juicio, ¿quién me emplazará? 20Si yo me
justificare, me condenaría mi boca; si me dijere perfecto, esto me haría
inicuo. 21Bien que yo fuese íntegro, no conocería mi alma:
Despreciaría mi vida. 22Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío
Él los consume. 23Si el azote mata de repente, se ríe del sufrimiento
de los inocentes. 24La tierra es entregada en manos de los impíos, y Él
cubre el rostro de sus jueces. Si no es Él, ¿quién es? ¿Dónde está? 25Mis días son
más ligeros que un correo; Huyen, y no ven el bien. 26Pasan cual
naves veloces: Como el águila que se lanza sobre su presa. 27Si digo:
Olvidaré mi queja, dejaré mi triste semblante y me esforzaré;28entonces me
turban todos mis dolores; sé que no me tendrás por inocente. 29Si soy impío,
¿Para qué, pues, trabajaré en vano? 30Aunque me
lave con aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma, 31aún me
hundirás en el hoyo, y mis propias vestiduras me abominarán. 32Porque Él no
es hombre igual que yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a
juicio. 33Ni hay entre nosotros árbitro, que ponga su mano
sobre ambos.34Quite de sobre mí su vara, y su terror no me
espante. 35Entonces yo hablaría, y no le temería; mas no es
así conmigo.
JOB 10
1Mi alma está hastiada de mi vida: Daré yo rienda
suelta a mi queja sobre mí, hablaré en la amargura de mi alma. 2Diré a Dios:
No me condenes; hazme entender por qué contiendes conmigo. 3¿Te parece
bien que oprimas, que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre
el consejo de los impíos?4¿Acaso tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el
hombre? 5¿Son tus días como los días del hombre, o tus años
como los tiempos humanos, 6para que inquieras mi iniquidad, y busques mi
pecado? 7Tú sabes que no soy impío, y que no hay quien libre
de tu mano. 8Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y luego te
vuelves y me deshaces? 9Acuérdate ahora que como a barro me diste forma: ¿Y
en polvo me has de tornar? 10¿No me
vaciaste como leche, y como queso me cuajaste? 11Me vestiste
de piel y carne, y me rodeaste de huesos y nervios. 12Vida y
misericordia me concediste, y tu cuidado guardó mi espíritu. 13Estas cosas
has guardado en tu corazón; yo sé que están cerca de ti. 14Si peco, tú
me observas, y no me tienes por limpio de mi iniquidad.15Si fuere
malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza. Estoy hastiado de
afrenta, por tanto, mira tú mi aflicción. 16Si levanto mi
cabeza, me cazas como a león, y vuelves a mostrarte maravilloso sobre mí. 17Renuevas
contra mí tus pruebas, y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo. 18¿Por qué me
sacaste de la matriz? Hubiera yo entregado el espíritu, y ningún ojo me habría
visto.19Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del
vientre a la sepultura. 20¿No son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para
que me conforte un poco.21Antes que vaya para no volver, a la tierra de
tinieblas y de sombra de muerte; 22Tierra de
oscuridad, lóbrega como sombra de muerte, sin orden, donde la luz es como la
oscuridad misma.
JOB 11
1Y respondió Zofar naamatita, y dijo: 2¿Las muchas
palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será
justificado? 3¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Y harás
escarnio, y no habrá quien te avergüence? 4Tú dices: Mi
doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos. 5Mas ¡oh quién
diera que Dios hablara, y abriera sus labios contra ti,6y que te
declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las
riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu
iniquidad merece. 7Si escudriñas, ¿podrás entender a Dios? ¿Llegarás
tú a la perfección del Todopoderoso? 8Es más alta
que los cielos: ¿qué harás? Es más profunda que el infierno: ¿cómo la
conocerás? 9Su dimensión es más extensa que la tierra, y más
ancha que el mar. 10Si Él corta, o aprisiona, o si congrega, ¿quién
podrá contrarrestarle?11Porque Él conoce a los hombres vanos: Ve asimismo
la iniquidad, ¿y no hará caso? 12El hombre
vano se hará entendido, aunque nazca como el pollino del asno montés. 13Si tú
apercibieres tu corazón, y extendieres a Él tus manos; 14si alguna
iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more
maldad en tus habitaciones;15entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y
serás fuerte, y no temerás; 16y olvidarás
tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron;17y tu
existencia será más clara que el mediodía; Resplandecerás, y serás como la
mañana; 18estarás confiado, porque hay esperanza; mirarás
alrededor, y dormirás seguro. 19Te acostarás,
y no habrá quien te espante; y muchos implorarán tu favor. 20Pero los ojos
de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; y su esperanza será como el
dar el último suspiro.
JOB 12
1Y respondió Job, y dijo: 2Ciertamente
vosotros sois el pueblo; y con vosotros morirá la sabiduría.3También tengo
yo entendimiento como vosotros; no soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá
que no pueda decir otro tanto? 4Yo soy uno de
quien su amigo se mofa, que invoca a Dios, y Él le responde; con todo, el justo
y perfecto es escarnecido. 5Aquel cuyos
pies van a resbalar, es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus
anchas.6Prosperan las tiendas de los ladrones, y los que
provocan a Dios viven seguros; en cuyas manos Él ha puesto cuanto tienen. 7Y en efecto,
pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos,
y ellas te lo mostrarán; 8o habla a la tierra, y ella te enseñará; los peces
del mar también te lo declararán. 9¿Qué cosa de
todas éstas no entiende que la mano de Jehová la hizo? 10En su mano
está el alma de todo viviente, y el hálito de todo ser humano. 11¿No distingue
el oído las palabras, y el paladar prueba la comida? 12En los
ancianos está la sabiduría, y en la largura de días la inteligencia.13Con Dios está
la sabiduría y la fortaleza; suyo es el consejo y la inteligencia. 14He aquí, Él
derriba, y no será reedificado; Encierra al hombre, y no habrá quien le
abra. 15He aquí, Él detiene las aguas, y todo se seca; Las
envía, y destruyen la tierra. 16Con Él está
la fortaleza y la sabiduría; Suyo es el que yerra, y el que hace errar. 17Él hace andar
despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces.18Él suelta las
ataduras de los reyes, y les ata un cinto a sus lomos. 19Él lleva
despojados a los príncipes, y trastorna a los poderosos. 20Él priva del
habla al que dice verdad, y quita a los ancianos el consejo. 21Él derrama
menosprecio sobre los príncipes, y debilita la fuerza de los poderosos. 22Él descubre
las profundidades de las tinieblas, y saca a luz la sombra de muerte. 23Él multiplica
las naciones, y Él las destruye: Él esparce a las naciones, y las vuelve a
reunir. 24Él quita el entendimiento de los jefes del pueblo
de la tierra, y les hace vagar por desierto donde no hay camino: 25Van a
tientas, como en tinieblas y sin luz, y los hace errar como borrachos.
JOB 13
1He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y
oído y entendido mis oídos. 2Como vosotros
lo sabéis, lo sé yo; no soy menos que vosotros. 3Mas yo
hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios. 4Porque
ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; todos vosotros sois médicos
nulos. 5¡Oh que callarais del todo! Y os sería sabiduría. 6Oíd ahora mi
razonamiento, y estad atentos a los argumentos de mis labios. 7¿Habéis de
hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por Él engaño? 8¿Haréis
acepción de su persona? ¿Contenderéis vosotros por Dios? 9¿Sería bueno
que Él os escudriñase? ¿Os burlaréis de Él como quien se burla de algún
hombre? 10Él os reprochará de seguro, si solapadamente hacéis
acepción de personas. 11¿No debiera espantaros su majestad, y caer su pavor
sobre vosotros? 12Vuestras memorias serán comparadas a la ceniza, y
vuestros cuerpos como cuerpos de barro. 13Callaos,
dejadme y hablaré yo, y que venga sobre mí lo que viniere.14¿Por qué
quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi mano? 15He aquí,
aunque Él me matare, en Él esperaré; pero sostendré delante de Él mis
caminos. 16Y Él mismo será mi salvación, porque no entrará en
su presencia el hipócrita. 17Oíd con
atención mi razonamiento, y mi declaración con vuestros oídos. 18He aquí
ahora, yo he preparado mi causa, y sé que seré justificado. 19¿Quién es el
que contenderá conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría. 20A lo menos
dos cosas no hagas conmigo; entonces no me esconderé de tu rostro. 21Aparta de mí
tu mano, y no me asombre tu terror. 22Llama luego,
y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú.23¿Cuántas
iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi transgresión y mi
pecado. 24¿Por qué escondes tu rostro, y me cuentas por tu
enemigo?25¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y a una
paja seca has de perseguir? 26¿Por qué
escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de los pecados de mi
juventud? 27Pones además mis pies en el cepo, y vigilas todos
mis caminos, imprimes marcas en las plantas de mis pies. 28Y el cuerpo
mío se va gastando como de carcoma, como vestido que es comido de polilla.
JOB 14
1El hombre nacido de mujer, corto de días, y harto
de sinsabores. 2Que sale como una flor y es cortado; y huye como la
sombra, y no permanece. 3¿Y sobre éste abres tus ojos, y me traes a juicio
contigo?4¿Quién podrá sacar algo limpio de lo inmundo?
Nadie. 5Ciertamente sus días están determinados, y el
número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste límites, los cuales no
pasará. 6Apártate de él, y que descanse hasta que, cual
jornalero, haya cumplido su día. 7Porque si el
árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, y sus renuevos no
faltarán.8Si se envejeciere en la tierra su raíz, y su tronco
fuere muerto en el polvo, 9al percibir el agua reverdecerá, y echará renuevos
como planta nueva.10Pero el hombre muere, y es cortado; Perece el
hombre, ¿y dónde está él? 11Como las aguas se van del mar, y el río se agota y
se seca. 12Así el hombre yace, y no vuelve a levantarse; hasta
que no haya cielo no despertarán, ni se levantarán de su sueño. 13¡Oh quién me
diera que me escondieses en el sepulcro, que me encubrieras hasta apaciguarse
tu ira, que me pusieses plazo, y de mí te acordaras! 14Si el hombre
muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga
mi transformación. 15Tú llamarás, y te responderé yo; tendrás placer en
la obra de tus manos. 16Pero ahora me cuentas los pasos, y no das tregua a
mi pecado. 17Sellada está en saco mi transgresión, y tienes
cosida mi iniquidad. 18Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las
peñas son traspasadas de su lugar; 19Las piedras
son desgastadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra; de
igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre. 20Para siempre
serás más fuerte que él, y él se va; demudarás su rostro, y lo despedirás. 21Sus hijos
alcanzan honor, y él no lo sabe; o son humillados, y no entiende de ellos.22Mas su carne
sobre él se dolerá, y se entristecerá en él su alma.
JOB 15
1Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo:2¿Proferirá el
sabio vana sabiduría, y llenará su vientre de viento solano? 3¿Disputará
con palabras inútiles, y con razones sin provecho? 4Tú también
disipas el temor, y menosprecias la oración delante de Dios. 5Porque tu
boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos. 6Tu boca te
condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti.7¿Naciste tú
primero que Adán? ¿O fuiste formado antes que los collados? 8¿Oíste tú el
secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría? 9¿Qué sabes tú
que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros? 10Entre
nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu
padre. 11¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios?
¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti? 12¿Por qué te
aleja tu corazón, y por qué guiñan tus ojos, 13para que
vuelvas tu espíritu contra Dios, y saques tales palabras de tu boca? 14¿Qué es el
hombre para que sea limpio, y el nacido de mujer, para que sea justo? 15He aquí que
en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus
ojos: 16¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, que bebe
la iniquidad como agua?17Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he
visto; 18Lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no
lo encubrieron; 19A los cuales solamente fue dada la tierra, y no
pasó extraño por medio de ellos; 20Todos sus
días, el impío es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al
violento. 21Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la
prosperidad el destructor vendrá sobre él. 22Él no creerá
que ha de volver de las tinieblas, y descubierto está para la espada. 23Vaga
alrededor tras del pan, diciendo: ¿Dónde está? Sabe que le está preparado día
de tinieblas, a la mano.24Tribulación y angustia le aterrarán, y se
esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla.25Por cuanto él
extendió su mano contra Dios, y se ensoberbeció contra el Todopoderoso, 26Él le
acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos: 27Porque cubrió
su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre sus ijares; 28Y habitó las
ciudades asoladas, las casas inhabitadas, que estaban puestas en ruinas. 29No se
enriquecerá, ni sus bienes perdurarán, ni extenderá por la tierra su
hermosura. 30No escapará de las tinieblas; la llama secará sus
ramas, y con el aliento de su boca perecerá. 31No confíe el
iluso en la vanidad; porque ella será su recompensa. 32Él será
cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no reverdecerán. 33Él perderá su
agraz como la vid, y derramará su flor como el olivo. 34Porque la
congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de
soborno. 35Conciben maldad, y dan a luz iniquidad; y sus
entrañas traman engaño.
JOB 16
1Entonces respondió Job, y dijo: 2Muchas veces
he oído cosas como éstas: Consoladores molestos sois todos vosotros. 3¿Tendrán fin
las palabras vanas? O ¿qué te anima a responder? 4También yo
hablaría como vosotros. Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía, yo podría
hilvanar palabras contra vosotros, y sobre vosotros movería mi cabeza. 5Mas yo os alentaría
con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor
vuestro. 6Si hablo, mi dolor no cesa; y si dejo de hablar, no
se aparta de mí.7Pero ahora me ha fatigado: Has tú asolado toda mi
compañía. 8Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi
flacura, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro. 9Su furor me
despedazó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; contra mí
aguzó sus ojos mi enemigo. 10Abrieron
contra mí su boca; hirieron mis mejillas con afrenta; contra mí se juntaron
todos. 11Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos
de los impíos me hizo estremecer.12Próspero
estaba, y me desmenuzó; y me arrebató por la cerviz y me despedazó, y me puso
por blanco suyo. 13Me rodearon sus arqueros, partió mis riñones, y no
perdonó: Mi hiel derramó por tierra.14Me quebrantó
de quebranto sobre quebranto; corrió contra mí como un gigante. 15Yo cosí
cilicio sobre mi piel, y hundí mi cabeza en el polvo. 16Mi rostro
está hinchado con el lloro, y mis párpados entenebrecidos: 17A pesar de no
haber iniquidad en mis manos, y de haber sido mi oración pura. 18¡Oh tierra!
no cubras mi sangre, y no haya lugar a mi clamor. 19Mas he aquí
que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas. 20Mis amigos me
escarnecen; mis ojos derramarán lágrimas ante Dios. 21¡Oh que
alguien intercediera por el hombre ante Dios, como el hombre intercede por su
prójimo!22Mas los años contados vendrán, y yo iré por el
camino de donde no volveré.
JOB 17
1Mi aliento está corrompido, mis días se extinguen,
y me está preparado el sepulcro. 2No hay
conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos. 3Determina
ahora, dame fianza para contigo: ¿Quién es aquél que querría ser mi fiador?4Porque has
escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás. 5El que habla
lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.6Él me ha
puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril. 7Y mis ojos se
oscurecieron por causa del dolor, y mis pensamientos todos son como
sombra. 8Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente
se levantará contra el hipócrita.9No obstante,
proseguirá el justo su camino, y el limpio de manos aumentará la fuerza. 10Mas volved
todos vosotros, y venid ahora, pues no hallo sabio entre vosotros. 11Pasaron mis
días, fueron deshechos mis planes, los designios de mi corazón.12Pusieron la
noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas. 13Si yo espero,
el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas. 14A la
corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi
hermana. 15¿Dónde está ahora mi esperanza? Y mi esperanza
¿quién la verá? 16Ellos descenderán a la profundidad de la fosa,
cuando nosotros descansaremos juntos en el polvo.
JOB 18
1Entonces respondió Bildad suhita, y dijo:2¿Cuándo
pondréis fin a las palabras? Entended, y después hablemos. 3¿Por qué
somos tenidos por bestias, y a vuestros ojos somos viles? 4Oh tú, que te
despedazas con tu furor, ¿Será abandonada la tierra por tu causa, y serán
traspasadas de su lugar las peñas? 5Ciertamente
la luz de los impíos será apagada, y no resplandecerá la centella de su fuego.6La luz se
oscurecerá en su tienda, y se apagará sobre él su lámpara. 7Los pasos de
su vigor serán acortados, y lo precipitará su propio consejo.8Porque red
será echada a sus pies, y sobre mallas andará. 9Lazo prenderá
su calcañar; se afirmará la trampa contra él. 10Su cuerda
está escondida en la tierra, y hay una trampa para él en la senda. 11De todas
partes lo asombrarán temores, y le harán huir desconcertado. 12Su fuerza
será azotada por el hambre, y a su lado estará preparado quebrantamiento. 13El
primogénito de la muerte devorará la fuerza de su piel, y devorará sus
miembros. 14Su confianza será arrancada de su tienda, y le
conducirá esto, al rey de los espantos.15En su tienda
morará como si no fuese suya; piedra azufre será esparcida sobre su
morada. 16Abajo se secarán sus raíces, y arriba serán
cortadas sus ramas.17Su memoria perecerá de la tierra, y no tendrá nombre
por las calles. 18De la luz será lanzado a las tinieblas, y echado
fuera del mundo. 19No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, ni quien le
suceda en sus moradas. 20Los que vengan a él, ese día se espantarán, como
fueron espantados los que vinieron antes. 21Ciertamente
tales son las moradas del impío, Y éste será el lugar del que no conoció a
Dios.
JOB 19
1Entonces respondió Job, y dijo: 2¿Hasta cuándo
angustiaréis mi alma, y me moleréis con palabras?3Ya me habéis
vituperado diez veces: ¿No os avergonzáis de injuriarme? 4Y si en
verdad he errado, conmigo se quedará mi error. 5Mas si
vosotros os engrandecéis contra mí, y contra mí invocáis mi oprobio, 6sabed ahora
que Dios me ha derribado, y me ha envuelto en su red. 7He aquí yo
clamo agravio, y no soy oído; doy voces, y no hay juicio. 8Cercó de
vallado mi camino, y no pasaré; y sobre mis veredas puso tinieblas. 9Me ha
despojado de mi gloria, y ha quitado la corona de mi cabeza.10Me arruinó
por todos lados, y perezco; y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado.11También
encendió contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos. 12Vinieron sus
ejércitos a una, y atrincheraron contra mí su camino, y acamparon en derredor
de mi tienda. 13Hizo alejar de mí a mis hermanos, y del todo se
extrañaron de mí mis conocidos. 14Mis parientes
se detuvieron, y mis conocidos se olvidaron de mí. 15Los moradores
de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo a sus
ojos. 16Llamé a mi siervo, y no respondió; de mi propia
boca le suplicaba. 17Mi aliento vino a ser extraño a mi esposa, aunque
por los hijos de mis entrañas le rogaba. 18Aun los
muchachos me menospreciaron; al levantarme, hablaban contra mí. 19Todos mis
amigos íntimos me aborrecieron; y los que yo amaba, se volvieron contra
mí. 20Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he
escapado con sólo la piel de mis dientes. 21Oh, vosotros
mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí, porque la mano de
Dios me ha tocado. 22¿Por qué me perseguís como Dios, y no os hartáis de
mi carne? 23¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen
escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro! 24¡Que con
cincel de hierro y con plomo fuesen en piedra esculpidas para siempre!25Yo sé que mi
Redentor vive, y en el día final se levantará sobre la tierra; 26y después de
deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; 27Al cual he de
ver por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis entrañas se
consuman dentro de mí.28Mas debierais decir: ¿Por qué lo perseguimos? Ya
que la raíz del asunto se halla en mí. 29Temed
vosotros delante de la espada; porque la ira trae el castigo de la espada, para
que sepáis que hay un juicio.
JOB 20
1Respondió entonces Zofar el naamatita, y dijo:2Por cierto
mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro. 3La reprensión
de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi
inteligencia. 4¿No sabes esto, que desde la antigüedad, desde el
tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra; 5que la
alegría de los impíos es breve, y el gozo del hipócrita sólo por un momento?6Aunque
subiere su altivez hasta el cielo, y su cabeza tocare en las nubes, 7como su
estiércol perecerá para siempre; los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de
él? 8Como sueño volará, y no será hallado; y se disipará
como visión nocturna. 9El ojo que le vio, nunca más le verá; ni su lugar
le contemplará ya más.10Sus hijos buscarán el favor de los pobres; y sus
manos devolverán lo que él robó. 11Sus huesos
están llenos del pecado de su juventud, yacerán con él en el polvo. 12Si el mal se
endulzó en su boca, si lo ocultaba debajo de su lengua; 13si le parecía
bien, y no lo dejaba, sino que lo detenía en su paladar; 14su comida se
mudará en sus entrañas, hiel de áspides será dentro de él. 15Devoró
riquezas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios. 16Veneno de
áspides chupará; lo matará lengua de víbora. 17No verá los
arroyos, los ríos, los torrentes de miel y de leche. 18Restituirá el
trabajo conforme a los bienes que tomó; según su sustancia será la restitución,
y no se gozará en ello. 19Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, y
robó casas que él no edificó. 20Por tanto, no
sentirá él sosiego en su vientre, ni salvará nada de lo que codiciaba. 21No quedó nada
que no comiese; por tanto, su bien no será duradero. 22En la
plenitud de su prosperidad, tendrá estrechez; la mano de todos los malvados
vendrá sobre él. 23Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará
sobre él el furor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida. 24Huirá de las
armas de hierro, pero el arco de acero le atravesará. 25Saldrá la
saeta por su espalda, relumbrante saldrá por su hiel; sobre él vendrán
terrores. 26Todas las tinieblas estarán guardadas en sus
lugares secretos; fuego no atizado lo devorará, y consumirá al que quede en su
tienda. 27Los cielos descubrirán su iniquidad, y la tierra se
levantará contra él. 28Los frutos de su casa serán trasportados; serán
esparcidos en el día de su furor. 29Ésta es la
porción de Dios para el hombre impío, y la herencia que Dios le ha señalado.
JOB 21
1Y respondió Job, y dijo: 2Oíd
atentamente mi palabra, y sea esto vuestra consolación.3Soportadme, y
yo hablaré; y después que hubiere hablado, escarneced. 4¿Acaso me
quejo yo ante algún hombre? ¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu? 5Miradme, y
espantaos, y poned la mano sobre la boca. 6Aun cuando me
acuerdo, me asombro, y el estremecimiento se apodera de mi carne. 7¿Por qué
viven los impíos, y se envejecen, y aun crecen en riquezas? 8Su simiente
es establecida delante de ellos; y sus renuevos delante de sus ojos.9Sus casas
están libres de temor, y no hay azote de Dios sobre ellos. 10Sus toros
engendran, y no fallan; paren sus vacas, y no malogran su cría. 11Sus pequeños
salen como manada, y sus hijos van danzando. 12Toman el
pandero y el arpa, y se regocijan al son de la flauta. 13Pasan sus
días en prosperidad, y en un momento descienden a la sepultura. 14Dicen, pues,
a Dios: Apártate de nosotros, pues no queremos el conocimiento de tus caminos. 15¿Quién es el
Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a
Él? 16He aquí que su bien no está en manos de ellos: El
consejo de los impíos lejos esté de mí. 17¡Oh cuántas
veces la lámpara de los impíos es apagada, y viene sobre ellos su quebranto, y
Dios en su ira les reparte dolores! 18Serán como la
paja delante del viento, y como el tamo que arrebata el torbellino.19Dios guardará
la iniquidad para los hijos de ellos: Él le dará su pago, para que
conozca. 20Verán sus ojos su quebranto, y beberá de la ira del
Todopoderoso.21Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de
sí, siendo cortado el número de sus meses?22¿Enseñará
alguien a Dios sabiduría, juzgando Él a los que están encumbrados? 23Éste morirá
en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico. 24Sus colodras
están llenas de leche, y sus huesos serán regados de tuétano. 25Y este otro
morirá en amargura de ánimo, y sin haber comido jamás con gusto. 26Igualmente
yacerán ellos en el polvo, y gusanos los cubrirán. 27He aquí, yo
conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis. 28Porque decís:
¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los
impíos? 29¿No habéis preguntado a los que pasan por los
caminos, y no habéis conocido sus señalamientos, 30que el malo
es reservado para el día de la destrucción? Presentados serán en el día de la
ira. 31¿Quién le denunciará en su cara su camino? Y de lo
que él hizo, ¿quién le dará el pago? 32Porque será
llevado al sepulcro, y en su tumba permanecerá.33Los terrones
del valle le serán dulces; y tras de él será llevado todo hombre, y antes de él
han ido innumerables. 34¿Cómo, pues, me consoláis en vano, viniendo a parar
vuestras respuestas en falacia?
JOB 22
1Y respondió Elifaz temanita, y dijo: 2¿Traerá el
hombre provecho a Dios, podrá el sabio ser de provecho a sí mismo? 3¿Tiene
contentamiento el Omnipotente en que tú seas justo, gana algo con que tú hagas
perfectos tus caminos? 4¿Te castigará acaso, o vendrá contigo a juicio
porque te teme?5¿Acaso no será grande tu maldad, y tus iniquidades
sin fin? 6Porque tomaste prenda de tus hermanos sin causa, y
despojaste de sus ropas al desnudo. 7No diste de
beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento. 8Pero el
hombre pudiente tuvo la tierra; y habitó en ella el distinguido. 9A las viudas
enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados. 10Por tanto hay
lazos alrededor de ti, y te turba espanto repentino; 11o tinieblas,
para que no veas; y abundancia de agua te cubre. 12¿No está Dios
en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas
están. 13¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Puede Él juzgar a
través de la densa oscuridad? 14Las densas
nubes le cubren, y no ve; y por el circuito del cielo se pasea. 15¿Quieres tú
guardar la senda antigua, que pisaron los hombres perversos? 16Los cuales
fueron cortados antes de tiempo, cuyo fundamento fue como un río derramado:17Que decían a
Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente? 18Les había
colmado de bienes sus casas. Lejos sea de mí el consejo de los impíos. 19Verán los
justos y se gozarán; y el inocente los escarnecerá, diciendo:20Ciertamente
nuestra sustancia no ha sido cortada, mas el fuego ha consumido lo que quedó de
ellos.21Amístate ahora con Él, y tendrás paz; y por ello te
vendrá bien. 22Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en
tu corazón. 23Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado;
alejarás de tu tienda la aflicción; 24Y tendrás más
oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir; 25y el
Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia.26Porque
entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro. 27Orarás a Él,
y Él te oirá; y tú pagarás tus votos. 28Determinarás
asimismo una cosa, y te será firme; y sobre tus caminos resplandecerá la
luz. 29Cuando fueren abatidos, dirás tú: Ensalzamiento
habrá; y Dios salvará al humilde de ojos. 30Él libertará
la isla del inocente; y por la pureza de tus manos será librada.
JOB 23
1Y respondió Job, y dijo: 2Hoy también
hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. 3¡Quién me
diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. 4Expondría mi
causa delante de Él, y llenaría mi boca de argumentos. 5Yo sabría las
palabras que Él me respondiera, y entendería lo que Él me dijera. 6¿Contendería
conmigo con su gran fuerza? No; antes Él pondría fuerza en mí. 7Allí el justo
razonaría con Él, y yo sería liberado para siempre de mi Juez. 8He aquí yo
iré al oriente, y Él no estará allí; y al occidente, y no lo percibiré: 9Si al norte
Él actuare, yo no lo veré; al sur se esconderá, y no lo veré. 10Mas Él conoce
el camino donde voy; me probará, y saldré como oro.11Mis pies han
seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté. 12Del
mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más
que mi comida. 13Pero si Él determina una cosa, ¿quién le hará
desistir? Lo que su alma desea, eso hace. 14Él, pues,
acabará lo que ha determinado de mí: y muchas cosas como éstas hay en Él. 15Por lo cual
yo me espanto en su presencia; cuando lo considero, tengo miedo de Él. 16Dios ha
enervado mi corazón, y me ha turbado el Omnipotente. 17¿Por qué no
fui yo cortado delante de las tinieblas, ni cubrió con oscuridad mi rostro?
JOB 24
1Puesto que no son ocultos los tiempos al
Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días? 2Traspasan los
términos, roban los ganados, y los apacientan. 3Se llevan el
asno de los huérfanos; y toman en prenda el buey de la viuda.4Hacen apartar
del camino a los menesterosos; y todos los pobres de la tierra se
esconden. 5He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen
a su obra madrugando para robar; el desierto es mantenimiento de sus
hijos. 6En el campo siegan su pasto, y los impíos vendimian
la viña ajena. 7Al desnudo hacen dormir sin ropa, y que en el frío
no tenga cobertura.8Con las avenidas de los montes se mojan, y abrazan
las peñas por falta de abrigo. 9Quitan el
pecho a los huérfanos, y de sobre el pobre toman la prenda. 10Al desnudo
hacen andar sin ropa, y al hambriento quitan las gavillas. 11Dentro de sus
paredes exprimen el aceite, pisan los lagares, y mueren de sed. 12De la ciudad
gimen los hombres, y claman las almas de los heridos de muerte; mas Dios no
puso estorbo.13Ellos son los que, rebeldes a la luz, nunca
conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.14A la luz se
levanta el matador, mata al pobre y al necesitado, y de noche es como
ladrón. 15El ojo del adúltero aguarda al anochecer, diciendo:
No me verá nadie; y disfraza su rostro. 16En las
tinieblas minan las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la
luz. 17Porque la mañana es para todos ellos como sombra de
muerte; si son conocidos, terrores de sombra de muerte los toman. 18Son ligeros
como la superficie de las aguas; su porción es maldita en la tierra; no andarán
por el camino de las viñas. 19La sequía y
el calor arrebatan las aguas de la nieve; y el sepulcro a los pecadores. 20Se olvidará
de ellos el seno materno; de ellos sentirán los gusanos dulzura; nunca más
habrá de ellos memoria, y como un árbol serán quebrantados los impíos. 21A la mujer
estéril que no da a luz, afligió; y a la viuda nunca hizo bien.22A los fuertes
arrastró con su poder: se levanta, y ninguno está seguro de la vida. 23Les da
seguridad en que se apoyen, y sus ojos están sobre los caminos de ellos. 24Son exaltados
por un poco de tiempo, mas desaparecen y son abatidos como todos los demás;
serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas. 25Y si no, ¿quién
me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?
JOB 25
1Y respondió Bildad suhita, y dijo: 2El señorío y
el temor están con Él: Él hace paz en sus alturas.3¿Tienen sus
ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz? 4¿Cómo, pues,
se justificará el hombre para con Dios? ¿O cómo será limpio el que nace de
mujer?5He aquí que ni aun la misma luna será
resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos. 6¿Cuánto menos
el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?
JOB 26
1Y respondió Job, y dijo: 2¿En qué
ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza? 3¿En qué
aconsejaste al que no tiene entendimiento, y qué plenitud de sabiduría has dado
a conocer? 4¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el
espíritu que de ti viene? 5Cosas inanimadas son formadas debajo de las aguas,
y los habitantes de ellas. 6El infierno
está descubierto delante de Él, y la destrucción no tiene cobertura. 7Él extiende
el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada. 8Ata las aguas
en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas. 9Él cubre la
faz de su trono, y sobre él extiende su nube. 10Él cercó con
término la superficie de las aguas, hasta el fin de la luz y las
tinieblas. 11Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su
reprensión. 12Él divide el mar con su poder, y con su
entendimiento hiere su arrogancia.13Su Espíritu
adornó los cielos; su mano creó la serpiente tortuosa. 14He aquí,
estas cosas son sólo parte de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de Él!
Pero el estruendo de su poder, ¿quién lo puede comprender?
JOB 27
1Y reasumió Job su discurso, y dijo: 2Vive Dios, el
cual ha quitado mi derecho, y el Omnipotente, que amargó el alma mía; 3Que todo el
tiempo que mi alma esté en mí, y haya hálito de Dios en mis narices,4mis labios no
hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño. 5Nunca tal
acontezca que yo os justifique; hasta que muera no quitaré de mí mi
integridad. 6Mi justicia tengo asida, y no la cederé: No me
reprochará mi corazón en el tiempo de mi vida.7Sea como el
impío mi enemigo, y como el inicuo mi adversario. 8Porque ¿cuál
es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, cuando Dios requiera
su alma? 9¿Oirá Dios su clamor cuando la tribulación sobre él
viniere? 10¿Se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará a Dios
en todo tiempo? 11Yo os enseñaré por la mano de Dios; no esconderé lo
que hay para con el Omnipotente. 12He aquí que
todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué, pues, os hacéis enteramente
vanos? 13Ésta es para con Dios la porción del impío, y la
herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente. 14Si sus hijos
fueren multiplicados, lo serán para la espada, y sus pequeños no se saciarán de
pan; 15los que de él quedaren, en muerte serán sepultados;
y no llorarán sus viudas. 16Aunque amontone plata como polvo, y prepare ropa
como el barro; 17él la preparará, pero el justo se vestirá de ella,
y el inocente repartirá la plata. 18Edifica su
casa como la polilla, y como la cabaña que hace el guarda.19El rico se
acostará, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y ya no será. 20Se apoderarán
de él terrores como aguas; torbellino lo arrebatará de noche.21El viento
solano lo levanta, y se va; y tempestad lo arrebatará de su lugar. 22Dios, pues,
descargará sobre él, y no perdonará; hará él por huir de su mano.23Batirán sus
manos sobre él, y desde su lugar le silbarán.
JOB 28
1Ciertamente la plata tiene sus veneros, y el oro
lugar donde se refina. 2El hierro se saca del polvo, y de la piedra es
fundido el bronce. 3A las tinieblas puso término, y examina todo a la
perfección, las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.4Brota el
torrente de junto al morador, aguas que el pie había olvidado; se secan luego,
se van del hombre.5De la tierra nace el pan, y debajo de ella está
como convertida en fuego. 6Lugar hay cuyas piedras son zafiro, y sus polvos de
oro. 7Hay senda que el ave no conoce, ni ojo de buitre ha
visto; 8los cachorros de león no la han pisado, ni el fiero
león pasó por ella.9En el pedernal puso su mano, y trastornó de raíz
los montes. 10De los peñascos cortó ríos, y sus ojos vieron todo
lo preciado. 11Detuvo los ríos en su nacimiento, e hizo salir a
luz lo escondido. 12Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está
el lugar de la inteligencia? 13No conoce su
valor el hombre, ni se halla en la tierra de los vivientes. 14El abismo
dice: No está en mí: Y el mar dijo: Ni conmigo. 15No se dará
por oro, ni su precio será a peso de plata.16No puede ser
apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro. 17El oro no se
le igualará, ni el diamante; ni se cambiará por joyas de oro fino. 18No se hará
mención de coral ni de perlas: La sabiduría es mejor que las piedras preciosas.19No se
igualará con ella topacio de Etiopía; no se podrá apreciar con oro fino. 20¿De dónde,
pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? 21Porque
encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es
oculta. 22La destrucción y la muerte dijeron: Su fama hemos
oído con nuestros oídos. 23Dios entiende el camino de ella, y Él conoce su
lugar. 24Porque Él mira hasta los fines de la tierra, y ve
debajo de todo el cielo. 25Al dar peso al viento, y poner las aguas por
medida;26Cuando Él hizo ley a la lluvia, y camino al
relámpago de los truenos: 27Entonces la veía Él, y la manifestaba: La preparó y
la descubrió también. 28Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es
la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.
JOB 29
1Volvió Job a tomar su discurso, y dijo: 2¡Quién me volviese
como en los meses pasados, como en los días cuando Dios me guardaba, 3Cuando su
lámpara resplandecía sobre mi cabeza, y por su luz yo caminaba a través de la
oscuridad; 4Como fui yo en los días de mi juventud, cuando el
secreto de Dios estaba en mi tienda; 5Cuando el
Omnipotente aún estaba conmigo, y mis hijos alrededor de mí;6Cuando lavaba
yo mis pasos con leche, y la roca me derramaba ríos de aceite! 7Cuando yo
salía a la puerta a juicio, cuando en la plaza preparaba mi asiento; 8Los jóvenes
me veían, y se escondían; y los ancianos se levantaban, y estaban en pie; 9Los príncipes
detenían sus palabras, ponían la mano sobre su boca; 10Los
principales guardaban silencio, y su lengua se pegaba a su paladar: 11Cuando los
oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me
daban testimonio: 12Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al
huérfano que carecía de ayudador. 13La bendición
del que se iba a perder venía sobre mí; y al corazón de la viuda daba alegría.14Me vestía de
justicia, y ella me cubría; como manto y diadema era mi justicia. 15Yo era ojos
al ciego, y pies al cojo. 16A los menesterosos era padre; y de la causa que no
entendía, me informaba con diligencia;17y quebraba
los colmillos del inicuo, y de sus dientes hacía soltar la presa. 18Y decía yo:
En mi nido moriré, y como arena multiplicaré días. 19Mi raíz
estaba abierta junto a las aguas, y en mis ramas permanecía el rocío. 20Mi honra se
renovaba en mí, y mi arco se corroboraba en mi mano. 21Me oían, y
esperaban; y callaban a mi consejo. 22Tras mi
palabra no replicaban, y mi razón destilaba sobre ellos.23Y me
esperaban como a la lluvia, y abrían su boca como a la lluvia tardía. 24Si me reía
con ellos, no lo creían; y no abatían la luz de mi rostro. 25Calificaba yo
el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; y moraba como rey en el ejército,
como el que consuela a los que lloran.
JOB 30
1Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo; a
cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado. 2¿Y de qué me
serviría la fuerza de sus manos, si el vigor de ellos ha perecido? 3Por causa de
la pobreza y del hambre andaban solos; huían a la soledad, a lugar tenebroso,
asolado y desierto.4Recogían malvas entre los arbustos, y raíces de
enebro para calentarse. 5Eran arrojados de entre las gentes, les gritaban
como tras el ladrón. 6Habitaban en las barrancas de los arroyos, en las
cavernas de la tierra, y en las rocas. 7Bramaban
entre las matas, y se reunían debajo de los espinos. 8Hijos de
viles, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.9Y ahora yo
soy su canción, y he venido a ser su refrán. 10Me abominan,
se alejan de mí, y aun de mi rostro no detuvieron su saliva. 11Porque Dios
desató mi cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi
rostro. 12A la mano derecha se levantaron los jóvenes;
Empujaron mis pies, y prepararon contra mí los caminos de su destrucción.13Mi senda
desbarataron, se aprovecharon de mi quebrantamiento, contra los cuales no hubo
ayudador.14Vinieron como por portillo ancho, en mi calamidad,
se volvieron contra mí. 15Terrores se han vuelto sobre mí; combatieron como
viento mi alma, y mi prosperidad pasó como nube 16Y ahora mi
alma está derramada en mí; días de aflicción se han apoderado de mí. 17De noche
taladra sobre mí mis huesos, y los que me roen no reposan. 18Con grande
fuerza es desfigurada mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica. 19Me derribó en
el lodo, y soy semejante al polvo y a la ceniza. 20Clamo a ti, y
no me oyes; me presento, y no me atiendes. 21Te has vuelto
cruel para mí; con el poder de tu mano me persigues.22Me
levantaste, me hiciste cabalgar sobre el viento, y disolviste mi
sustancia. 23Pues yo sé que me llevarás a la muerte; y a la casa
determinada a todo viviente. 24Sin embargo Él
no extenderá su mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los sepultados cuando Él los
quebrante? 25¿No lloré yo al afligido? ¿No se entristeció mi
alma sobre el menesteroso? 26Cuando
esperaba yo el bien, entonces vino el mal; y cuando esperaba luz, la oscuridad
vino. 27Mis entrañas hierven, y no reposan; días de
aflicción me han sobrevenido. 28Denegrido
ando, y no por el sol; me he levantado en la congregación y he clamado. 29He venido a
ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos. 30Mi piel está
denegrida sobre mí, y mis huesos se han quemado del calor. 31Y se ha
vuelto mi arpa en luto, y mi flauta en voz de lamentadores.
JOB 31
1Hice pacto con mis ojos: ¿Cómo, pues, había yo de
pensar en virgen? 2Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué
heredad el Omnipotente desde las alturas? 3¿No hay
quebrantamiento para el impío, y calamidad inesperada para los que obran
iniquidad?4¿No ve Él mis caminos, y cuenta todos mis pasos?5Si anduve con
mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, 6sea yo pesado
en balanzas de justicia, y que Dios conozca mi integridad. 7Si mis pasos
se apartaron del camino, y si mi corazón se fue tras mis ojos, y si algo sucio
se apegó a mis manos,8siembre yo y otro coma, y sean desarraigados mis
renuevos. 9Si mi corazón fue engañado acerca de mujer, y si
estuve acechando a la puerta de mi prójimo:10Muela para
otro mi esposa, y sobre ella otros se encorven. 11Porque es
maldad e iniquidad, que han de castigar los jueces. 12Porque es
fuego que devoraría hasta la destrucción, y desarraigaría toda mi
hacienda. 13Si tuve en poco el derecho de mi siervo y de mi
sierva, cuando ellos contendían conmigo,14¿qué haré yo
cuando Dios se levante? Y cuando Él me pida cuentas, ¿qué le responderé
yo? 15El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a
él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz? 16Si estorbé el
contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda; 17Y si comí mi
bocado solo, y no comió de él el huérfano 18Porque desde
mi juventud creció conmigo como con un padre, y desde el vientre de mi madre
fui guía de la viuda; 19Si he visto a alguno perecer por falta de ropa, o
al menesteroso sin abrigo;20si no me bendijeron sus lomos, y del vellón de mis
ovejas se calentaron; 21si alcé contra el huérfano mi mano, porque vi que
me ayudarían en la puerta; 22mi hombro se
caiga de mi espalda, y mi brazo sea quebrado de mi antebrazo. 23Porque temí
el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder. 24Si puse en el
oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú; 25Si me alegré
de que mi riqueza era grande, y de que mi mano había adquirido mucho;26Ciertamente
yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona. 27y mi corazón
se engañó en secreto, y mi boca besó mi mano: 28Esto también
sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al
Dios soberano. 29Si me alegré en el quebrantamiento del que me
aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal 30Ni aun
permití que mi lengua pecase, pidiendo maldición para su alma; 31si los
siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos
saciados!32El extranjero no pasaba fuera la noche; mis puertas
abría al caminante. 33¿Acaso encubrí, como Adán mis transgresiones,
escondiendo en mi seno mi iniquidad, 34porque tuve
temor de la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y
callé, y no salí de mi puerta? 35¡Quién me
diera alguien que me oyese! He aquí mi deseo es que el Omnipotente me
respondiese, y que mi adversario hubiese escrito un libro. 36Ciertamente
yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona. 37Yo le
contaría el número de mis pasos, y como príncipe me presentaría ante Él. 38Si mi tierra
clama contra mí, y lloran todos sus surcos; 39Si comí su
sustancia sin dinero, o afligí el alma de sus dueños; 40En lugar de
trigo me nazcan abrojos, y espinas en lugar de cebada. Terminan las palabras de
Job.
JOB 32
1Y cesaron estos tres varones de responder a Job,
por cuanto él era justo a sus propios ojos. 2Entonces Eliú
hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job;
se encendió en ira por cuanto él se justificaba más a sí mismo que a Dios.
567 3Se encendió asimismo en ira contra sus tres amigos,
porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job. 4Y Eliú había
esperado a que Job terminase de hablar, porque ellos eran más viejos que
él. 5Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca
de aquellos tres varones, se encendió su ira. 6Y respondió
Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros sois ancianos;
por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión. 7Yo decía: Los
días hablarán, y la muchedumbre de años declarará sabiduría.8Ciertamente
espíritu hay en el hombre, y la inspiración del Omnipotente le da
entendimiento. 9No los grandes son los sabios, ni los viejos
entienden el derecho. 10Por tanto, yo dije: Escuchadme; también yo
declararé lo que pienso. 11He aquí yo he esperado a vuestras razones, he
escuchado vuestros argumentos, en tanto que buscabais palabras. 12Os he prestado
atención, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a
sus razones. 13Para que no digáis: Nosotros hemos hallado
sabiduría: Lo derriba Dios, no el hombre.14Ahora bien,
Job no dirigió contra mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras
razones. 15Se espantaron, no respondieron más; se les fueron
los razonamientos. 16Yo, pues, he esperado, porque no hablaban, antes
pararon, y no respondieron más.17Por eso yo también responderé mi parte, también yo
declararé mi juicio. 18Porque lleno estoy de palabras, y el espíritu
dentro de mí me constriñe.19De cierto mi vientre está como el vino que no tiene
respiradero, y se rompe como odres nuevos.20Hablaré,
pues, y respiraré; abriré mis labios, y responderé. 21No haré ahora
acepción de personas, ni usaré con hombre alguno de títulos lisonjeros.22Porque no sé
hablar lisonjas; de otra manera en breve mi Hacedor me consumiría.
JOB 33
1Por tanto, Job, oye ahora mis razones, y escucha
todas mis palabras. 2He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua
hablará en mi garganta. 3Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, y
mis labios proferirán sabiduría pura. 4El Espíritu
de Dios me hizo, y la inspiración del Omnipotente me dio vida.5Si pudieres,
respóndeme: Ordena tus palabras delante de mí, ponte de pie. 6Heme aquí a
mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: Yo también del barro soy
formado. 7He aquí que mi terror no te espantará, ni mi mano
se agravará sobre ti. 8De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz
de tus palabras que decían: 9Yo soy limpio
y sin defecto; y soy inocente, y no hay maldad en mí. 10He aquí que
Él buscó causas contra mí, y me tiene por su enemigo;11Puso mis pies
en el cepo, y vigiló todas mis sendas. 12He aquí en
esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el
hombre. 13¿Por qué tomaste pleito contra Él? Porque Él no da
cuenta de ninguna de sus razones.14Sin embargo,
en una o en dos maneras habla Dios; mas el hombre no entiende. 15Por sueño de
visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen
sobre el lecho; 16Entonces revela al oído de los hombres, y les
señala su consejo;17Para quitar al hombre de su obra, y apartar del
varón la soberbia. 18Él libra su alma de la fosa, y su vida de perecer a
espada. 19También sobre su cama es castigado con dolor fuerte
en todos sus huesos,20que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma
la comida suave. 21Su carne desfallece hasta no verse, y sus huesos,
que antes no se veían, aparecen.22Y su alma se
acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte. 23Si hubiese
con él un elocuente mediador, uno entre mil, que anuncie al hombre su
deber; 24Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que
lo libró de descender al sepulcro, que halló redención: 25Su carne será
más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud. 26Orará a Dios,
y Éste se agradará de él, y él verá su faz con júbilo. Porque Él restituirá al
hombre su justicia. 27Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé,
y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado; 28Dios redimirá
su alma, que no pase al sepulcro, y su vida mirará la luz. 29He aquí,
todas estas cosas hace Dios, dos y tres veces con el hombre; 30Para apartar
su alma del sepulcro, y para iluminarlo con la luz de los vivientes. 31Escucha, Job,
y óyeme; calla, y yo hablaré. 32Si tienes
algo qué decir, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar. 33Y si no,
óyeme tú a mí; calla, y te enseñaré sabiduría.
JOB 34
1Además respondió Eliú, y dijo: 2Oíd, sabios,
mis palabras; y vosotros, doctos, estadme atentos.3Porque el
oído prueba las palabras, como el paladar gusta la comida. 4Escojamos
para nosotros el juicio, conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno;5Porque Job ha
dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho. 6¿He de mentir
yo contra mi razón? Mi herida es incurable sin haber yo transgredido. 7¿Qué hombre
hay como Job, que bebe el escarnio como agua? 8Y va en
compañía con los que obran iniquidad, y anda con los hombres malignos. 9Porque ha
dicho: De nada sirve al hombre deleitarse a sí mismo en Dios. 10Por tanto,
varones entendidos, oídme; lejos esté de Dios la impiedad, y del Omnipotente la
iniquidad. 11Porque Él pagará al hombre según su obra, y Él le
hará hallar conforme a su camino. 12Sí, por
cierto, Dios no hará injusticia, y el Omnipotente no pervertirá el
derecho. 13¿Quién le dio autoridad sobre la tierra? ¿O quién
puso en orden todo el mundo? 14Si Él pusiese
sobre el hombre su corazón, y recogiese a sí su espíritu y su aliento,15toda carne
perecería juntamente, y el hombre se tornaría en polvo. 16Si tienes
entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras. 17¿Gobernará el
que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo? 18¿Se dirá al
rey: Perverso; Y a los príncipes: Impíos? 19¿Cuánto menos
a Aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni respeta al rico más
que al pobre? Porque todos son obras de sus manos. 20En un momento
morirán, y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será
quitado el poderoso. 21Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre,
y ve todos sus pasos. 22No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se
oculten los que obran maldad. 23No carga,
pues, Él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio. 24Él
quebrantará a los fuertes sin indagación, y pondrá a otros en lugar de
ellos. 25Por tanto Él hará notorias las obras de ellos,
cuando los trastorne en la noche, y sean quebrantados. 26Como a malos
los herirá en lugar donde sean vistos: 27Por cuanto
así se apartaron de Él, y no consideraron ninguno de sus caminos; 28haciendo
venir delante de Él el clamor del pobre, y que oiga el clamor de los
necesitados. 29Si Él diere reposo, ¿quién inquietará? Si
escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre
un hombre; 30Haciendo que no reine el hombre hipócrita para
vejaciones del pueblo. 31De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado
ya castigo, no ofenderé ya más. 32Enséñame tú
lo que yo no veo; Si hice mal, no lo haré más. 33¿Ha de ser
eso según tu mente? Él te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo; por
tanto, habla lo que sabes.34Que los hombres de entendimiento me hablen, y el
hombre sabio me oirá: 35Job habla sin entendimiento, y sus palabras no son
con sabiduría.36Deseo yo que Job sea probado ampliamente, a causa
de sus respuestas por los hombres inicuos.37Porque a su
pecado añadió rebelión; bate las manos entre nosotros, y contra Dios multiplica
sus palabras.
JOB 35
1Y procediendo Eliú en su razonamiento, dijo:2¿Piensas que
es correcto esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios? 3Porque
dijiste: ¿Qué ventaja sacarás tú de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber
pecado? 4Yo te responderé razones, y a tus compañeros
contigo. 5Mira a los cielos, y ve, y considera que las nubes
son más altas que tú. 6Si pecares, ¿qué habrás hecho contra Él? Y si tus
transgresiones se multiplicaren, ¿qué le harás tú? 7Si fueres
justo, ¿qué le darás a Él? ¿O qué recibirá de tu mano? 8Al hombre
como tú dañará tu impiedad, y al hijo del hombre aprovechará tu justicia. 9A causa de la
multitud de las violencias clamarán, y se lamentarán por el poderío de los
grandes. 10Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, que da
canciones en la noche, 11que nos enseña más que a las bestias de la tierra,
y nos hace sabios más que las aves del cielo?12Allí
clamarán, pero Él no oirá, por la soberbia de los malos. 13Ciertamente
Dios no oirá la vanidad, ni la mirará el Omnipotente. 14Aunque digas:
No lo mirará; el juicio está delante de Él, espera pues, en Él.15Mas ahora,
porque en su ira no visita, ni considera con rigor, 16por eso Job
abre su boca vanamente, y multiplica palabras sin sabiduría.
JOB 36
1Y añadió Eliú, y dijo: 2Espérame un
poco, y te enseñaré; porque todavía tengo razones de parte de Dios. 3Traeré mi
saber desde lejos, y atribuiré justicia a mi Hacedor. 4Porque de
cierto no son mentira mis palabras; contigo está el que es íntegro en sus
conceptos. 5He aquí que Dios es poderoso, mas no desestima a
nadie; es poderoso en fuerza y sabiduría.6No otorgará
vida al impío, y a los afligidos dará su derecho. 7No quitará
sus ojos del justo; antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre,
y serán exaltados. 8Y si estuvieren aprisionados en grillos, y
atrapados en cuerdas de aflicción,9entonces Él
les mostrará la obra de ellos, y que prevalecieron sus transgresiones. 10Despierta
además el oído de ellos para la corrección, y les dice que se conviertan de la
iniquidad. 11Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en
bienestar, y sus años en contentamiento. 12Pero si no
oyeren, serán pasados a espada, y perecerán sin sabiduría. 13Mas los
hipócritas de corazón acumulan ira, y no clamarán cuando Él los atare. 14Fallecerá el
alma de ellos en su juventud, y su vida entre los sodomitas. 15Al pobre
librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído. 16Asimismo te
apartará de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro; y te
aderezará mesa llena de grosura. 17Mas tú has
llenado el juicio del impío, en vez de sustentar el juicio y la justicia. 18Por lo cual
teme que en su ira no te quite con golpe, el cual no puedas apartar de ti con
gran rescate. 19¿Hará Él estima de tus riquezas, o del oro, o de
todas las fuerzas del poder? 20No anheles la
noche, en que desaparecen los pueblos de su lugar. 21Guárdate, no
te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción. 22He aquí que
Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a Él? 23¿Quién le ha
prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho iniquidad?24Acuérdate de
engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres. 25Los hombres
todos la ven; la mira el hombre de lejos. 26He aquí, Dios
es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus
años. 27Él reduce las gotas de las aguas, al derramarse la
lluvia según el vapor; 28Las cuales destilan las nubes, goteando en
abundancia sobre los hombres. 29¿Quién podrá
comprender la extensión de las nubes, o el sonido estrepitoso de su
tabernáculo? 30He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con
ella las profundidades del mar. 31Bien que por
esos medios castiga a los pueblos, Él da sustento en abundancia. 32Con las nubes
encubre la luz, y le manda no brillar, interponiendo aquéllas. 33Tocante a
ella anunciará el trueno, su compañero, que hay acumulación de ira sobre el que
se eleva.
JOB 37
1Ante esto también tiembla mi corazón, y salta de su
lugar. 2Oíd atentamente el estruendo de su voz, y el sonido
que sale de su boca. 3Debajo de todos los cielos lo dirige, y su luz
hasta los fines de la tierra.4Después del estruendo ruge su voz, truena Él con la
voz de su majestad; y aunque sea oída su voz, no los detiene. 5Truena Dios
maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.6Porque a la
nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y al aguacero
torrencial de su fortaleza. 7Él sella la
mano de todo hombre, para que los hombres todos reconozcan su obra. 8Las bestias
entran en su escondrijo, y se quedan en sus moradas.9Del sur viene
el torbellino, y el frío de los vientos del norte. 10Por el soplo
de Dios se da el hielo, y el ancho de las aguas es confinado. 11Regando
también llega a disipar la densa nube, y con su luz esparce la niebla. 12Asimismo por
sus designios se revuelven las nubes en derredor, para hacer sobre la faz del
mundo, en la tierra, lo que Él les mande.13Unas veces
por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará
venir. 14Escucha esto, Job; Detente, y considera las
maravillas de Dios.15¿Sabes tú cuándo Dios las pone en concierto, y hace
resplandecer la luz de su nube? 16¿Sabes tú las
diferencias de las nubes, las maravillas del Perfecto en sabiduría? 17¿Por qué
están calientes tus ropas cuando Él aquieta la tierra con el viento del sur?18¿Extendiste
tú con Él los cielos, firmes como un espejo sólido? 19Muéstranos
qué le hemos de decir; porque nosotros no podemos ordenar nuestras ideas a
causa de las tinieblas. 20¿Será preciso contarle cuando yo hablare? Por más
que el hombre razone, quedará como abismado. 21Y ahora no se
puede mirar la luz esplendente en los cielos, luego que pasa el viento y los
limpia, 22viniendo de la parte del norte la dorada claridad.
En Dios hay una majestad terrible.23Él es
Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; y en juicio y en multitud
de justicia no afligirá. 24Lo temerán por tanto los hombres: Él no estima a
ninguno que se cree ser sabio de corazón.
JOB 38
1Y respondió Jehová a Job desde un torbellino, y
dijo:2¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras
sin sabiduría? 3Ciñe ahora como varón tus lomos; yo te preguntaré,
y respóndeme tú. 4¿Dónde estabas cuando yo fundé la tierra? Házmelo
saber, si tienes conocimiento. 5¿Quién ordenó
sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?6¿Sobre qué
están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, 7cuando las
estrellas del alba juntas alababan, y todos los hijos de Dios daban gritos de
gozo? 8¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se
derramaba como saliendo del vientre;9cuando puse
yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad; 10y establecí
sobre él mi decreto, y le puse puertas y cerrojo, 11y dije: Hasta
aquí llegarás, y no pasarás adelante, y aquí parará la soberbia de tus
olas? 12¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has
mostrado al alba su lugar, 13para que
ocupe los fines de la tierra, y que sean sacudidos de ella los impíos? 14Ella muda
como barro bajo el sello, y viene a estar como con vestidura: 15Mas la luz de
los impíos es quitada de ellos, y el brazo enaltecido es quebrantado. 16¿Has entrado
tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo? 17¿Te han sido
descubiertas las puertas de la muerte, y has visto las puertas de la sombra de
muerte? 18¿Has considerado tú la anchura de la tierra?
Declara si sabes todo esto. 19¿Por dónde
está el camino a donde mora la luz, y dónde está el lugar de las
tinieblas, 20para que las lleves a sus términos, y entiendas las
sendas de su casa? 21¿Lo sabes tú, porque entonces ya habías nacido, o
porque es grande el número de tus días? 22¿Has entrado
tú en los tesoros de la nieve, o has visto los tesoros del granizo,23lo cual tengo
reservado para el tiempo de angustia, para el día de la guerra y de la
batalla? 24¿Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el
viento solano sobre la tierra? 25¿Quién
repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos, 26haciendo
llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no hay
hombre, 27para saciar la tierra desierta e inculta, y para
hacer brotar la tierna hierba?28¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas
del rocío? 29¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del
cielo, ¿quién la engendró? 30Las aguas se
endurecen a manera de piedra, y se congela la faz del abismo. 31¿Podrás tú
atar las delicias de las Pléyades, o desatarás las ligaduras del Orión?32¿Sacarás tú a
su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus
hijos?33¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?
¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?34¿Alzarás tú a
las nubes tu voz, para que te cubra muchedumbre de aguas? 35¿Enviarás tú
los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí? 36¿Quién puso
la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio a la mente la inteligencia?37¿Quién puso
por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace
parar,38cuando el polvo se ha convertido en dureza, y los
terrones se han pegado unos con otros? 39¿Cazarás tú
la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos, 40cuando están
echados en sus cuevas, o se están en sus guaridas para acechar? 41¿Quién
prepara al cuervo su alimento, cuando sus polluelos claman a Dios, bullendo de
un lado a otro por falta de comida?
JOB 39
1¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras
monteses? ¿O miras tú las ciervas cuando están pariendo? 2¿Puedes tú
contar los meses de su preñez, y sabes el tiempo cuando han de parir? 3Se encorvan,
hacen salir sus crías, pasan sus dolores.4Sus crías
están sanas, crecen con el pasto: Salen y no vuelven a ellas. 5¿Quién echó
libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras? 6Al cual yo
puse casa en la soledad, y sus moradas en lugares estériles.7Se burla de
la multitud de la ciudad; no oye las voces del arriero. 8Lo oculto de
los montes es su pasto, y anda buscando todo lo que está verde. 9¿Querrá el
unicornio servirte a ti, o quedar en tu pesebre?10¿Atarás tú al
unicornio con coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti? 11¿Confiarás tú
en él, por ser grande su fortaleza, y le fiarás tu labor?12¿Fiarás de él
para que recoja tu semilla y la junte en tu era? 13¿Diste tú
hermosas alas al pavo real, o alas y plumas al avestruz? 14El cual
desampara en la tierra sus huevos, y sobre el polvo los calienta, 15y se olvida
de que los pisará el pie, y que los quebrará bestia del campo. 16Se endurece
para con sus crías, como si no fuesen suyas, no temiendo que su trabajo haya
sido en vano; 17Porque le privó Dios de sabiduría, y no le dio
inteligencia. 18Luego que se levanta en alto, se burla del caballo
y de su jinete.19¿Diste tú al caballo su fuerza? ¿Vestiste tú su
cuello de crines? 20¿Le intimidarás tú como a alguna langosta? El
resoplido de su nariz es formidable:21Escarba la
tierra, se alegra en su fuerza, sale al encuentro de las armas: 22Hace burla
del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada.23Contra él suena
la aljaba, el hierro de la lanza y de la jabalina; 24Y él con
ímpetu y furor escarba la tierra, sin importarle el sonido de la
trompeta; 25Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea! Y
desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y el vocerío.26¿Vuela el
halcón por tu sabiduría, y extiende hacia el sur sus alas? 27¿Se remonta
el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido? 28Ella habita y
mora en la roca, en la cumbre de la peña, en lugar seguro. 29Desde allí
acecha la presa; sus ojos observan de muy lejos. 30Sus polluelos
chupan la sangre; y donde hubiere cadáveres, allí está ella.
JOB 40
1Además respondió Jehová a Job y dijo: 2¿Es sabiduría
contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. 3Y respondió
Job a Jehová, y dijo: 4He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano
pongo sobre mi boca. 5Una vez hablé, mas no responderé: Aun dos veces,
pero no añadiré más. 6Entonces respondió Jehová a Job desde el
torbellino, y dijo: 7Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te
preguntaré, y tú me lo declararás.8¿Invalidarás
tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú? 9¿Tienes tú un
brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como Él? 10Atavíate
ahora de majestad y de alteza; y vístete de honra y de hermosura. 11Esparce el
furor de tu ira; y mira a todo arrogante, y abátelo. 12Mira a todo
soberbio, y humíllalo, y quebranta a los impíos en su sitio.13Encúbrelos a
todos en el polvo, venda sus rostros en la oscuridad; 14Y yo también
te confesaré que podrá salvarte tu diestra. 15He aquí ahora
behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.16He aquí ahora
que su fuerza está en sus lomos, y su vigor en el ombligo de su vientre. 17Su cola mueve
como un cedro, y los nervios de sus genitales están entretejidos. 18Sus huesos
son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro. 19Él es el
principal de los caminos de Dios: El que lo hizo, puede hacer que su espada a
él se acerque.20Ciertamente los montes producen hierba para él; y
toda bestia del campo retoza allá. 21Se echará
debajo de las sombras, en lo oculto de las cañas, y de los lugares
húmedos. 22Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los
sauces del arroyo lo rodean. 23He aquí que
él bebe un río, y no se inmuta; y confía que puede pasarse el Jordán por su
boca.24Lo toma con sus ojos; su nariz atraviesa el lazo.
JOB 41
1Sacarás tú al leviatán con el anzuelo, o con la
cuerda que le eches en su lengua? 2¿Pondrás tú
garfio en sus narices, y horadarás con espina su quijada?3¿Multiplicará
él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas? 4¿Hará pacto
contigo? ¿Le tomarás por siervo para siempre? 5¿Jugarás tú
con él como con pájaro, o lo atarás para tus niñas? 6¿Harán de él
banquete los compañeros? ¿Lo repartirán entre los mercaderes? 7¿Cortarás tú
con cuchillo su piel, o con arpón de pescadores su cabeza? 8Pon tu mano
sobre él; te acordarás de la batalla, y no lo volverás a hacer. 9He aquí que
la esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se
desmayarán.10Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién, pues,
podrá estar delante de mí? 11¿Quién me ha
dado a mí primero, para que yo se lo restituya? Todo lo que hay debajo del
cielo es mío. 12Yo no callaré en cuanto a sus miembros, ni lo de
sus fuerzas y la gracia de su disposición. 13¿Quién
descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se acercará a él con freno
doble? 14¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Las hileras
de sus dientes espantan. 15Sus escamas son su orgullo, cerradas entre sí
estrechamente. 16La una se junta con la otra, que viento no entra
entre ellas. 17Unidas están la una a la otra, están trabadas entre
sí, que no se pueden separar. 18Con sus
estornudos encienden lumbre, y sus ojos son como los párpados del alba. 19De su boca
salen hachas de fuego, centellas de fuego proceden. 20De sus
narices sale humo, como de una olla o caldero que hierve. 21Su aliento
enciende los carbones, y de su boca sale llama. 22En su cerviz
mora la fortaleza, y se esparce el desaliento delante de él. 23Las partes
más flojas de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se
mueven. 24Su corazón es firme como una piedra, y fuerte como
la muela de abajo. 25De su grandeza tienen temor los fuertes, y a causa
de su desfallecimiento hacen por purificarse. 26Cuando alguno
lo alcanzare, ni espada, ni lanza, ni dardo, ni coselete durará. 27El hierro
estima por paja, y el acero por leño podrido. 28Saeta no le
hace huir; las piedras de honda se le tornan paja.29Tiene toda
arma por hojarascas, y del blandir de la jabalina se burla. 30Por debajo
tiene agudas conchas; Imprime su agudeza en el suelo. 31Hace hervir
como una olla el profundo mar, y lo torna como una olla de ungüento. 32En pos de sí
hace resplandecer la senda, que parece que el abismo sea cano. 33No hay sobre
la tierra semejante a él, que es hecho libre de temor. 34Menosprecia
toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.
JOB 42
1Y respondió Job a Jehová, y dijo: 2Yo sé que
todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. 3¿Quién es el
que oscurece el consejo sin conocimiento? Por tanto yo hablaba lo que no
entendía; cosas muy maravillosas para mí, que yo no sabía. 4Oye te ruego,
y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. 5De oídas te
había oído; mas ahora mis ojos te ven. 6Por tanto me
aborrezco, y me arrepiento en polvo y en ceniza. 7Y aconteció
que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz
temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis
hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. 8Ahora pues,
tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced
holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a
él atenderé para no trataros con afrenta, por cuanto no habéis hablado de mí
con rectitud, como mi siervo Job. 9Fueron, pues,
Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les
dijo: y Jehová atendió a Job. 10Y mudó Jehová
la aflicción de Job, orando él por sus amigos; y aumentó al doble todas las
cosas que habían sido de Job. 11Y vinieron a
él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían
conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le
consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de
ellos le dio una pieza de dinero, y un zarcillo de oro. 12Y bendijo
Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil
ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas. 13Y tuvo siete
hijos y tres hijas.14Y llamó el nombre de la primera, Jemima, y el
nombre de la segunda, Cesia, y el nombre de la tercera, Keren-hapuc. 15Y en toda la
tierra no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job; y les dio su padre
herencia entre sus hermanos. 16Y después de
esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus
hijos, hasta la cuarta generación. 17Y murió Job,
viejo y lleno de días.
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