Melodias Celestiales

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quarta-feira, 8 de junho de 2016

Biblia Reina Valera completa - Galatas


GÁLATAS 1
1Pablo, apóstol no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo, y por Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos, 2y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: 3Gracia sea a vosotros, y paz de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, 4el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente mundo malo, conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestro; 5al cual sea gloria por siempre y siempre: Amén. 6Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del que os llamó a la gracia de Cristo, a otro evangelio:7No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban, y quieren pervertir el evangelio de Cristo.8Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo os predicare otro evangelio del que os hemos predicado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, así ahora digo otra vez: Si alguno os predicare otro evangelio del que habéis recibido, sea anatema. 10Qué, ¿persuado yo ahora a los hombres, o a Dios? ¿Acaso busco agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.11Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio predicado por mí, no es según hombre; 12pues yo ni lo recibí de hombre, ni tampoco me fue enseñado, sino por revelación de Jesucristo. 13Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; 14y que adelantaba en el judaísmo sobre muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15Mas cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 16revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles; no consulté en seguida con carne y sangre; 17ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. 18Después, pasados tres años, subí a Jerusalén a ver a Pedro, y permanecí con él quince días, 19mas no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor. 20Y en esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento. 21Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; 23solamente habían oído decir: Aquel que antes nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. 24Y glorificaban a Dios en mí.
GÁLATAS 2
1Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2Y subí por revelación, y les comuniqué el evangelio que predico entre los gentiles, pero en particular a los que tenían cierta reputación, para no correr, o haber corrido en vano. 3Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue obligado a circuncidarse; 4y esto a pesar de falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraron secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para traernos a servidumbre; 5a los cuales ni aun por un instante accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.6Pero de aquellos que parecían ser algo lo que hayan sido, no me importa: Dios no hace acepción de personas; a mí, pues, los que parecían ser algo nada me comunicaron. 7Antes por el contrario; cuando vieron que el evangelio de la incircuncisión me había sido encomendado, como a Pedro el de la circuncisión8Porque el que fue poderoso en Pedro para el apostolado de la circuncisión, fue poderoso también en mí para con los gentiles; 9y cuando Jacobo, Cefas, y Juan, que parecían ser columnas, percibieron la gracia que me fue dada, nos dieron a mí y a Bernabé las diestras de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.10Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres, lo cual también fui solícito en hacer.11Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí en su cara, porque era de condenar. 12Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles, mas cuando vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión. 13Y otros judíos también disimulaban con él; de tal manera que también Bernabé fue llevado con su simulación. 14Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15Nosotros, somos judíos naturales, y no pecadores de los gentiles;16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada. 17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? ¡En ninguna manera! 18Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.19Porque yo por la ley soy muerto a la ley, a fin de que viva para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21No desecho la gracia de Dios, porque si por la ley fuese la justicia, entonces Cristo murió en vano.
GÁLATAS 3
1¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fue ya descrito entre vosotros como crucificado? 2Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír de la fe? 3¿Tan necios sois, habiendo comenzado en el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne? 4¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si en verdad fue en vano.5Aquél, pues, que os suministra el Espíritu, y hace milagros entre vosotros ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír de la fe? 6Así como Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de la fe, éstos son hijos de Abraham.8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, predicó antes el evangelio a Abraham, diciendo: En ti serán bendecidas todas las naciones. 9Así también los de la fe, son bendecidos con el creyente Abraham. 10Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente; porque: El justo por la fe vivirá, 12y la ley no es de fe, sino que dice: El hombre que las hiciere, vivirá en ellas. 13Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición porque escrito está: Maldito todo aquel que es colgado en un madero, 14a fin de que la bendición de Abraham viniese sobre los gentiles a través de Jesucristo; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu. 15Hermanos, hablo como hombre: Un pacto, aunque sea de hombre, si fuere confirmado, nadie lo anula, o le añade. 16Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y a tu simiente, el cual es Cristo.17Y esto digo: El pacto antes confirmado por Dios en Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no le anula, para invalidar la promesa.18Porque si la herencia fuese por la ley, ya no sería por la promesa: Mas Dios la dio a Abraham por la promesa. 19¿Para qué entonces, sirve la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, y fue ordenada por ángeles en mano de un mediador.20Ahora bien, un mediador no es de uno solo, pero Dios es uno. 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? ¡En ninguna manera! Porque si se hubiera dado una ley que pudiera vivificar, la justicia verdaderamente habría sido por la ley. 22Mas la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa por la fe de Jesucristo, fuese dada a los que creen. 23Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser revelada. 24De manera que la ley fue nuestro ayo para traernos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. 25Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, 27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29Y si vosotros sois de Cristo, entonces simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa.
GÁLATAS 4
1Además digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo;2mas está bajo tutores y mayordomos hasta el tiempo señalado por el padre. 3Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. 4Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley, 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. 7Así que ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo. 8Mas entonces, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses.9Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? 10Guardáis los días, los meses, los tiempos, y los años. 11Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.12Os ruego, hermanos, que seáis como yo; porque yo soy como vosotros: Ningún agravio me habéis hecho. 13Vosotros sabéis que en flaqueza de la carne os prediqué el evangelio al principio, 14y no desechasteis ni menospreciasteis mi prueba que estaba en mi carne, antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 15¿Dónde está entonces vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio de que si hubiese sido posible, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. 16¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, porque os digo la verdad? 17Ellos tienen celo de vosotros, mas no para bien; antes, os quieren apartar para que vosotros tengáis celo por ellos. 18Bueno es ser celoso en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. 19Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20querría estar ahora presente con vosotros y mudar mi voz; porque estoy perplejo de vosotros. 21Decidme, los que queréis estar bajo la ley; ¿no habéis oído la ley? 22Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, y otro de la libre. 23Pero el de la sierva nació según la carne; mas el de la libre lo fue por la promesa. 24Lo cual es una alegoría; porque éstos son los dos pactos; el uno del monte Sinaí, el cual engendra para servidumbre; el cual es Agar. 25Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, que corresponde a la que ahora es Jerusalén, y está en servidumbre con sus hijos. 26Mas la Jerusalén de arriba es libre; la cual es la madre de todos nosotros. 27Porque está escrito: Alégrate estéril, tú que no das a luz: Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto, porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.28Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29Pero como entonces el que nació según la carne, perseguía al que nació según el Espíritu; así también es ahora. 30Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque el hijo de la sierva no será heredero con el hijo de la libre.31Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre.
GÁLATAS 5
1Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres; y no os sujetéis de nuevo al yugo de esclavitud. 2He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncidare, que está obligado a guardar toda la ley. 4Cristo ha venido a ser sin efecto para vosotros los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5Mas nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por fe. 6Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por amor.7Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para que no obedezcáis a la verdad? 8Esta persuasión no viene de Aquél que os llama. 9Un poco de levadura leuda toda la masa. 10Yo confío de vosotros en el Señor, que no pensaréis ninguna otra cosa; mas el que os perturba, llevará el juicio, quienquiera que él sea.11Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Entonces ha cesado la ofensa de la cruz. 12¡Oh que fuesen también cortados los que os perturban! 13Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino por amor servíos los unos a los otros.14Porque toda la ley en una palabra se cumple, en ésta: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Mas si os mordéis y devoráis los unos a los otros, mirad que no os consumáis los unos a los otros. 16Digo, pues: Andad en el Espíritu; y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. 17Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis. 18Mas si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, desenfrenos, y cosas semejantes a estas; de las cuales os denuncio, como también ya os denuncié, que los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. 25Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.26No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
GÁLATAS 6
1Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal en espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. 2Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3Porque si alguno piensa de sí que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. 4Así que, cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá de qué gloriarse, sólo en sí mismo, y no en otro,5porque cada uno llevará su propia carga. 6El que es enseñado en la palabra, comunique en todos sus bienes al que lo instruye. 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos. 10Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos; y mayormente a los de la familia de la fe. 11Mirad cuán grandes letras os he escrito con mi propia mano. 12Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os constriñen a que os circuncidéis; solamente para no sufrir persecución por la cruz de Cristo. 13Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley, sino que quieren que vosotros seáis circuncidados, para gloriarse en vuestra carne. 14Mas lejos esté de mí gloriarme, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. 15Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva criatura. 16Y a todos los que anduvieren conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos, y sobre el Israel de Dios.17De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. 18Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.


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