2 CRÓNICAS 1
1Y Salomón hijo de David fue afirmado en su reino; y
Jehová su Dios fue con él, y le engrandeció sobremanera. 2Y llamó
Salomón a todo Israel, a los jefes de millares y de centenas, y jueces, y a
todos los príncipes de todo Israel, cabezas de familias. 3Y fue
Salomón, y toda la congregación con él, al lugar alto que había en Gabaón;
porque allí estaba el tabernáculo de la congregación de Dios, que Moisés siervo
de Jehová había hecho en el desierto. 4Mas David
había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había
preparado; porque él le había levantado una tienda en Jerusalén. 5Asimismo el
altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí
delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella
congregación. 6Subió, pues, Salomón allá delante de Jehová, al
altar de bronce que estaba en el tabernáculo de la congregación, y ofreció
sobre él mil holocaustos.7Y aquella noche apareció Dios a Salomón, y le dijo:
Pide lo que quieras que yo te dé. 8Y Salomón
dijo a Dios: Tú has hecho con David mi padre grande misericordia, y a mí me has
puesto por rey en lugar suyo. 9Confírmese
pues, ahora, oh Jehová Dios, tu palabra dada a David mi padre; porque tú me has
puesto por rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10Dame ahora
sabiduría y entendimiento, para salir y entrar delante de este pueblo: porque
¿quién podrá juzgar a este tu pueblo que es tan grande? 11Y dijo Dios a
Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que no pediste riquezas, ni
posesiones, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino
que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernar a mi pueblo,
sobre el cual te he puesto por rey, 12sabiduría y
entendimiento te son dados; y también te daré riquezas, posesiones, y gloria,
cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni después de ti habrá.13Y volvió
Salomón a Jerusalén del lugar alto que estaba en Gabaón, de delante del
tabernáculo de la congregación; y reinó sobre Israel. 14Y juntó
Salomón carros y gente de a caballo; y tuvo mil cuatrocientos carros, y doce
mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en
Jerusalén. 15Y el rey acumuló plata y oro en Jerusalén como
piedras, y cedro en abundancia como los sicómoros que hay en los valles. 16Y Salomón
tenía caballos y lienzos finos traídos de Egipto; pues los mercaderes del rey
adquirían los lienzos finos por precio. 17Y subían, y
compraban en Egipto, un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por
ciento cincuenta; y así se compraban por medio de ellos para todos los reyes de
los heteos, y para los reyes de Siria.
2 CRÓNICAS 2
1Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de
Jehová, y una casa para su reino. 2Y contó
Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que
cortasen en el monte, y tres mil seiscientos que los gobernasen. 3Y envió a
decir Salomón a Hiram rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con David mi padre,
enviándole cedros para que edificara para sí casa en que morase. 4He aquí yo
edifico casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar
incienso aromático delante de Él, y para la colocación continua de los panes de
la proposición, y para holocaustos a mañana y tarde, y los sábados, y lunas
nuevas, y festividades de Jehová nuestro Dios. Esto será ordenanza perpetua en
Israel. 5Y la casa que que voy a edificar será grande;
porque nuestro Dios es grande sobre todos los dioses. 6Pero ¿Quién
podrá edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no le
pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, aunque sea
sólo para quemar incienso delante de Él? 7Envíame,
pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en
hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros
que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales dispuso mi padre.8Envíame
también del Líbano, madera de cedro, de abeto y de sándalo; porque yo sé que
tus siervos saben cortar madera en el Líbano; y he aquí, mis siervos irán con
los tuyos, 9para que me preparen mucha madera, porque la casa
que voy a edificar será grande y portentosa. 10Y he aquí,
para los trabajadores tus siervos, cortadores de madera, daré veinte mil coros
de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino, y
veinte mil batos de aceite. 11Entonces
Hiram rey de Tiro respondió por escrito que envió a Salomón: Porque Jehová amó
a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos. 12Y además
decía Hiram: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo el cielo y la
tierra, y que dio al rey David hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que
edifique casa a Jehová, y casa para su reino.13Yo, pues, te
he enviado un hombre hábil y entendido, que fue de Hiram mi padre, 14hijo de una
mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe trabajar en
oro, plata, bronce, hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en azul, en lino
fino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, y sacar toda
forma de diseño que se le propusiere, y estará con tus hombres peritos y con
los de mi señor David tu padre. 15Ahora, pues,
envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que ha
dicho; 16y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que
necesites, y te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope, y tú la harás
llevar hasta Jerusalén.17Y contó Salomón todos los hombres extranjeros que
estaban en la tierra de Israel, después de haberlos ya contado David su padre,
y fueron hallados ciento cincuenta y tres mil seiscientos. 18Y señaló de
ellos setenta mil cargadores, y ochenta mil canteros en la montaña, y tres mil
seiscientos supervisores para hacer trabajar al pueblo.
2 CRÓNICAS 3
1Y comenzó Salomón a edificar la casa en Jerusalén,
en el monte Moriah, donde el Señor se había aparecido a David su padre, en el
lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo. 2Y comenzó a
edificar en el mes segundo, a dos del mes, en el cuarto año de su
reinado. 3Éstas son las instrucciones que recibió Salomón
para la construcción de la casa de Dios. La primera medida, la longitud, de
sesenta codos; y la anchura de veinte codos. 4El pórtico
que estaba en la parte frontal del templo, tenía longitud de veinte codos,
igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte: y lo cubrió por dentro
de oro puro. 5Y techó la casa mayor con madera de abeto, la cual
cubrió de oro fino, e hizo resaltar sobre ella palmeras y cadenas. 6Cubrió
también la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de
Parvaim. 7Así cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus
paredes y sus puertas, con oro; y esculpió querubines en las paredes. 8Hizo asimismo
la casa del lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho
del frente de la casa, y su anchura de veinte codos; y la cubrió de oro fino
que ascendía a seiscientos talentos. 9Y el peso de
los clavos fue de cincuenta siclos de oro. Cubrió también de oro las
salas. 10Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines,
obra de escultura, los cuales cubrió de oro. 11La longitud
de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco
codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala de cinco codos,
la cual llegaba al ala del otro querubín.12De la misma
manera una ala del otro querubín era de cinco codos, la cual llegaba hasta la
pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba el ala del otro
querubín. 13Así las alas de estos querubines estaban extendidas
por veinte codos: y ellos estaban en pie con sus rostros hacia la casa.14Hizo también
el velo de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo resaltar en él
querubines. 15Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y
cinco codos de altura, con sus capiteles encima, de cinco codos.16Hizo asimismo
cadenas en el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas: e hizo
cien granadas, las cuales puso en las cadenas. 17Y levantó las
columnas delante del templo, una a la mano derecha, y la otra a la izquierda; y
a la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.
2 CRÓNICAS 4
1Hizo además un altar de bronce de veinte codos de
longitud, y veinte codos de anchura, y diez codos de altura. 2También hizo
un mar de fundición, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente
redondo; su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos lo ceñía
alrededor. 3Y debajo de él había figuras de bueyes que lo
circundaban, diez en cada codo todo alrededor; dos hileras de bueyes fundidos
juntamente con el mar. 4Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los
cuales miraban al norte, y tres al occidente, y tres al sur, y tres al oriente;
y el mar asentaba sobre ellos, y todas sus traseras estaban hacia el
interior. 5Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde era
como el borde de un cáliz, o de una flor de lirio; y recibía y le cabían tres
mil batos.6Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la
derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del
holocausto; mas el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él. 7Hizo asimismo
diez candeleros de oro según su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la
derecha, y cinco a la izquierda.8Además hizo
diez mesas y las puso en el templo, cinco a la derecha, y cinco a la izquierda:
igualmente hizo cien tazones de oro. 9A más de esto
hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y
cubrió de bronce las puertas de ellas. 10Y asentó el
mar al lado derecho hacia el oriente, enfrente del sur. 11Hizo también
Hiram calderos, y palas, y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón
para la casa de Dios; 12Las dos columnas, y los cordones, los capiteles
sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos bolas de
los capiteles que estaban sobre las columnas;13cuatrocientas
granadas en las dos redecillas, dos hileras de granadas en cada redecilla, para
que cubriesen las dos bolas de los capiteles que estaban sobre las
columnas. 14Hizo también las bases, sobre las cuales asentó las
fuentes; 15Un mar, y doce bueyes debajo de él: 16Y calderos, y
palas, y garfios; y todos sus enseres hizo Hiram su padre al rey Salomón para
la casa de Jehová, de bronce finísimo.17Y los fundió
el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y
Zeredat. 18Y Salomón hizo todos estos utensilios en número tan
grande, que no pudo saberse el peso del bronce. 19Así hizo
Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las
mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición; 20Asimismo los
candeleros y sus candilejas, de oro puro, para que las encendiesen delante del
santuario interior conforme a la costumbre. 21Y las flores,
las lamparillas y las tenazas las hizo de oro, de oro perfecto. 22También las
despabiladeras, los tazones, las cucharas, y los incensarios eran de oro puro.
Y la entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las
puertas de la casa del templo eran de oro.
2 CRÓNICAS 5
1Y acabada que fue toda la obra que hizo Salomón
para la casa de Jehová, metió Salomón en ella las cosas que David su padre
había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios en los
tesoros de la casa de Dios. 2Entonces
Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los príncipes
de las tribus y a los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que
subiesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión. 6703Y se juntaron
al rey todos los varones de Israel, a la fiesta del mes séptimo. 4Y vinieron
todos los ancianos de Israel, y tomaron los levitas el arca: 5Y subieron el
arca, y el tabernáculo de la congregación, y todos los utensilios del santuario
que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron.6Y el rey
Salomón, y toda la congregación de Israel que se había a él reunido delante del
arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por la multitud no se pudieron contar
ni numerar. 7Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de
Jehová en su lugar, en el santuario interior de la casa, en el lugar santísimo,
bajo las alas de los querubines; 8pues los
querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y cubrían los querubines
por encima así el arca como sus barras. 9E hicieron
salir fuera las barras, de modo que se viesen las cabezas de las barras del
arca delante del santuario interior, pero no se veían desde fuera; y allí han
quedado hasta hoy. 10En el arca no había sino las dos tablas que Moisés
había puesto en Horeb, con las cuales Jehová había hecho pacto con los hijos de
Israel, después que salieron de Egipto. 11Y aconteció
que cuando los sacerdotes salieron del santuario porque todos los sacerdotes
que se hallaron habían sido santificados, y no guardaban sus turnos; 12y los levitas
cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus
hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y
arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban
trompetas; 13sucedió pues, que cuando los trompetistas y
cantores al unísono hicieron oír su voz para alabar y dar gracias a Jehová;
cuando elevaron la voz con trompetas y címbalos e instrumentos de música, y
alabaron a Jehová, diciendo: Porque Él es bueno, porque para siempre es su
misericordia, la casa se llenó entonces de una nube, la casa de Jehová. 14Y no podían
los sacerdotes continuar ministrando, por causa de la nube; porque la gloria de
Jehová había llenado la casa de Dios.
2 CRÓNICAS 6
1Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que Él
habitaría en la densa oscuridad. 2Yo, pues, he
edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre. 3Y volviendo
el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la
congregación de Israel estaba en pie. 4Y él dijo:
Bendito sea Jehová Dios de Israel, el cual con su mano ha cumplido lo que habló
por su boca a David mi padre, diciendo: 5Desde el día
que saqué mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas
las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he
escogido varón que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel. 6Mas a
Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para
que esté sobre mi pueblo Israel. 7Y David mi
padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de
Israel. 8Mas Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber
tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido
esto en tu corazón. 9Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que
saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. 10Y Jehová ha
cumplido su palabra que había dicho, pues me levanté yo en lugar de David mi
padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he
edificado casa al nombre de Jehová Dios de Israel.11Y en ella he
puesto el arca, en la cual está el pacto de Jehová que Él hizo con los hijos de
Israel. 12Se puso luego Salomón delante del altar de Jehová,
en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos. 13Porque
Salomón había hecho una plataforma de bronce, de cinco codos de largo, y de
cinco codos de ancho, y de altura de tres codos, y la había puesto en medio del
atrio. Y se puso sobre ella, e hincando sus rodillas delante de toda la
congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:14Jehová Dios
de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra, que
guardas el pacto y la misericordia a tus siervos que caminan delante de ti con
todo su corazón; 15Que has guardado a tu siervo David mi padre lo que
le prometiste; tú lo prometiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido,
como sucede este día. 16Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, cumple a tu
siervo David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No te faltará varón
delante de mí, que se siente en el trono de Israel, a condición que tus hijos
guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado. 17Ahora pues,
oh Jehová Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que dijiste a tu siervo
David. 18Mas ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre
en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden
contener; ¿cuánto menos esta casa que he edificado? 19Mas tú
mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír
el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.20Que tus ojos
estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste:
Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este
lugar. 21Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu
pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los
cielos, desde el lugar de tu morada; que oigas y perdones. 22Si alguno
pecare contra su prójimo, y él le pidiere juramento haciéndole jurar, y el
juramento viniere delante de tu altar en esta casa, 23entonces
escucha tú desde los cielos, y actúa, y juzga a tus siervos, dando la paga al
impío, tornándole su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo en darle
conforme a su justicia. 24Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos,
por haber prevaricado contra ti, y se convirtieren, y confesaren tu nombre, y
rogaren delante de ti en esta casa, 25entonces
escucha tú desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazles
volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres. 26Si los cielos
se cerraren, y no hubiere lluvia, por haber ellos pecado contra ti, si oraren a
ti en este lugar, y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus pecados,
cuando los afligieres, 27entonces escucha tú desde los cielos, y perdona el
pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino para
que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu
pueblo. 28Y si hubiere hambre en la tierra, o si hubiere
pestilencia, si hubiere tizoncillo o añublo, langosta o pulgón; o si los
sitiaren sus enemigos en las ciudades de su tierra; cualquiera que sea la plaga
o enfermedad; 29toda oración y todo ruego que hiciere cualquier
hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su dolor
en su corazón, si extendiere sus manos hacia esta casa, 30entonces
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu habitación, y perdona, y da a
cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón porque sólo tú
conoces el corazón de los hijos de los hombres; 31para que te
teman y anden en tus caminos, todos los días que vivan sobre la faz de la
tierra que tú diste a nuestros padres. 32Y también al
extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas
tierras a causa de tu grande nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo
extendido, si vinieren, y oraren en esta casa,33entonces
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz conforme a
todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que
todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman así como tu
pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he
edificado. 34Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus
enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que
tú elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre, 35entonces
escucha desde los cielos su oración y su ruego, y ampara su causa. 36Si pecaren
contra ti pues no hay hombre que no peque, y te enojares contra ellos, y los
entregares delante de sus enemigos, y éstos los llevaren cautivos a tierra
lejana o cercana; 37si ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren
llevados cautivos; y se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de su
cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos
actuado; 38si se convirtieren a ti de todo su corazón y de
toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado
cautivos, y oraren hacia su tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad
que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre; 39entonces
escucha desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y
ampara su causa, y perdona a tu pueblo que pecó contra ti. 40Ahora, pues,
oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la
oración en este lugar. 41Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu
reposo, tú y el arca de tu fortaleza; sean, oh Jehová Dios, vestidos de
salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad. 42Jehová Dios,
no voltees tu rostro de tu ungido; acuérdate de las misericordias para con
David tu siervo.
2 CRÓNICAS 7
1Y cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego del
cielo y consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de Jehová llenó la
casa. 2Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de
Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. 3Y cuando
todos los hijos de Israel vieron descender el fuego y la gloria de Jehová sobre
la casa, cayeron en tierra sobre sus rostros en el pavimento, y adoraron, y
dieron gracias a Jehová, diciendo: Porque Él es bueno, y su misericordia es
para siempre. 4Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron
víctimas delante de Jehová. 5Y ofreció el
rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y
así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo. 6Y los
sacerdotes cumplían con su ministerio; y los levitas con los instrumentos de
música de Jehová, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jehová
porque su misericordia es para siempre; cuando David alababa por medio de
ellos. Asimismo los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo
Israel estaba en pie. 7También santificó Salomón el medio del atrio que
estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los
holocaustos, y la grosura de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce
que Salomón había hecho, no podían caber los holocaustos, las ofrendas y las
grosuras. 8Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él
todo Israel, una grande congregación, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo
de Egipto. 9Al octavo día hicieron asamblea solemne, porque
celebraron la dedicación del altar siete días, y la fiesta siete días. 10Y a los
veintitrés del mes séptimo envió al pueblo a sus tiendas, alegres y gozosos de
corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David y a Salomón, y a su
pueblo Israel. 11Acabó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa
del rey: y en todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de Jehová y en su
propia casa, fue prosperado. 12Y apareció
Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para
mí este lugar por casa de sacrificio. 13Si yo cerrare
los cielos, para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la
tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo;14Si se
humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 15Ahora estarán
abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar: 16Pues que
ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para
siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre. 17Y tú, si
anduvieres delante de mí, como anduvo David tu padre, e hicieres todas las
cosas que yo te he mandado, y guardares mis estatutos y mis derechos,18yo confirmaré
el trono de tu reino, como pacté con David tu padre, diciendo: No te faltará
varón que gobierne en Israel. 19Mas si
vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y mis preceptos que os he
propuesto, y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis, 20yo os
arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta casa que he santificado a mi
nombre, yo la echaré de delante de mí, y la pondré por proverbio y escarnio en
todos los pueblos. 21Y esta casa que es ilustre, será espanto a todo el
que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?22Y se
responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de sus padres, el cual los sacó de
la tierra de Egipto, y han abrazado dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron;
por eso Él ha traído todo este mal sobre ellos.
2 CRÓNICAS 8
1Y aconteció que al cabo de veinte años que Salomón
había edificado la casa de Jehová y su casa,2reedificó
Salomón las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos
de Israel.3Después vino Salomón a Hamat de Soba, y la tomó.4Y edificó a
Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de abastecimiento que edificó en
Hamat.5Asimismo reedificó a Bet-horón la de arriba, y a
Bet-horón la de abajo, ciudades fortificadas, de muros, puertas, y
barras; 6y a Baalat, y a todas las ciudades de
abastecimiento que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros, y
las ciudades de la gente de a caballo; y todo lo que Salomón quiso edificar en
Jerusalén, y en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío. 7Y a todo el
pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos,
que no eran de Israel, 8los hijos de los que habían quedado en la tierra
después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, hizo
Salomón tributarios hasta hoy. 9Y de los
hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de
guerra, y sus príncipes y sus capitanes, y comandantes de sus carros, y su
gente de a caballo.10Y tenía Salomón doscientos cincuenta principales de
los gobernadores, los cuales mandaban en aquella gente. 11Y pasó
Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él había
edificado para ella; porque dijo: Mi esposa no morará en la casa de David rey
de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová, son
santas.12Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre
el altar de Jehová, que había él edificado delante del pórtico, 13para que
ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los
sábados, en las nuevas lunas, y en las fiestas solemnes, tres veces en el año,
esto es, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas, y
en la fiesta de los tabernáculos. 14Y constituyó
los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo establecido por
David su padre; y los levitas por sus órdenes, para que alabasen y ministrasen
delante de los sacerdotes, cada cosa en su día; asimismo los porteros por su
orden a cada puerta: porque así lo había mandado David, varón de Dios. 15Y no se
apartaron del mandamiento del rey dado a los sacerdotes y a los levitas, en
ningún asunto, ni en cuanto a los tesoros: 16Porque toda
la obra de Salomón estaba preparada desde el día en que la casa de Jehová fue
fundada hasta que se acabó, hasta que la casa de Jehová fue acabada del
todo. 17Entonces Salomón fue a Ezión-geber, y a Elot, a la
costa del mar en la tierra de Edom. 18Porque Hiram
le había enviado navíos por mano de sus siervos, y marineros diestros en el
mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allá
cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.
2 CRÓNICAS 9
1Y oyendo la reina de Seba la fama de Salomón, vino
a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias
aromáticas, y oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con
preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su
corazón tenía.2Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas;
nada hubo tan difícil que Salomón no le pudiese responder. 3Y viendo la
reina de Seba la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, 4los manjares
de su mesa, las sillas de sus siervos, el estado de sus criados, las vestiduras
de ellos, sus maestresalas y sus vestiduras, y su escalinata por donde subía a
la casa de Jehová, se quedó sin aliento.5Y dijo al
rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra de tus hechos y de tu
sabiduría; 6Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he
venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de
tu sabiduría me había sido dicha; porque tú sobrepasas la fama que yo había
oído.7Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos tus
siervos, que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría. 8Jehová tu
Dios sea bendito, el cual se ha agradado en ti para ponerte sobre su trono por
rey para Jehová tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo
perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio
y justicia.9Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran
cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas; nunca hubo tales especias
aromáticas como las que dio la reina de Seba al rey Salomón. 10También los
siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir,
trajeron madera de sándalo, y piedras preciosas. 11E hizo el rey
de la madera de sándalo gradas en la casa de Jehová, y en las casas reales, y
arpas y salterios para los cantores; nunca en tierra de Judá se había visto
madera semejante. 12Y el rey Salomón dio a la reina de Seba todo lo que
ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después se
volvió y se fue a su tierra con sus siervos.13Y el peso de
oro que venía a Salomón cada un año, era seiscientos sesenta y seis talentos de
oro,14sin contar el que traían los mercaderes y
negociantes. También todos los reyes de Arabia y los príncipes de la tierra
traían oro y plata a Salomón.15Hizo también el rey Salomón doscientos escudos de
oro labrado, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro
labrado. 16Asimismo trescientos escudos de oro labrado,
teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa
del bosque del Líbano. 17Hizo además el rey un gran trono de marfil, y lo
cubrió de oro puro. 18Y había seis gradas al trono, con un estrado de oro
fijado al trono, y brazos a ambos lados del asiento, y dos leones que estaban
junto a los brazos. 19Había también allí doce leones sobre las seis
gradas, a uno y otro lado. Jamás fue hecho otro trono semejante en ningún reino. 20Toda la
vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa del bosque del
Líbano, de oro puro. En los días de Salomón la plata no era de estima. 21Porque la
flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían
venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, simios y pavos
reales. 22Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la
tierra en riqueza y en sabiduría. 23Y todos los
reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír su sabiduría,
que Dios había puesto en su corazón. 24Y de éstos,
cada uno traía su presente, vasos de plata, vasos de oro, vestiduras, armas,
aromas, caballos y mulos, todos los años.25Tuvo también
Salomón cuatro mil caballerizas para los caballos y carros, y doce mil jinetes,
los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén. 26Y tuvo
señorío sobre todos los reyes desde el río hasta la tierra de los filisteos, y
hasta el término de Egipto. 27E hizo el rey
que en Jerusalén la plata llegara a ser como las piedras, y los cedros como los
sicómoros que se dan en abundancia en los valles. 28Sacaban
también caballos para Salomón, de Egipto y de todas las provincias. 29Lo demás de
los hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no está todo escrito en los libros
de Natán profeta, y en la profecía de Ahías silonita, y en las profecías del
vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat? 30Y reinó
Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años. 31Y durmió
Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su padre; y reinó
en su lugar Roboam su hijo.
2 CRÓNICAS 10
1Y Roboam fue a Siquem porque en Siquem se había
juntado todo Israel para hacerlo rey. 2Y como lo oyó
Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, donde había huido a causa del
rey Salomón, volvió de Egipto. 3Y enviaron y
le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a Roboam,
diciendo: 4Tu padre agravó nuestro yugo; ahora pues, alivia tú
algo de la dura servidumbre, y del grave yugo que tu padre puso sobre nosotros,
y te serviremos. 5Y él les dijo: Volved a mí de aquí a tres días. Y
el pueblo se fue. 6Entonces el rey Roboam tomó consejo con los viejos,
que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y les dijo: ¿Cómo
aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? 7Y ellos le
hablaron, diciendo: Si te condujeres humanamente con este pueblo, y los
agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán
perpetuamente. 8Mas él, dejando el consejo que le dieron los
viejos, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y que estaban
a su servicio; 9y les dijo: ¿Qué aconsejáis vosotros que
respondamos a este pueblo, que me ha hablado, diciendo: Alivia algo del yugo
que tu padre puso sobre nosotros? 10Entonces los
jóvenes que se habían criado con él, le hablaron, diciendo: Así dirás al pueblo
que te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú aligéralo. Así
les dirás: Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. 11Así que, mi
padre os cargó de grave yugo, y yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó
con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones. 12Vino, pues,
Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día; según el rey les había
mandado diciendo: Volved a mí de aquí a tres días. 13Y les
respondió el rey ásperamente; pues dejó el rey Roboam el consejo de los
viejos, 14y les habló conforme al consejo de los jóvenes,
diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, y yo añadiré a vuestro yugo: mi padre
os castigó con azotes, y yo os castigaré con escorpiones. 15Y no escuchó
el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para cumplir Jehová su palabra
que había hablado, por Ahías silonita, a Jeroboam hijo de Nabat. 16Y viendo todo
Israel que el rey no les había oído, respondió el pueblo al rey, diciendo: ¿Qué
parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia en el hijo de Isaí.
¡Israel, cada uno a sus tiendas! ¡David, mira ahora por tu casa! Así se fue
todo Israel a sus tiendas. 17Mas reinó
Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. 18Envió luego el
rey Roboam a Adoram, que tenía cargo de los tributos; pero le apedrearon los
hijos de Israel, y murió. Entonces el rey Roboam se apresuró para subir a un
carro y huir a Jerusalén. 19Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.
2 CRÓNICAS 11
1Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó la casa de
Judá y de Benjamín, ciento ochenta mil hombres, guerreros escogidos, para
pelear contra Israel y volver el reino a Roboam. 2Mas vino
palabra de Jehová a Semaías varón de Dios, diciendo: 3Habla a
Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a todos los israelitas en Judá y
Benjamín, diciendo: 4Así dice Jehová: No subáis ni peleéis contra
vuestros hermanos; vuélvase cada uno a su casa, porque yo he hecho esto. Y
ellos oyeron la palabra de Jehová, y se volvieron, y no fueron contra
Jeroboam. 5Y habitó Roboam en Jerusalén, y edificó ciudades
para fortificar a Judá.6Y edificó a Belén, a Etam, a Tecoa, 7a Bet-zur, a
Soco, a Adulam, 8a Gat, a Maresa, a Zif, 9a Adoraim, a
Laquis, a Azeca, 10a Zora, a Ajalón y a Hebrón, que eran ciudades
fortificadas en Judá y en Benjamín. 11Reforzó
también las fortalezas, y puso en ellas capitanes, y provisiones, vino y
aceite. 12Y en todas las ciudades, puso escudos y lanzas. Las
fortificó, pues, en gran manera, y Judá y Benjamín le estaban sujetos. 13Y los
sacerdotes y levitas que estaban en todo Israel, se pasaron a él de todos sus
términos. 14Porque los levitas dejaban sus ejidos y sus
posesiones, y se venían a Judá y a Jerusalén; pues Jeroboam y sus hijos los
habían excluido del ministerio de Jehová. 15Y él se hizo
sacerdotes para los lugares altos, y para los demonios, y para los becerros que
él había hecho. 16Tras aquéllos acudieron también de todas las tribus
de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y
se vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus
padres. 17Así fortificaron el reino de Judá, y confirmaron a
Roboam hijo de Salomón, por tres años; porque tres años anduvieron en el camino
de David y de Salomón. 18Y se tomó Roboam por esposa a Mahalat, hija de
Jerimot hijo de David, y a Abihail, hija de Eliab hijo de Isaí. 19La cual le
dio a luz estos hijos; Jeús, Semarías, y Zaham.20Después de
ella tomó a Maaca hija de Absalón, la cual le dio a luz Abías, Atai, Ziza, y
Selomit. 21Mas Roboam amó a Maaca hija de Absalón sobre todas
sus esposas y concubinas; porque tomó dieciocho esposas y sesenta concubinas, y
engendró veintiocho hijos y sesenta hijas. 22Y puso Roboam
a Abías hijo de Maaca por cabeza y príncipe de sus hermanos, porque quería
hacerle rey. 23Y actuó con astucia, y esparció a todos sus hijos
por todas las tierras de Judá y de Benjamín, y por todas las ciudades
fortificadas, y les dio víveres en abundancia, y pidió muchas esposas.
2 CRÓNICAS 12
1Y sucedió que cuando Roboam se fortaleció y afirmó
el reino, dejó la ley de Jehová, y con él todo Israel. 2Y sucedió que
en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén por
cuanto se habían rebelado contra Jehová, 3con mil
doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que
venía con él de Egipto, no tenía número; es decir, los libios, los suquienos y
los etíopes. 4Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó
hasta Jerusalén. 5Entonces vino Semaías profeta a Roboam y a los
príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les
dijo: Así dice Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en
manos de Sisac. 6Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y
dijeron: Justo es Jehová. 7Y como vio Jehová que se habían humillado, vino
palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré;
antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano
de Sisac. 8Pero serán sus siervos; para que sepan qué es
servirme a mí, y servir a los reinos de las naciones. 9Subió, pues,
Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los
tesoros de la casa del rey; todo lo llevó: y tomó los escudos de oro que
Salomón había hecho. 10Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de
bronce, y los entregó en manos de los jefes de la guardia, los cuales
custodiaban la entrada de la casa del rey. 11Y cuando el
rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia, y los traían, y después
los volvían a la cámara de la guardia. 12Y como él se
humilló, la ira de Jehová se apartó de él, para no destruirlo del todo; y
también en Judá las cosas fueron bien. 13Y Roboam se
fortaleció en Jerusalén, y reinó; y era Roboam de cuarenta y un años cuando
comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que escogió
Jehová de todas las tribus de Israel, para poner en ella su nombre. Y el nombre
de su madre fue Naama amonita. 14E hizo lo
malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová. 15Y los hechos
de Roboam, primeros y postreros, ¿no están escritos en los libros del profeta
Semaías y del vidente Iddo, según las genealogías? Y entre Roboam y Jeroboam
hubo perpetua guerra.16Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado en
la ciudad de David. Y reinó en su lugar Abías su hijo.
2 CRÓNICAS 13
1A los dieciocho años del rey Jeroboam, reinó Abías
sobre Judá. 2Y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su
madre fue Micaía hija de Uriel de Gabaa. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam.3Entonces
ordenó Abías batalla con un ejército de cuatrocientos mil hombres de guerra,
valerosos y escogidos: y Jeroboam ordenó batalla contra él con ochocientos mil
hombres escogidos, fuertes y valerosos. 4Y se levantó
Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de Efraín, y dijo:
Oídme, Jeroboam y todo Israel. 5¿No sabéis
vosotros, que Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para
siempre, a él y a sus hijos mediante pacto de sal? 6Pero Jeroboam
hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra
su señor. 7Y se unieron a él unos hombres vanos, hijos de
Belial, y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y
tierno de corazón, y no pudo defenderse de ellos. 8Y ahora
vosotros tratáis de fortificaros contra el reino de Jehová en mano de los hijos
de David, porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que
Jeroboam os hizo por dioses. 9¿No echasteis
vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón, y a los levitas, y
os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para
que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea
sacerdote de los que no son dioses? 10Mas en cuanto
a nosotros, Jehová es nuestro Dios, y no le hemos dejado; y los sacerdotes que
ministran a Jehová son los hijos de Aarón, y los levitas en la obra; 11los cuales
queman para Jehová los holocaustos cada mañana y cada tarde, y el incienso
aromático; y ponen los panes sobre la mesa limpia, y el candelero de oro con
sus candilejas para que ardan cada tarde; porque nosotros guardamos la
ordenanza de Jehová nuestro Dios; mas vosotros le habéis dejado. 12Y he aquí
Dios está con nosotros por cabeza, y sus sacerdotes con las trompetas del
júbilo para que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra
Jehová el Dios de vuestros padres, porque no os irá bien. 13Pero Jeroboam
hizo girar una emboscada para venir a ellos por la retaguardia; y estando así
delante de ellos, la emboscada estaba a espaldas de Judá. 14Y como miró
Judá, he aquí que tenía batalla delante y a las espaldas; por lo que clamaron a
Jehová, y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15Entonces los
de Judá alzaron grito; y así que ellos alzaron el grito, sucedió que Dios
desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá: 16Y huyeron los
hijos de Israel delante de Judá, y Dios los entregó en sus manos. 17Y Abías y su
gente hacían en ellos gran mortandad; y cayeron heridos de Israel quinientos
mil hombres escogidos. 18Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel
tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron, porque se apoyaban en Jehová el Dios
de sus padres. 19Y siguió Abías a Jeroboam, y le tomó algunas
ciudades, a Betel con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas, y a Efraín con sus
aldeas.20Y nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días de
Abías; y le hirió Jehová, y murió. 21Pero Abías se
fortificó; y tomó catorce esposas, y engendró veintidós hijos, y dieciséis
hijas. 22Lo demás de los hechos de Abías, sus caminos y sus
dichos, están escritos en la historia del profeta Iddo.
2 CRÓNICAS 14
1Y durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en
la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego
el país por diez años. 2Y Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos de
Jehová su Dios. 3Porque quitó los altares de los dioses extraños, y
los lugares altos; quebró los ídolos, y destruyó las imágenes de Asera; 4y mandó a
Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y
sus mandamientos. 5Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los
lugares altos y las imágenes, y el reino estuvo quieto delante de él. 6Y edificó
ciudades fortificadas en Judá, por cuanto había paz en la tierra, y no había
guerra contra él en aquellos años; porque Jehová le había dado reposo. 7Dijo por
tanto a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres,
puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová
nuestro Dios, le hemos buscado, y Él nos ha dado reposo de todas partes.
Edificaron, pues, y fueron prosperados. 8Tuvo también
Asa ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín
doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos; todos eran hombres
valerosos. 9Y salió contra ellos Zera etíope con un ejército de
mil millares, y trescientos carros; y vino hasta Maresa. 10Entonces
salió Asa contra él, y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a
Maresa. 11Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: Jehová, no es
gran cosa para ti ayudar al poderoso así como al que no tiene fuerza. Ayúdanos,
oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos
contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti
el hombre. 12Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y
delante de Judá; y huyeron los etíopes. 13Y Asa, y el
pueblo que con él estaba, lo siguió hasta Gerar; y cayeron los etíopes hasta no
quedar en ellos aliento; porque fueron deshechos delante de Jehová y de su
ejército. Y les tomaron muy grande botín. 14Y derrotaron
también a todas las ciudades de alrededor de Gerar, porque el terror de Jehová
vino sobre ellos; y saquearon todas las ciudades, porque había en ellas gran
botín. 15También destruyeron las cabañas de los ganados, y
se llevaron muchas ovejas y camellos, y volvieron a Jerusalén.
2 CRÓNICAS 15
1Y el Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de
Oded; 2y salió al encuentro a Asa, y le dijo: Oídme, Asa,
y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con
Él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, Él también
os dejará. 3Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y
sin sacerdote que enseñe, y sin ley: 4Mas cuando en
su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, Él fue
hallado de ellos. 5En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que
entraba, ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los
habitantes de las tierras.6Y una nación destruía a la otra, y una ciudad a
otra ciudad; porque Dios los turbó con toda clase de calamidades. 7Pero
esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; que recompensa hay para
vuestra obra. 8Y cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del
profeta Oded, cobró ánimo, y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de
Judá y de Benjamín, y de las ciudades que él había tomado en el monte de
Efraín; y reparó el altar de Jehová que estaba delante del pórtico de
Jehová. 9Y reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos a los
extranjeros de Efraín, de Manasés y de Simeón; porque muchos de Israel se
habían pasado a él, viendo que Jehová su Dios era con él. 10Se reunieron,
pues, en Jerusalén en el mes tercero del año decimoquinto del reinado de
Asa. 11Y en aquel mismo día ofrecieron sacrificios a
Jehová, del botín que habían traído, setecientos bueyes y siete mil
ovejas. 12E hicieron pacto de que buscarían a Jehová el Dios
de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma; 13y que
cualquiera que no buscase a Jehová el Dios de Israel, muriese, grande o
pequeño, hombre o mujer. 14Y lo juraron a Jehová con gran voz y júbilo, a son
de trompetas y de bocinas. 15Y todos los
de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y
de toda su voluntad lo buscaban; y fue hallado de ellos; y Jehová les dio
reposo por todas partes. 16Y aun a Maaca madre del rey Asa, él mismo la quitó
de ser reina, porque había hecho una imagen de Asera; y Asa deshizo la imagen,
y la desmenuzó, y la quemó junto al torrente de Cedrón. 17Mas con todo
eso los lugares altos no eran quitados de Israel, aunque el corazón de Asa fue
perfecto en todos sus días. 18Y trajo a la
casa de Dios lo que su padre había dedicado, y lo que él había consagrado,
plata, oro y utensilios. 19Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años
del reinado de Asa.
2 CRÓNICAS 16
1En el año treinta y seis del reinado de Asa, subió
Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó a Ramá, para no dejar salir ni
entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá. 2Entonces sacó
Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y
envió a Benadad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo: 3Haya alianza
entre tú y yo, como la hubo entre mi padre y tu padre; he aquí yo te he enviado
plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de
Israel, a fin de que se retire de mí. 4Y consintió
Benadad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos a la ciudades de
Israel; y derrotaron a Ahión, Dan, y Abel-maim, y las ciudades de
abastecimiento de Neftalí. 5Y sucedió que
cuando Baasa lo oyó, cesó de edificar a Ramá, y dejó su obra.6Entonces el
rey Asa tomó a todo Judá, y se llevaron de Ramá la piedra y madera con que
Baasa edificaba, y con ella edificó a Geba y Mizpa. 7En aquel
tiempo vino Hanani vidente a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has
apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el
ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. 8Los etíopes y
los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a
caballo? con todo, porque te apoyaste en Jehová, Él los entregó en tus manos.9Porque los
ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrarse poderoso a los que
tienen corazón perfecto para con Él. Locamente has hecho en esto; porque de
aquí en adelante habrá guerras contra ti.10Y enojado Asa
contra el vidente, lo echó en la casa de la cárcel, porque se encolerizó en
extremo a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del
pueblo. 11Mas he aquí, los hechos de Asa, primeros y
postreros, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12Y en el año
treinta y nueve de su reinado Asa enfermó de sus pies, y aun en su enfermedad
no buscó a Jehová, sino a los médicos.13Y durmió Asa
con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 14Y lo
sepultaron en sus sepulcros que él había hecho para sí en la ciudad de David; y
lo pusieron en un ataúd, el cual llenaron de perfumes y diversas especias
aromáticas, preparadas por expertos perfumistas; e hicieron un gran fuego en su
honor.
2 CRÓNICAS 17
1Y reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual
prevaleció contra Israel. 2Y puso ejército en todas las ciudades fortificadas
de Judá, y colocó gente de guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las
ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado. 3Y Jehová fue
con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no
buscó a los Baales; 4sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus
mandamientos, y no según las obras de Israel.5Jehová por
tanto confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo
riqueza y gloria en abundancia. 6Y se animó su
corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de
Asera de en medio de Judá. 7Al tercer año
de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y
Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; 8y con ellos a
los levitas, Semaías, Netanías, Zebadías, y Asael, y Semiramot, y Jonatán, y
Adonías, y Tobías, y Tobadonías, levitas; y con ellos a los sacerdotes Elisama
y Joram. 9Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de
la ley de Jehová, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.10Y cayó el
pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de
Judá; que no osaron hacer guerra contra Josafat. 11Y traían de
los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le
trajeron ganados, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos
cabríos. 12Y Josafat fue engrandeciéndose más y más; y edificó
en Judá fortalezas y ciudades de abastecimiento. 13Tuvo además
muchos negocios en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en
Jerusalén. 14Y éste es el número de ellos según las casas de sus
padres: De Judá, los capitanes de millares; el general Adna, y con él
trescientos mil hombres muy valientes; 15Después de
él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil.16Tras éste,
Amasías hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y
con él doscientos mil hombres valientes. 17De Benjamín,
Eliada, hombre muy valeroso, y con él doscientos mil armados de arco y
escudo. 18Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta mil
apercibidos para la guerra.19Éstos eran siervos del rey, sin contar los que el
rey había puesto en las ciudades fortificadas por toda Judá.
2 CRÓNICAS 18
1Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en
abundancia, y trabó parentesco con Acab. 2Y después de
algunos años descendió a Acab a Samaria; por lo que mató Acab muchas ovejas y
bueyes para él, y para la gente que con él venía; y le persuadió que fuese con
él a Ramot de Galaad. 3Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá:
¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú, y mi
pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra. 4Además dijo
Josafat al rey de Israel: Te ruego que consultes hoy la palabra de
Jehová. 5Entonces el rey de Israel juntó cuatrocientos
profetas, y les dijo: ¿Iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o me estaré
yo quieto? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios los entregará en mano del
rey. 6Mas Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de
Jehová, para que por medio de él preguntemos? 7Y el rey de
Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el cual podemos
preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena,
sino siempre mal. Éste es Micaías, hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable
así el rey. 8Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le
dijo: Haz venir luego a Micaías hijo de Imla.9Y el rey de
Israel y Josafat rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos
de sus vestiduras reales; y estaban sentados en la era a la entrada de la
puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 10Y Sedequías
hijo de Quenaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así dice Jehová:
Con éstos acornearás a los sirios hasta destruirlos del todo. 11De esta
manera profetizaban también todos los profetas, diciendo: Sube a Ramot de
Galaad, y sé prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey. 12Y el mensajero
que había ido a llamar a Micaías, le habló, diciendo: He aquí las palabras de
los profetas a una voz anuncian al rey bienes; yo, pues, te ruego que tu
palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.13Y dijo
Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al
rey. 14Y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra
Ramot de Galaad, o me estaré yo quieto? Y él respondió: Subid, que seréis
prosperados, que serán entregados en vuestras manos. 15Y el rey le
dijo: ¿Hasta cuántas veces te conjuraré por el nombre de Jehová que no me
hables sino la verdad? 16Entonces él dijo: He visto a todo Israel derramado
por los montes como ovejas sin pastor; y dijo Jehová: Éstos no tienen señor;
vuélvase cada uno en paz a su casa. 17Y el rey de
Israel dijo a Josafat: ¿No te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino
mal? 18Entonces él dijo: Oíd, pues, palabra de Jehová: Yo
he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército del cielo estaba a su
mano derecha y a su izquierda. 19Y Jehová
dijo: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de
Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera.20Mas salió un
espíritu, que se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le
dijo: ¿De qué modo? 21Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la
boca de todos los profetas. Y Jehová dijo: Incita, y también prevalece; sal, y
hazlo así. 22Y he aquí ahora ha puesto Jehová espíritu de
mentira en la boca de estos tus profetas; mas Jehová ha decretado el mal acerca
de ti. 23Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó y
golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino se apartó de mí el
Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 24Y Micaías
respondió: He aquí tú lo verás aquel día, cuando entrarás de cámara en cámara
para esconderte.25Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y
volvedlo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey. 26Y diréis: El
rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción
y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz. 27Y Micaías
dijo: Si tú volvieres en paz, Jehová no ha hablado por mí. Dijo además: Oídlo,
pueblos todos.28Subió, pues, el rey de Israel, y Josafat rey de
Judá, a Ramot de Galaad. 29Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré
para entrar en la batalla, mas tú vístete tus vestiduras reales. Y se disfrazó
el rey de Israel, y entraron en la batalla. 30Había el rey
de Siria mandado a los capitanes de los carros que tenía consigo, diciendo: No
peleéis conra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel. 31Y como los
capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Éste es el rey de Israel. Y
lo cercaron para pelear; mas Josafat clamó, y lo ayudó Jehová, y los apartó
Dios de él: 32Pues viendo los capitanes de los carros que no era
el rey de Israel, desistieron de acosarle. 33Mas
disparando uno el arco a la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas
y el coselete. Él entonces dijo al carretero: Vuelve tu mano, y sácame del
campo, porque estoy mal herido. 34Y arreció la
batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro
enfrente de los sirios hasta la tarde; mas murió a la puesta del sol.
2 CRÓNICAS 19
1Y Josafat rey de Judá se volvió en paz a su casa en
Jerusalén. 2Y le salió al encuentro Jehú el vidente, hijo de
Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen
a Jehová? Pues la ira de la presencia de Jehová será sobre ti por ello.3Pero se han
hallado en ti buenas cosas, porque cortaste de la tierra las imágenes de Asera,
y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios. 4Habitó, pues,
Josafat en Jerusalén; mas daba vuelta y salía al pueblo, desde Beerseba hasta
el monte de Efraín, y los conducía a Jehová el Dios de sus padres. 5Y puso jueces
en la tierra, en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todas las
ciudades. 6Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no
juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros
cuando juzgáis. 7Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; guardad
y haced; porque en Jehová nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de
personas, ni recibir cohecho. 8Y puso
también Josafat en Jerusalén algunos de los levitas y sacerdotes, y de los
padres de familias de Israel, para el juicio de Jehová y para las causas. Y se
volvieron a Jerusalén. 9Y les mandó, diciendo: Procederéis asimismo con
temor de Jehová, con verdad, y con corazón íntegro. 10En cualquier
causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos que habitan en las ciudades,
entre sangre y sangre, entre ley y precepto, estatutos y derechos, habéis de
amonestarles que no pequen contra Jehová, porque no venga ira sobre vosotros y
sobre vuestros hermanos. Haciendo así no pecaréis. 11Y he aquí
Amarías el sacerdote será el que os presida en todo asunto de Jehová; y
Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los negocios del
rey; también los levitas serán oficiales en presencia de vosotros. Actuad con
valentía, y Jehová será con el bueno
2 CRÓNICAS 20
1Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de
Moab y de Amón, y con ellos otros además de los amonitas, vinieron contra
Josafat a la guerra.2Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat,
diciendo: Viene contra ti una grande multitud del otro lado del mar, y de este
lado de Siria; y he aquí ellos están en Hazezón-tamar, que es Engadi. 3Y Josafat
tuvo temor, y puso su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a
todo Judá. 4Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a
Jehová, y también de todas las ciudades de Judá vinieron a buscar a
Jehová. 5Entonces Josafat se puso en pie en la congregación
de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; 6y dijo: Oh
Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y señoreas sobre
todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que
no hay quien te resista? 7¿No eres tú nuestro Dios, que echaste a los
moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la simiente
de Abraham tu amigo para siempre? 8Y ellos han
habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre,
diciendo: 9Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo,
o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de
ti porque tu nombre está en esta casa, y en nuestras tribulaciones clamaremos a
ti, y tú oirás y nos ayudarás. 10Ahora, pues,
he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a quienes no
permitiste que Israel invadiese cuando venía de la tierra de Egipto, por lo cual
se apartaron de ellos, y no los destruyeron; 11he aquí,
ahora ellos nos pagan viniendo a echarnos de la heredad que tú nos diste en
posesión. 12¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en
nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros y
no sabemos qué hacer, mas a ti volvemos nuestros ojos. 13Y todo Judá
estaba en pie delante de Jehová, con sus niños, sus esposas y sus hijos. 14y estaba allí
Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías,
levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio
de la congregación,15y dijo: Oíd, todo Judá, y vosotros moradores de
Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis
delante de esta tan grande multitud; porque la batalla no es vuestra, sino de
Dios.16Mañana descenderéis contra ellos: he aquí que ellos
subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del
desierto de Jeruel. 17No habrá para qué peleéis vosotros en este caso;
paraos, estaos quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y
Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová
será con vosotros. 18Entonces Josafat se inclinó rostro en tierra, y
asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová,
y adoraron a Jehová. 19Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y
de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel a fuerte y alta
voz. 20Y se levantaron muy de mañana y salieron al
desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis
seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. 21Y habiendo
consultado con el pueblo, puso a algunos que cantasen a Jehová, y alabasen en
la hermosura de la santidad, mientras salían delante del ejército, y que
dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. 22Y cuando
comenzaron a cantar y a alabar, Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón,
de Moab, y del monte de Seir, que habían venido contra Judá, y fueron
derrotados: 23Pues los hijos de Amón y Moab se levantaron contra
los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y como hubieron acabado a
los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero. 24Y luego que
vino Judá a la atalaya del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí
yacían ellos en tierra muertos, ninguno había escapado. 25Viniendo
entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron en ellos muchas riquezas
entre los cadáveres, así vestiduras como joyas preciosos, las cuales tomaron
para sí, tantas, que no las podían llevar; tres días duró el despojo, porque
era mucho. 26Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca;
porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje
el valle de Beraca, hasta hoy. 27Y todo Judá y
los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para tornarse a
Jerusalén con gozo, porque Jehová les había dado gozo sobre sus enemigos. 28Y vinieron a
Jerusalén, a la casa de Jehová, con salterios, arpas, y trompetas. 29Y el pavor de
Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová
había peleado contra los enemigos de Israel. 30Y el reino de
Josafat tuvo reposo; porque su Dios le dio reposo por todas partes. 31Así reinó
Josafat sobre Judá. Treinta y cinco años tenía cuando comenzó a reinar, y reinó
veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba, hija de
Silhi. 32Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin
apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. 33Con todo eso
los lugares altos no eran quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su
corazón al Dios de sus padres. 34Lo demás de
los hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las
palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual es hecha mención en el libro de los
reyes de Israel. 35Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó
amistad con Ocozías rey de Israel, el cual fue dado a la impiedad:36E hizo con él
compañía para construir navíos que fuesen a Tarsis; y construyeron los navíos
en Ezión-geber. 37Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa,
profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías,
Jehová destruirá tus obras. Y los navíos se rompieron, y no pudieron ir a
Tarsis.
2 CRÓNICAS 21
1Y durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron
con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Joram. 2Éste tuvo
hermanos, hijos de Josafat: Azarías, Jehiel, Zacarías, Azarías, Micael, y
Sefatías. Todos éstos fueron hijos de Josafat rey de Israel. 3Y su padre
les había dado muchos dones de oro y de plata, y cosas preciosas, y ciudades
fortificadas en Judá; mas había dado el reino a Joram, porque él era el
primogénito. 4Y cuando Joram ascendió al reino de su padre, y se
hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y asimismo algunos de los
príncipes de Israel. 5Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años,
y reinó ocho años en Jerusalén. 6Y anduvo en
el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por
esposa a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová. 7Mas Jehová no
quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y
porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.8En los días
de éste los edomitas se rebelaron contra el dominio de Judá, y pusieron rey
sobre sí.9Entonces pasó Joram con sus príncipes, y consigo todos
sus carros; y se levantó de noche, e hirió a los edomitas que le habían
cercado, y a todos los comandantes de sus carros. 10Así que los
edomitas se rebelaron contra la mano de Judá hasta hoy. También se rebeló en el
mismo tiempo Libna para no estar bajo su mano; por cuanto él había dejado a
Jehová el Dios de sus padres. 11Además de
esto edificó lugares altos en los montes de Judá, e hizo que los moradores de
Jerusalén fornicasen, y a lo mismo impelió a Judá. 12Y le vino una
carta del profeta Elías que decía: Jehová el Dios de David tu padre ha dicho
así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los
caminos de Asa, rey de Judá, 13sino que has
andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase Judá, y
los moradores de Jerusalén, como fornicó la casa de Acab; y además has dado
muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que
tú.14He aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran
plaga, y a tus hijos y a tus esposas, y a toda tu hacienda; 15y a ti con
muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que los intestinos
se te salgan a causa de tu enfermedad día tras día.16Entonces
despertó Jehová contra Joram el espíritu de los filisteos, y de los árabes que
estaban junto a los etíopes; 17y subieron
contra Judá, e invadieron la tierra, y tomaron toda la hacienda que hallaron en
la casa del rey, y a sus hijos, y a sus esposas; que no le quedó hijo, sino
Joacaz el menor de sus hijos.18Después de todo esto Jehová lo hirió en las entrañas
de una enfermedad incurable. 19Y aconteció
que, en el transcurrir de los días, al cabo de dos años, las entrañas se le
salieron con la enfermedad, muriendo así de enfermedad muy penosa. Y no le hizo
quema su pueblo, como lo habían hecho a sus padres.20Cuando
comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y
se fue sin ser deseado. Y lo sepultaron en la ciudad de David, mas no en los
sepulcros de los reyes.
2 CRÓNICAS 22
1Y los moradores de Jerusalén hicieron rey en lugar
suyo a Ocozías su hijo menor, porque la tropa había venido con los árabes al
campamento y había dado muerte a todos los mayores; por lo cual reinó Ocozías,
hijo de Joram rey de Judá. 2Cuarenta y
dos años tenía Ocozías cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri. 3También él
anduvo en los caminos de la casa de Acab, porque su madre le aconsejaba a que
hiciese impíamente. 4Hizo, pues, lo malo ante los ojos de Jehová, como
la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron
para su perdición. 5Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la
guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael rey de Siria, a
Ramot de Galaad, donde los sirios hirieron a Joram. 6Y se volvió
para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramá, peleando
con Hazael rey de Siria. Y descendió Azarías hijo de Joram, rey de Judá, a
visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque éste estaba enfermo.7Pero esto
venía de Dios, para que Ocozías fuese hollado viniendo a Joram; porque cuando
vino, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido
para que talase la casa de Acab. 8Y aconteció
que cuando Jehú ejecutaba juicio contra la casa de Acab, halló a los príncipes
de Judá, y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los
mató. 9Y buscando a Ocozías, el cual se había escondido en
Samaria, lo tomaron, y lo trajeron a Jehú, y le mataron; y le dieron sepultura,
porque dijeron: Es hijo de Josafat, el cual buscó a Jehová de todo su corazón.
Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para poder retener el reino. 10Entonces
Atalía madre de Ocozías, viendo que su hijo era muerto, se levantó y destruyó
toda la simiente real de la casa de Judá. 11Pero Josabet,
hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, y lo arrebató de entre los hijos del
rey, a los cuales mataban, y le guardó a él y a su ama en una recámara. Así lo
escondió Josabet, hija del rey Joram, esposa de Joiada el sacerdote porque ella
era hermana de Ocozías, de delante de Atalía, y no lo mataron. 12Y estuvo con
ellos escondido en la casa de Dios seis años. Entre tanto Atalía reinaba en el
país.
2 CRÓNICAS 23
1Mas el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo
en alianza a los centuriones, Azarías hijo de Jeroham, y a Ismael hijo de
Johanán, y a Azarías hijo de Obed, y a Maasías hijo de Adaías, y a Elisafat
hijo de Zicri; 2los cuales rodeando por Judá, juntaron a los
levitas de todas las ciudades de Judá, y a los príncipes de las familias de
Israel, y vinieron a Jerusalén. 3Y toda la
multitud hizo alianza con el rey en la casa de Dios. Y él les dijo: He aquí el
hijo del rey, el cual reinará, como Jehová lo tiene dicho de los hijos de
David. 4Esto es lo que habéis de hacer: una tercera parte
de vosotros que entran el sábado, estarán de porteros con los sacerdotes y los
levitas;5y una tercera parte estará en la casa del rey; y
una tercera parte, a la puerta del Fundamento; y todo el pueblo estará en los
atrios de la casa de Jehová. 6Y ninguno
entre en la casa de Jehová, sino los sacerdotes y levitas que sirven; éstos
entrarán, porque están consagrados; y todo el pueblo hará la guardia de
Jehová. 7Y los levitas rodearán al rey por todas partes, y
cada uno tendrá sus armas en la mano; y cualquiera que entrare en la casa, que
muera; y estaréis con el rey cuando entrare, y cuando saliere.8Y los levitas
y todo Judá lo hicieron todo como lo había mandado el sacerdote Joiada; y tomó
cada uno a los suyos, los que entraban el sábado, y los que salían el sábado;
porque el sacerdote Joiada no dio licencia a las compañías. 9Dio también
el sacerdote Joiada a los centuriones las lanzas, paveses y escudos que habían
sido del rey David, que estaban en la casa de Dios; 10y puso en
orden a todo el pueblo, teniendo cada uno su espada en la mano, desde el rincón
derecho del templo hasta el izquierdo, hacia el altar y la casa, en derredor
del rey por todas partes.11Entonces sacaron al hijo del rey, le pusieron la
corona, le dieron el testimonio y le proclamaron rey; y Joiada y sus hijos le
ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey! 12Y como Atalía
oyó el estruendo de la gente que corría, y de los que aclamaban al rey, vino al
pueblo a la casa de Jehová; 13y mirando,
vio al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los
trompetistas junto al rey, y todo el pueblo de la tierra hacía alegrías, y
tocaban trompetas, y los cantores con instrumentos de música dirigían la
alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Traición!
¡Traición! 14Entonces el sacerdote Joiada sacó a los centuriones
que estaban al mando del ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto; y el
que la siguiere, muera a filo de espada. Porque el sacerdote había mandado que
no la matasen en la casa de Jehová. 15Ellos, pues,
le echaron mano, y luego que hubo ella pasado la entrada de la puerta de los
Caballos de la casa del rey, allí la mataron. 16Y Joiada hizo
pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jehová. 17Después de
esto entró todo el pueblo en el templo de Baal, y lo derribaron, y también sus
altares; e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los altares a
Matán, sacerdote de Baal. 18Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de
Jehová bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había
distribuido en la casa de Jehová, para ofrecer a Jehová los holocaustos, como
está escrito en la ley de Moisés, con gozo y cantos, conforme fue ordenado por
David. 19Puso también porteros a las puertas de la casa de
Jehová, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo. 20Tomó después
a los centuriones, y a los principales, y a los que gobernaban el pueblo; y a
todo el pueblo de la tierra, e hizo descender al rey de la casa de Jehová; y
vinieron a través de la puerta mayor a la casa del rey, y sentaron al rey sobre
el trono del reino. 21Y se regocijó todo el pueblo del país, y la ciudad
estuvo quieta, después que mataron a Atalía a filo de espada.
2 CRÓNICAS 24
1Siete años tenía Joás cuando comenzó a reinar, y
cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de
Beerseba. 2Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todos
los días de Joiada el sacerdote. 3Y Joiada tomó
para él dos esposas; y engendró hijos e hijas. 4Después de
esto aconteció que Joás tuvo voluntad de reparar la casa de Jehová.5Y juntó a los
sacerdotes y a los levitas, y les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y
juntad dinero de todo Israel, para que cada año sea reparada la casa de vuestro
Dios; y vosotros poned diligencia en el asunto. Pero los levitas no pusieron
diligencia. 6Por lo cual el rey llamó a Joiada el principal, y
le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de
Jerusalén al tabernáculo de la congregación, la ofrenda que impuso Moisés
siervo de Jehová, y de la congregación de Israel? 7Porque la
impía Atalía y sus hijos habían destruido la casa de Dios, y además habían
gastado en los ídolos todas las cosas consagradas a la casa de Jehová. 8Mandó, pues,
el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera a la puerta de la casa de
Jehová; 9e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que
trajesen a Jehová la ofrenda que Moisés siervo de Dios había impuesto a Israel
en el desierto. 10Y todos los príncipes y todo el pueblo se gozaron,
y trajeron ofrendas, y echaron en el arca hasta llenarla. 11Y sucedía que
cuando venía el tiempo para llevar el arca al magistrado del rey por mano de
los levitas, cuando veían que había mucho dinero, venía el escriba del rey, y
el que estaba puesto por el sumo sacerdote, y llevaban el arca, y la vaciaban,
y la volvían a su lugar; y así lo hacían de día en día, y recogían mucho
dinero; 12y el rey y Joiada lo daban a los que hacían la obra
del servicio de la casa de Jehová, y contrataban canteros y carpinteros para
que reparasen la casa de Jehová, y a los que trabajaban con hierro y bronce
para que reparasen la casa de Jehová. 13Hacían, pues,
los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y restituyeron
la casa de Dios a su condición, y la consolidaron. 14Y cuando
hubieron acabado, trajeron lo que quedaba del dinero al rey y a Joiada, e
hicieron de él utensilios para la casa de Jehová, utensilios para el servicio,
morteros, cucharas, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos
continuamente en la casa de Jehová todos los días de Joiada. 15Mas Joiada
envejeció, y murió lleno de días; tenía ciento treinta años cuando murió. 16Y lo
sepultaron en la ciudad de David con los reyes, por cuanto había hecho bien con
Israel, y para con Dios, y con su casa.17Muerto
Joiada, vinieron los príncipes de Judá, y se postraron ante el rey; y el rey
los oyó. 18Y abandonaron la casa de Jehová el Dios de sus
padres, y sirvieron a las imágenes de Asera y a las imágenes esculpidas; y la
ira vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. 19Y les envió
profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos
no los escucharon. 20Y el Espíritu de Dios envistió a Zacarías, hijo de
Joiada el sacerdote, y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les
dijo: Así dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os
vendrá bien por ello; porque por haber abandonado a Jehová, Él también os
abandonará. 21Mas ellos hicieron conspiración contra él, y por
mandato del rey, lo apedrearon en el atrio de la casa de Jehová. 22Así el rey
Joás no se acordó de la misericordia que su padre Joiada había hecho con él,
antes mató su hijo; el cual dijo al morir: Jehová lo vea, y lo demande. 23Y sucedió que
a la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a
Jerusalén, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él, y enviaron
todo el despojo al rey a Damasco. 24Porque aunque
el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehová les entregó en sus
manos un ejército muy numeroso; por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de
sus padres. Y así ejecutaron juicio contra Joás. 25Y yéndose de
él los sirios, lo dejaron en muchas enfermedades; y conspiraron contra él sus
siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y le hirieron
en su cama, y murió. Y le sepultaron en la ciudad de David, mas no lo
sepultaron en los sepulcros de los reyes. 26Los que
conspiraron contra él fueron Zabad, hijo de Simeat amonita, y Jozabad, hijo de
Simrit moabita. 27Y en cuanto a sus hijos, y a la multiplicación que
hizo de las rentas, y de la restauración de la casa de Jehová, he aquí está
escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su
hijo.
2 CRÓNICAS 25
1Veinticinco años tenía Amasías cuando comenzó a
reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalén: el nombre de su madre fue
Joadan, de Jerusalén. 2Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová aunque no
de perfecto corazón. 3Y sucedió que luego que fue confirmado en el reino,
mató a sus siervos que habían matado al rey su padre. 4Mas no mató a
los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley en el libro de Moisés,
donde Jehová mandó, diciendo: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos
por los padres; mas cada uno morirá por su pecado. 5Juntó luego
Amasías a Judá, y con arreglo a las familias les puso jefes de millares y de
centenas por todo Judá y Benjamín; y puso en lista a los de veinte años arriba,
y fueron hallados en ellos trescientos mil escogidos para salir a la guerra,
que tenían lanza y escudo. 6Y de Israel
tomó a sueldo cien mil hombres valientes, por cien talentos de plata. 7Pero un varón
de Dios vino a él y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque
Jehová no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín. 8Pero si
quieres ir, ve, esfuérzate para la batalla, pero Dios te hará caer delante de
los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para
derribar. 9Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se
hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios
respondió: De Jehová es darte mucho más que esto.10Entonces
Amasías apartó el escuadrón de la gente que había venido a él de Efraín, para
que se fuesen a sus casas: y ellos se enojaron grandemente contra Judá, y se
volvieron a sus casas encolerizados.11Esforzándose
entonces Amasías, sacó a su pueblo, y vino al valle de la Sal, y mató de los
hijos de Seir diez mil. 12Y los hijos de Judá tomaron vivos otros diez mil,
los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, y de allí los despeñaron, y
todos se hicieron pedazos. 13Mas los del
escuadrón que Amasías había despedido, para que no fuesen con él a la guerra,
acometieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, e hirieron de
ellos tres mil, y tomaron un grande despojo. 14Regresando
luego Amasías de la matanza de los edomitas, trajo también consigo los dioses
de los hijos de Seir, y los puso para sí por dioses, y se inclinó ante ellos y
les quemó incienso. 15Por lo cual se encendió el furor de Jehová contra
Amasías, y envió a él un profeta, que le dijo: ¿Por qué has buscado los dioses
de la gente, que no libraron a su pueblo de tus manos? 16Y hablándole
el profeta estas cosas, él le respondió: ¿Te han puesto a ti por consejero del
rey? Déjate de eso: ¿Por qué quieres que te maten? Y cuando terminó de hablar,
el profeta dijo luego: Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has
hecho esto, y no obedeciste a mi consejo. 17Y Amasías rey
de Judá, habiendo tomado consejo, envió a decir a Joás, hijo de Joacaz, hijo de
Jehú, rey de Israel: Ven, y veámonos cara a cara. 18Entonces Joás
rey de Israel envió a decir a Amasías rey de Judá: El cardo que estaba en el
Líbano, envió al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: Da tu hija a mi hijo
por esposa. Y he aquí que las bestias fieras que estaban en el Líbano, pasaron,
y hollaron el cardo. 19Tú dices: He aquí he herido a Edom; y tu corazón se
enaltece para gloriarte; ahora quédate en tu casa; ¿para qué provocas tu mal,
para caer tú y Judá contigo? 20Pero Amasías
no quiso oír; porque esto venía de Dios, que los quería entregar en manos de
sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom. 21Subió, pues,
Joás rey de Israel, y se vieron cara a cara él y Amasías rey de Judá, en
Bet-semes, la cual es de Judá. 22Pero cayó
Judá delante de Israel, y huyó cada uno a su tienda. 23Y Joás rey de
Israel prendió en Bet-semes a Amasías rey de Judá, hijo de Joás hijo de Joacaz,
y lo llevó a Jerusalén; y derribó el muro de Jerusalén desde la puerta de
Efraín hasta la puerta del Ángulo, cuatrocientos codos. 24Asimismo tomó
todo el oro y la plata, y todos los utensilios que se hallaron en la casa de
Dios en casa de Obed-edom, y los tesoros de la casa del rey, y los hijos de los
príncipes, y se volvió a Samaria. 25Y vivió
Amasías hijo de Joás, rey de Judá, quince años después de la muerte de Joás
hijo de Joacaz rey de Israel. 26Lo demás de
los hechos de Amasías, primeros y postreros, ¿no está escrito en el libro de
los reyes de Judá y de Israel? 27Desde aquel
tiempo que Amasías se apartó de Jehová, maquinaron contra él conjura en
Jerusalén; y habiendo él huido a Laquis, enviaron tras él a Laquis, y allá lo
mataron; 28y lo trajeron en caballos, y lo sepultaron con sus
padres en la ciudad de Judá.
2 CRÓNICAS 26
1Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el
cual tenía dieciséis años, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su
padre. 2Edificó él a Elot, y la restituyó a Judá después
que el rey durmió con sus padres.3Dieciséis
años tenía Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en
Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolía, de Jerusalén. 4E hizo lo
recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho
Amasías su padre.5Y persistió en buscar a Dios en los días de
Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que él buscó a Jehová,
Él le prosperó. 6Y salió, y peleó contra los filisteos, y rompió el
muro de Gat, y el muro de Jabnia, y el muro de Asdod; y edificó ciudades en
Asdod, y en la tierra de los filisteos. 7Y Dios le dio
ayuda contra los filisteos, y contra los árabes que habitaban en Gur-baal, y
contra los meunitas. 8Y dieron los amonitas presentes a Uzías, y se
divulgó su nombre hasta la entrada de Egipto; porque se había hecho altamente
poderoso. 9Edificó también Uzías torres en Jerusalén, junto a
la puerta del Ángulo, y junto a la puerta del Valle, y junto a las esquinas; y
las fortificó. 10Asimismo edificó torres en el desierto, y abrió
muchas cisternas; porque tuvo muchos ganados, así en los valles como en las
vegas; y viñas, y labranzas, así en los montes como en el Carmelo; porque era
amigo de la agricultura. 11Tuvo también Uzías escuadrones de guerreros, los
cuales salían a la guerra en ejército, según que estaban por lista hecha por
mano de Jeiel escriba y de Maasías gobernador, y por mano de Hananías, uno de
los príncipes del rey.12Todo el número de los jefes de familias, valientes
y esforzados, era dos mil seiscientos. 13Y bajo la
mano de éstos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos
guerreros poderosos y fuertes para ayudar al rey contra los enemigos. 14Y les aprestó
Uzías para todo el ejército, escudos, lanzas, almetes, coseletes, arcos, y
hondas de tirar piedras. 15E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por
ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes, para arrojar
saetas y grandes piedras, y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado
maravillosamente, hasta hacerse fuerte. 16Mas cuando ya
era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra
Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el
altar del incienso. 17Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él
ochenta sacerdotes de Jehová, de los valientes. 18Y se pusieron
contra el rey Uzías, y le dijeron: No a ti, oh Uzías, el quemar incienso a
Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para
quemarlo. Sal del santuario, por que has prevaricado, y no te será para gloria
delante de Jehová Dios. 19Y Uzías, que tenía en su mano un incensario para
quemar incienso, se llenó de ira; y en esta su ira contra los sacerdotes, la
lepra le salió en la frente delante de los sacerdotes en la casa de Jehová,
junto al altar del incienso. 20Y le miró
Azarías el sumo sacerdote, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en
su frente; y le hicieron salir aprisa de aquel lugar; y él también se dio prisa
a salir, porque Jehová lo había herido. 21Así el rey
Uzías fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa apartada,
leproso, por lo que había sido separado de la casa de Jehová; y Jotam su hijo
tuvo cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra. 22Los demás
hechos de Uzías, primeros y postreros, los escribió el profeta Isaías, hijo de
Amoz. 23Y durmió Uzías con sus padres, y lo sepultaron con
sus padres en el campo de los sepulcros reales; porque dijeron: Leproso es. Y
reinó Jotam su hijo en lugar suyo.
2 CRÓNICAS 27
1Veinticinco años tenía Jotam cuando comenzó a
reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jerusa,
hija de Sadoc. 2E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a
todas las cosas que había hecho Uzías su padre, salvo que no entró en el templo
de Jehová. Y el pueblo continuaba corrompiéndose. 3Edificó él la
puerta mayor de la casa de Jehová, y en el muro de la fortaleza edificó
mucho. 4Además edificó ciudades en las montañas de Judá, y
labró palacios y torres en los bosques.5También tuvo
él guerra con el rey de los hijos de Amón, a los cuales venció; y le dieron los
hijos de Amón en aquel año cien talentos de plata, y diez mil coros de trigo, y
diez mil de cebada. Esto le dieron los hijos de Amón, y lo mismo en el segundo
año, y en el tercero. 6Así que Jotam se hizo fuerte, porque preparó sus
caminos delante de Jehová su Dios. 7Lo demás de
los hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus caminos, he aquí está escrito
en el libro de los reyes de Israel y de Judá. 8Cuando
comenzó a reinar tenía veinticinco años, y dieciséis años reinó en
Jerusalén. 9Y durmió Jotam con sus padres, y lo sepultaron en
la ciudad de David; y reinó en su lugar Acaz su hijo.
2 CRÓNICAS 28
1Veinte años tenía Acaz cuando comenzó a reinar, y
dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, como David su padre.2Pues anduvo en los caminos de los reyes de Israel,
y además hizo imágenes de fundición a los Baales.3Quemó también
incienso en el valle de los hijos de Hinom, y quemó sus hijos por fuego,
conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante
de los hijos de Israel. 4Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares
altos, y en los collados, y debajo de todo árbol frondoso. 5Por lo cual
Jehová su Dios lo entregó en manos del rey de los sirios, los cuales le
derrotaron, y se llevaron cautiva una gran multitud que llevaron a Damasco. Fue
también entregado en manos del rey de Israel, el cual lo batió con gran
mortandad. 6Porque Peka, hijo de Remalías mató en Judá en un
día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado a
Jehová el Dios de sus padres. 7Asimismo
Zicri, hombre poderoso de Efraín, mató a Maasías hijo del rey, y a Azricam su
mayordomo, y a Elcana, segundo después del rey. 8Y los hijos
de Israel se llevaron cautivos de sus hermanos a doscientos mil, mujeres, hijos
e hijas, además de haber saqueado de ellos un gran despojo, el cual trajeron a
Samaria. 9Había entonces allí un profeta de Jehová, que se
llamaba Oded, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y
les dijo: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá,
los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira, que
ha llegado hasta el cielo. 10Y ahora
habéis determinado sujetar a vosotros a Judá y a Jerusalén por siervos y
siervas: mas ¿no habéis vosotros pecado contra Jehová vuestro Dios? 11Oídme, pues,
ahora, y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos; porque
Jehová está airado contra vosotros. 12Se levantaron
entonces algunos varones de los principales de los hijos de Efraín, Azarías
hijo de Johanán, y Berequías hijo de Mesilemot, y Ezequías hijo de Salum, y
Amasa hijo de Hadlai, contra los que venían de la guerra. 13Y les
dijeron: No metáis acá a los cautivos; porque el pecado contra Jehová será
sobre nosotros. Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre
nuestras culpas, siendo muy grande nuestro delito, y la ira del furor sobre
Israel.14Entonces el ejército dejó los cautivos y el despojo
delante de los príncipes y de toda la multitud. 15Y se
levantaron los varones nombrados, y tomaron los cautivos, y vistieron del
despojo a los que de ellos estaban desnudos; los vistieron y los calzaron, y
les dieron de comer y de beber, y los ungieron, y condujeron en asnos a todos
los débiles, y los llevaron hasta Jericó, ciudad de las palmeras, cerca de sus
hermanos; y ellos se volvieron a Samaria. 16En aquel
tiempo el rey Acaz envió a pedir a los reyes de Asiria que le ayudasen: 17Pues otra vez
los edomitas habían venido y herido a los de Judá, y habían llevado
cautivos. 18Asimismo los filisteos habían invadido a las
ciudades de la llanura, y del sur de Judá, y habían tomado a Bet-semes, a
Ajalón, Gederot, y a Soco con sus aldeas, Timna también con sus aldeas, y Gimzo
con sus aldeas; y habitaban en ellas. 19Porque Jehová
había humillado a Judá por causa de Acaz rey de Israel; por cuanto él había
desnudado a Judá, y había prevaricado gravemente contra Jehová. 20Y vino contra
él Tilgat-pileser, rey de los asirios; quien lo redujo a estrechez, y no lo
fortificó. 21Aunque despojó Acaz la casa de Jehová, y la casa
real, y las de los príncipes, para dar al rey de los asirios, con todo eso él
no le ayudó. 22Además el rey Acaz en el tiempo de su aflicción,
añadió mayor pecado contra Jehová; 23Porque
ofreció sacrificio a los dioses de Damasco que le habían derrotado, y dijo:
Pues que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también sacrificaré a
ellos para que me ayuden; bien que fueron éstos su ruina, y la de todo
Israel. 24A más de eso recogió Acaz los utensilios de la casa
de Dios, y los quebró, y cerró las puertas de la casa de Jehová, y se hizo
altares en Jerusalén en todos los rincones.25Hizo también
lugares altos en todas las ciudades de Judá, para quemar incienso a otros
dioses, provocando así a ira a Jehová el Dios de sus padres.26Lo demás de
sus hechos, y todos sus caminos, primeros y postreros, he aquí está escrito en
el libro de los reyes de Judá y de Israel. 27Y durmió Acaz
con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén; mas no le metieron
en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezequías su hijo.
2 CRÓNICAS 29
1Y Ezequías comenzó a reinar siendo de veinticinco
años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abía,
hija de Zacarías. 2E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a
todas las cosas que había hecho David su padre. 3En el primer
año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y
las reparó. 4E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los
juntó en la plaza oriental.5Y les dijo: Oídme, levitas, y santificaos ahora, y
santificaréis la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacaréis del
santuario la inmundicia.6Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho
lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus
rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas. 7Y aun
cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron
incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel. 8Por tanto la
ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación,
y a horror y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos. 9Y he aquí
nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras
esposas están en cautividad por causa de esto. 10Ahora, pues,
yo he determinado hacer pacto con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de
nosotros la ira de su furor.11Hijos míos, no os engañéis ahora, porque Jehová os
ha escogido a vosotros para que estéis delante de Él, y le sirváis, y seáis sus
ministros, y le queméis incienso. 12Entonces los
levitas se levantaron, Mahat hijo de Amasai, y Joel hijo de Azarías, de los
hijos de Coat; y de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azarías hijo de
Jehalelel; y de los hijos de Gersón, Joah hijo de Zima, y Edén hijo de
Joah; 13Y de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de los
hijos de Asaf, Zacarías y Matanías. 14Y de los
hijos de Hemán, Jehiel y Simeí; y de los hijos de Jedutún, Semaías y
Uziel. 15Éstos reunieron a sus hermanos, y se santificaron,
y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para
limpiar la casa de Jehová. 16Y entrando
los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la
inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová;
la cual tomaron los levitas, para sacarla fuera al torrente de Cedrón. 17Y comenzaron
a santificar el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes
vinieron al pórtico de Jehová; y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y
en el día dieciséis del mes primero acabaron. 18Luego
vinieron al rey Ezequías y le dijeron: Ya hemos limpiado toda la casa de
Jehová, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la
proposición con todos sus utensilios. 19Asimismo
hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su prevaricación
había desechado el rey Acaz, cuando reinaba; y he aquí están delante del altar
de Jehová. 20Y levantándose de mañana el rey Ezequías reunió a
los principales de la ciudad, y subió a la casa de Jehová. 21Y trajeron
siete becerros, siete carneros, siete corderos, y siete machos cabríos, para
expiación por el reino, por el santuario y por Judá. Y dijo a los sacerdotes
hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar de Jehová. 22Mataron,
pues, los siete becerros, y los sacerdotes tomaron la sangre, y la esparcieron
sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el
altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el
altar. 23Hicieron después llegar los machos cabríos de la
expiación delante del rey y de la multitud, y pusieron sobre ellos sus
manos: 24Y los sacerdotes los mataron, y expiando
esparcieron la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo Israel;
porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto y la expiación. 25Puso también
levitas en la casa de Jehová con címbalos, y salterios, y arpas, conforme al
mandamiento de David, y de Gad vidente del rey, y de Natán profeta; porque así
era el mandamiento de Jehová, por medio de sus profetas.26Y los levitas
estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas. 27Entonces
mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y al tiempo que comenzó el
holocausto, comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los
instrumentos de David rey de Israel. 28Y toda la
multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompetistas tocaban las
trompetas; todo hasta acabarse el holocausto. 29Y cuando
acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos los que con él estaban, y
adoraron. 30Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a
los levitas que alabasen a Jehová por las palabras de David y de Asaf vidente:
y ellos alabaron con grande alegría, e inclinándose adoraron. 31Y
respondiendo Ezequías, dijo: Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová;
acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová. Y la
multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos los de corazón liberal
trajeron holocaustos. 32Y fue el número de los holocaustos que trajo la
congregación, setenta becerros, cien carneros, doscientos corderos; todo para
el holocausto de Jehová. 33Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes, y tres
mil ovejas. 34Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para
desollar los holocaustos; y así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que
acabaron la obra, y hasta que los sacerdotes se santificaron; porque los
levitas fueron más rectos de corazón para santificarse que los
sacerdotes. 35Así, pues, hubo gran multitud de holocaustos, con
grosuras de las ofrendas de paz, y libaciones de cada holocausto. Y quedó
ordenado el servicio de la casa de Jehová. 36Y se alegró
Ezequías, y todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la
cosa fue prestamente hecha.
2 CRÓNICAS 30
1Envió también Ezequías por todo Israel y Judá, y
escribió cartas a Efraín y a Manasés, que viniesen a Jerusalén a la casa de
Jehová, para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel. 2Y el rey
había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en
Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo: 3Porque
entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes
santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. 4Esto agradó
al rey y a toda la multitud.5Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel,
desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehová Dios
de Israel, en Jerusalén: porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo
que está escrito. 6Fueron, pues, correos con cartas de parte del rey y
de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y
decían: Hijos de Israel, volveos a Jehová el Dios de Abraham, de Isaac, y de
Israel, y Él se volverá al remanente que os ha quedado de la mano de los reyes
de Asiria. 7No seáis como vuestros padres y como vuestros
hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y Él los
entregó a desolación, como vosotros veis. 8No
endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a
Jehová, y venid a su santuario, el cual Él ha santificado para siempre; y
servid a Jehová vuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de
vosotros. 9Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos
y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los llevaron
cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y
misericordioso, y no volverá de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a
Él. 10Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por
la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos.11Con todo eso,
algunos hombres de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a
Jerusalén. 12En Judá también fue la mano de Dios para darles un
solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la
palabra de Jehová. 13Y se juntó en Jerusalén mucha gente para celebrar
la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo; una vasta
reunión. 14Y levantándose, quitaron los altares que había en
Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron en el
torrente de Cedrón.15Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce días
del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de vergüenza se
santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehová. 16Y se pusieron
en su lugar conforme a su costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios;
y los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas:17Porque había
muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas
sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para
santificarlos a Jehová. 18Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y
Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua
no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo:
Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha apercibido su corazón
para buscar a Dios, 19a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté
purificado según la purificación del santuario.20Y oyó Jehová
a Ezequías, y sanó al pueblo.21Así los hijos de Israel que estaban presentes en
Jerusalén celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete días
con grande gozo; y los levitas y los sacerdotes alababan a Jehová día tras día,
cantando con instrumentos resonantes a Jehová. 22Y habló
Ezequías al corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el
servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete
días, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus
padres. 23Y toda la congregación determinó que celebrasen
otros siete días; y celebraron otros siete días con alegría.24Porque
Ezequías rey de Judá había dado a la multitud mil becerros y siete mil ovejas;
y también los príncipes dieron al pueblo mil becerros y diez mil ovejas; y
muchos sacerdotes se santificaron. 25Se alegró,
pues, toda la congregación de Judá, como también los sacerdotes y levitas, y
toda la multitud que había venido de Israel; asimismo los extranjeros que
habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá. 26Y hubo gran
alegría en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de
Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén.27Después,
levantándose los sacerdotes y levitas, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos
fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo.
2 CRÓNICAS 31
1Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que
habían estado presentes, salieron por las ciudades de Judá, y quebraron las
estatuas y destruyeron las imágenes de Asera, y derribaron los lugares altos y
los altares por todo Judá y Benjamín, y también en Efraín y Manasés, hasta
acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos de Israel, cada uno a su
posesión y a sus ciudades. 2Y arregló
Ezequías los grupos de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus
porciones, cada uno según su oficio, los sacerdotes y los levitas para el
holocausto y las ofrendas de paz, para que ministrasen, para que diesen gracias
y alabasen en las puertas de los atrios de Jehová. 3La
contribución del rey de su hacienda, era holocaustos a mañana y tarde, y
holocaustos para los sábados, lunas nuevas y fiestas solemnes, como está
escrito en la ley de Jehová.4Mandó también al pueblo que habitaba en Jerusalén,
que diesen la porción a los sacerdotes y levitas, para que se esforzasen en la
ley de Jehová. 5Y como este edicto fue divulgado, los hijos de
Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los
frutos de la tierra; trajeron asimismo los diezmos de todas las cosas en
abundancia. 6También los hijos de Israel y de Judá, que
habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las
vacas y de las ovejas: y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas
que habían prometido a Jehová su Dios, y los pusieron por montones. 7En el mes
tercero comenzaron a formar aquellos montones, y en el mes séptimo
acabaron. 8Y Ezequías y los príncipes vinieron a ver los
montones, y bendijeron a Jehová, y a su pueblo Israel. 9Y preguntó
Ezequías a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones.10Y Azarías,
sumo sacerdote de la casa de Sadoc, le respondió: Desde que comenzaron a traer
la ofrenda a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha
sobrado mucho; porque Jehová ha bendecido a su pueblo, y ha quedado esta gran
provisión. 11Entonces mandó Ezequías que preparasen cámaras en
la casa de Jehová; y las prepararon. 12Y metieron
las primicias y diezmos y las cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de
ello a Conanías levita, el principal, y Simeí su hermano fue el segundo. 13Y Jehiel,
Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat, y Benaía,
fueron los mayordomos bajo la mano de Conanías y de Simeí su hermano, por
mandamiento del rey Ezequías y de Azarías, príncipe de la casa de Dios.14Y Coré hijo
de Imna levita, portero al oriente, tenía cargo de las ofrendas voluntarias
para Dios, y de distribuir las ofrendas dedicadas a Jehová, y de todo lo que se
santificaba. 15Y a su mano estaba Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías,
Amarías, y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes, para dar con fidelidad
a sus hermanos sus porciones conforme a sus grupos, así al mayor como al
menor, 16a los varones según sus genealogías, de tres años
arriba, a todos los que entraban en la casa de Jehová, su porción diaria por su
ministerio según sus cargos y grupos. 17También a los
que eran contados entre los sacerdotes por las familias de sus padres, y a los
levitas de edad de veinte años arriba, conforme a sus cargos y grupos;18Asimismo a
los de su generación con todos sus niños, sus esposas, sus hijos e hijas, de
toda la congregación; porque con fidelidad se consagraban a las cosas
santas. 19Del mismo modo en orden a los hijos de Aarón,
sacerdotes, que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades,
los varones nombrados tenían cargo de dar sus porciones a todos los varones de
entre los sacerdotes, y a todo el linaje de los levitas. 20De esta
manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto, y verdadero,
delante de Jehová su Dios. 21En todo
cuanto comenzó en el servicio de la casa de Dios, y en la ley y mandamientos,
buscó a su Dios, y lo hizo de todo corazón, y fue prosperado.
2 CRÓNICAS 32
1Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino
Senaquerib rey de los asirios, entró en Judá, y acampó contra las ciudades
fortificadas, con la intención de conquistarlas. 2Viendo, pues,
Ezequías que Senaquerib había venido, y que se había propuesto combatir a
Jerusalén, 3tuvo consejo con sus príncipes y con sus valientes,
para cegar las fuentes de las aguas que estaban fuera de la ciudad; y ellos le
apoyaron. 4Entonces se juntó mucho pueblo, y cegaron todas las
fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han
de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vinieren?5Se animó así
Ezequías, y edificó todos los muros caídos, e hizo levantar las torres, y otro
muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo muchas
espadas y escudos. 6Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los
hizo reunir así en la plaza de la puerta de la ciudad, y les habló al corazón
de ellos, diciendo: 7Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis
miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene; porque más
hay con nosotros que con él. 8Con él está
el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios, para ayudarnos y
pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de
Ezequías rey de Judá.9Después de esto Senaquerib rey de los asirios
estando él sobre Laquis y con él todas sus fuerzas, envió sus siervos a
Jerusalén, para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban
en Jerusalén: 10Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En
quién confiáis vosotros que permanecéis sitiados en Jerusalén? 11¿No os engaña
Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: Jehová nuestro
Dios nos librará de la mano del rey de Asiria? 12¿No es el
mismo Ezequías quien ha quitado sus lugares altos y sus altares, y dijo a Judá
y a Jerusalén: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis
incienso? 13¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho a
todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de
aquellas tierras librar su tierra de mi mano? 14¿Qué dios
hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres,
que pudiese salvar su pueblo de mi mano, para que pueda vuestro Dios libraros
de mi mano? 15Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada
tal cosa, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos
pudo librar su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos
vuestro Dios os podrá librar de mi mano? 16Y otras cosas
más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías. 17Además de
esto escribió cartas en que blasfemaba a Jehová el Dios de Israel, y hablaba
contra Él, diciendo: Como los dioses de las naciones de otras tierras no
pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará
al suyo de mis manos. 18Y gritaron a gran voz en judaico al pueblo de
Jerusalén que estaba en los muros, para espantarles y atemorizarles, para tomar
la ciudad.19Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra
los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres. 20Mas el rey
Ezequías, y el profeta Isaías hijo de Amoz, oraron por esto, y clamaron al
cielo. 21Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo
valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de
Asiria. Se volvió por tanto con vergüenza de rostro a su tierra; y entrando en
el templo de su dios, allí lo mataron a espada los que habían salido de sus
entrañas. 22Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de
Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y
los condujo por todas partes.23Y muchos trajeron ofrenda a Jehová a Jerusalén, y a
Ezequías rey de Judá, ricos dones; y fue muy grande delante de todas las
naciones después de esto. 24En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a
Jehová, el cual le respondió, y le dio una señal.25Mas Ezequías
no pagó conforme al bien que le había sido hecho; antes se enalteció su
corazón, y fue la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. 26Pero
Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los
moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de
Ezequías.27Y tuvo Ezequías riquezas y gloria mucha en gran
manera; y se hizo de tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de perfumes,
de escudos, y de toda clase de alhajas preciosas. 28Asimismo
depósitos para las rentas del grano, del vino, y aceite; establos para toda
clase de bestias, y apriscos para los ganados. 29Se hizo
también ciudades, y rebaños de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque
Dios le había dado muchas posesiones. 30Este Ezequías
tapó los manaderos de las aguas de Gihón la de arriba, y las encaminó abajo al
occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.31Pero en lo de
los embajadores de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del
prodigio que había acaecido en aquella tierra, Dios lo dejó, para probarle,
para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón. 32Lo demás de
los hechos de Ezequías, y de sus misericordias, he aquí todo está escrito en la
profecía del profeta Isaías, hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y
de Israel. 33Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron
en los más insignes sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte
todo Judá y los de Jerusalén: y reinó en su lugar Manasés su hijo.
2 CRÓNICAS 33
1Doce años tenía Manasés cuando comenzó a reinar, y
cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. 2Mas hizo lo
malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que
había echado Jehová delante de los hijos de Israel: 3Porque él
reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó
altares a los Baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército del
cielo, y les sirvió. 4Edificó también altares en la casa de Jehová, de la
cual había dicho Jehová: En Jerusalén será mi nombre perpetuamente. 5Edificó
asimismo altares a todo el ejército del cielo en los dos atrios de la casa de
Jehová. 6Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de
Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y
consultaba adivinos y encantadores; hizo mucho mal ante los ojos de Jehová,
provocándole a ira.7Además de esto puso una imagen de fundición que
hizo, en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su
hijo: En esta casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de
Israel, pondré mi nombre para siempre; 8y nunca más
quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a
condición que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la
ley, estatutos, y ordenanzas, por mano de Moisés. 9Y Manasés
hizo que Judá y los moradores de Jerusalén se desviaran, para hacer más mal que
las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.10Y habló
Jehová a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon; 11por lo cual
Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios,
los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron
a Babilonia. 12Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová
su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. 13Y habiendo
orado a Él, fue atendido de Él, pues oyó su oración, y lo volvió a Jerusalén, a
su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios. 14Después de
esto edificó el muro de afuera de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en
el valle, hasta la entrada de la puerta del Pescado, y amuralló Ofel, y levantó
el muro muy alto; y puso capitanes del ejército en todas las ciudades
fortificadas de Judá. 15También quitó los dioses ajenos, y sacó el ídolo de
la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la
casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad. 16Reparó luego
el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de
alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel.17Pero el
pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque sólo a Jehová su
Dios. 18Lo demás de los hechos de Manasés, y su oración a
su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el
Dios de Israel, he aquí todo está escrito en los hechos de los reyes de
Israel. 19Su oración también, y cómo fue oído, todos sus
pecados, y su prevaricación, los lugares donde edificó lugares altos y había puesto
imágenes de Asera e ídolos antes que se humillase, he aquí estas cosas están
escritas en las palabras de los videntes. 20Y durmió
Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón su
hijo. 21Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar,
y dos años reinó en Jerusalén. 22E hizo lo
malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre: porque a todos
los ídolos que su padre Manasés había hecho, sacrificó y sirvió Amón. 23Pero nunca se
humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien Amón
aumentó el pecado. 24Y conspiraron contra él sus siervos, y lo mataron
en su casa. 25Mas el pueblo de la tierra hirió a todos los que
habían conspirado contra el rey Amón; y el pueblo de la tierra puso por rey en
su lugar a Josías su hijo.
2 CRÓNICAS 34
1Ocho años tenía Josías cuando comenzó a reinar, y
treinta y un años reinó en Jerusalén. 2Éste hizo lo
recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin
apartarse a la derecha ni a la izquierda. 3A los ocho
años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su
padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares
altos, de las imágenes de Asera, de las esculturas, y de las imágenes de fundición. 4Y derribaron
delante de él los altares de los Baales, e hizo pedazos las imágenes del sol,
que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, y las
esculturas y estatuas de fundición, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los
sepulcros de los que las habían sacrificado. 5Quemó además
los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a
Jerusalén. 6Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, y
Simeón, hasta en Neftalí, con sus lugares asolados alrededor. 7Y cuando hubo
derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las
esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, se
volvió a Jerusalén. 8A los dieciocho años de su reinado, después de
haber limpiado la tierra, y la casa, envió a Safán hijo de Azalías, y a Maasías
gobernador de la ciudad, y a Joah hijo de Joacaz el cronista, para que
reparasen la casa de Jehová su Dios. 9Los cuales
vinieron a Hilcías, sumo sacerdote, y dieron el dinero que había sido metido en
la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recogido de
mano de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y
Benjamín, habiéndose después vuelto a Jerusalén. 10Y lo
entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de
Jehová; los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de
Jehová, para reparar y restaurar el templo. 11Daban
asimismo a los carpinteros y albañiles para que comprasen piedra de cantería, y
madera para las uniones, y para la entabladura de las casas, las cuales habían
destruido los reyes de Judá. 12Y estos
hombres procedían con fidelidad en la obra; y eran sus mayordomos Jahat y
Abdías, levitas de los hijos de Merari; y Zacarías y Mesulam de los hijos de
Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en
instrumentos de música. 13También velaban sobre los cargadores y eran
mayordomos de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas
había escribas, oficiales y porteros. 14Y al sacar el
dinero que había sido traido a la casa de Jehová, Hilcías el sacerdote halló el
libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés. 15Y dando
cuenta Hilcías, dijo a Safán escriba: Yo he hallado el libro de la ley en la
casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán. 16Y Safán lo
llevó al rey, y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo
que les fue dado a cargo. 17Han reunido el dinero que se halló en la casa de
Jehová, y lo han entregado en mano de los supervisores, y en mano de los que
hacen la obra.18Además de esto, declaró el escriba Safán al rey,
diciendo: El sacerdote Hilcías me dio un libro. Y leyó Safán en él delante del
rey. 19Y luego que el rey oyó las palabras de la ley,
rasgó sus vestiduras; 20y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a
Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey,
diciendo: 21Andad, y consultad a Jehová por mí, y por el
remanente de Israel y de Judá, acerca de las palabras del libro que se ha
hallado; porque grande es el furor de Jehová que ha caído sobre nosotros, por
cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme a
todo lo que está escrito en este libro. 22Entonces
Hilcías y los del rey fueron a la profetisa Hulda, esposa de Salum, hijo de
Ticva, hijo de Hasra, guarda de las vestimentas, la cual moraba en Jerusalén en
el segundo barrio; y hablaron con ella acerca de estas palabras. 23Y ella
respondió: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Decid al varón que os ha
enviado a mí: 24Así dice Jehová: He aquí yo traigo mal sobre este
lugar, y sobre los moradores de él, y todas las maldiciones que están escritas
en el libro que leyeron delante del rey de Judá:25Por cuanto me
han dejado, y han quemado incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con
todas las obras de sus manos; por tanto mi furor se derramará sobre este lugar,
y no se apagará. 26Mas al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a
Jehová, así le diréis: Jehová el Dios de Israel ha dicho así: Por cuanto oíste
las palabras del libro, 27y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante
de Dios al oír sus palabras sobre este lugar, y sobre sus moradores, y te
humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestiduras, y lloraste en mi
presencia, yo también te he oído, dice Jehová. 28He aquí que
yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tus sepulcros en paz, y tus
ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar, y sobre los moradores
de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta. 29Entonces el
rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.30Y subió el
rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de
Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor
hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del
pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. 31Y estando el
rey en pie en su sitio, hizo pacto delante de Jehová, de caminar en pos de
Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo
su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que
estaban escritas en aquel libro. 32E hizo que se
obligaran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los
moradores de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus
padres. 33Y quitó Josías todas las abominaciones de todas las
tierras de los hijos de Israel, e hizo a todos los que se hallaban en Israel
que sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de
sus padres, todo el tiempo que él vivió.
2 CRÓNICAS 35
1Y Josías celebró la pascua a Jehová en Jerusalén, y
sacrificaron la pascua a los catorce del mes primero.2Y puso a los sacerdotes
en sus cargos, y los confirmó en el ministerio de la casa de Jehová. 3Y dijo a los
levitas que enseñaban a todo Israel, y que estaban dedicados a Jehová: Poned el
arca del santuario en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel,
para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora serviréis a Jehová vuestro
Dios, y a su pueblo Israel. 4Preparaos
según las familias de vuestros padres, por vuestros grupos, conforme a lo
prescrito por David rey de Israel, y de Salomón su hijo.5Estad en el
santuario según la distribución de las familias de vuestros hermanos los hijos
del pueblo, y según la división de la familia de los levitas.6Sacrificad la
pascua, y santificaos, preparad a vuestros hermanos para que hagan conforme a
la palabra de Jehová dada por mano de Moisés. 7Y el rey
Josías dio a los del pueblo ovejas, corderos y cabritos de los rebaños, en
número de treinta mil, y tres mil bueyes, todo para la pascua, para todos los
que se hallaban presentes; esto de la hacienda del rey.8También sus
príncipes dieron con liberalidad al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas.
Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la casa de Dios, dieron a los
sacerdotes para hacer la pascua dos mil seiscientas ovejas, y trescientos
bueyes. 9Asimismo Conanías, y Semaías y Natanael sus
hermanos, y Hasabías, Jeiel, y Jozabad, príncipes de los levitas, dieron a los
levitas para los sacrificios de la pascua cinco mil ovejas, y quinientos
bueyes. 10Aprestado así el servicio, los sacerdotes se
colocaron en sus puestos, y asimismo los levitas en sus órdenes, conforme al
mandamiento del rey. 11Y sacrificaron la pascua; y esparcían los
sacerdotes la sangre tomada de mano de los levitas, y los levitas desollaban.12Tomaron luego
del holocausto, para dar conforme a los repartimientos por las familias de los
del pueblo, a fin de que ofreciesen a Jehová, según está escrito en el libro de
Moisés; y asimismo tomaron de los bueyes. 13Y asaron la
pascua al fuego según la costumbre; mas lo que había sido santificado lo
cocieron en ollas, en calderos, y calderas, y lo repartieron prestamente a todo
el pueblo. 14Y después prepararon para sí y para los sacerdotes;
porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el
sacrificio de los holocaustos y de las grosuras; por tanto, los levitas
prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes hijos de Aarón. 15Asimismo los
cantores hijos de Asaf estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David,
de Asaf y de Hemán, y de Jedutún vidente del rey; también los porteros estaban
a cada puerta; y no era necesario que se apartasen de su ministerio, porque sus
hermanos los levitas preparaban para ellos.16Así fue
aprestado todo el servicio de Jehová en aquel día, para celebrar la pascua, y
sacrificar los holocaustos sobre el altar de Jehová, conforme al mandamiento
del rey Josías. 17Y los hijos de Israel que estuvieron presentes
celebraron la pascua en aquel tiempo, y la fiesta solemne de los panes sin
levadura, por siete días. 18Nunca fue celebrada una pascua como ésta en Israel
desde los días de Samuel el profeta; ni ningún rey de Israel celebró una pascua
como la que celebró el rey Josías, y los sacerdotes y levitas, y todo Judá e
Israel, los que se hallaron allí, juntamente con los moradores de
Jerusalén. 19Esta pascua fue celebrada en el año dieciocho del
rey Josías. 20Después de todas estas cosas, luego de haber Josías
preparado la casa, Necao rey de Egipto subió para hacer guerra en Carquemis
junto al Éufrates; y salió Josías contra él. 21Y él le envió
embajadores, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra
ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me
apresure. Deja de meterte con Dios, quien está conmigo, no sea que Él te
destruya. 22Mas Josías no volvió su rostro de él, antes se
disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de
boca de Dios; y vino a darle la batalla en el valle de Meguido. 23Y los
arqueros tiraron al rey Josías flechas; y dijo el rey a sus siervos: Quitadme
de aquí, porque estoy herido gravemente. 24Entonces sus
siervos lo quitaron de aquel carro, y le pusieron en otro segundo carro que
tenía, y lo llevaron a Jerusalén, y murió; y le sepultaron en los sepulcros de
sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías.25Y endechó
Jeremías por Josías, y todos los cantores y cantoras recitan sus lamentaciones
sobre Josías hasta hoy; y las dieron por norma para endechar en Israel, las
cuales están escritas en las Lamentaciones. 26Los demás de
los hechos de Josías, y sus obras piadosas, conforme a lo que está escrito en
la ley de Jehová, 27y sus hechos, primeros y postreros, he aquí están
escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
2 CRÓNICAS 36
1Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo
de Josías, y le hicieron rey en lugar de su padre en Jerusalén. 2Veintitrés
años tenía Joacaz cuando comenzó a reinar, y tres meses reinó en Jerusalén.3Y el rey de
Egipto lo quitó de Jerusalén, y condenó la tierra a pagar cien talentos de
plata y uno de oro. 4Y el rey de Egipto estableció a Eliaquim hermano de
Joacaz por rey sobre Judá y Jerusalén, y le cambió el nombre en Joacim; y a
Joacaz su hermano tomó Necao, y lo llevó a Egipto. 5Veinticinco
años tenía Joacim cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén; e
hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios. 6Y subió
contra él Nabucodonosor rey de Babilonia, y atado con cadenas lo llevó a
Babilonia.7También llevó Nabucodonosor a Babilonia de los
vasos de la casa de Jehová, y los puso en su templo en Babilonia. 8Lo demás de
los hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, he
aquí está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá: y reinó en su
lugar Joaquín su hijo. 9Ocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y
reinó tres meses y diez días en Jerusalén; e hizo lo malo ante los ojos de
Jehová. 10A la vuelta del año el rey Nabucodonosor envió, y
lo hizo llevar a Babilonia juntamente con los vasos preciosos de la casa de
Jehová; y estableció a Sedequías su hermano por rey sobre Judá y
Jerusalén. 11Veintiún años tenía Sedequías cuando comenzó a
reinar, y once años reinó en Jerusalén. 12E hizo lo
malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías,
que le hablaba de parte de Jehová.13También se
rebeló contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su
cerviz, y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová el Dios de
Israel. 14Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el
pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las
naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en
Jerusalén. 15Y Jehová el Dios de sus padres envió a ellos por
medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía
misericordia de su pueblo, y de su habitación. 16Mas ellos
hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras,
burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra su
pueblo, y no hubo ya remedio. 17Por lo cual
trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada sus jóvenes en la
casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito;
todos los entregó en sus manos. 18Asimismo
todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la
casa de Jehová, y los tesoros del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a
Babilonia. 19Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de
Jerusalén, y consumieron al fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus
vasos preciosos. 20Los que escaparon de la espada, fueron llevados
cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el
reino de Persia; 21para que se cumpliese la palabra de Jehová por la
boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado sus sábados; porque todo el
tiempo de su asolamiento guardó el sábado, hasta que los setenta años fueron
cumplidos. 22Mas al primer año de Ciro rey de Persia, para que
se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová excitó el
espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y
también por escrito, diciendo: 23Así dice Ciro
rey de Persia: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la
tierra; y Él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que es en Judá.
¿Quién hay de vosotros de todo su pueblo? Jehová su Dios sea con él, y suba
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